Jueves de la IV semana de Cuaresma
III clase, morado
Estación en San Silvestre y san Martín
Idea dominante de la Misa de esta Feria: Felicidad de los que buscan a Dios
INTROITO Salmo 104, 3-4. 1
Lætétur cor quæréntium Dóminum: quǽrite Dóminum, et confirmámini: quǽrite fáciem ejus semper. V/. Confitémini Dómino, et invocáte nomen ejus: annuntiáte inter gentes ópera ejus. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén |
Alégrese el corazón de los que van en busca del Señor; buscad al Señor y permaneced firmes, buscad incesantemente su rostro. V/. Alabad al Señor, e invocad de Nombre; predicad entre las naciones sus admirables obras. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. |
COLECTA
Præsta, quǽsumus, omnípotens Deus: ut, quos jejúnia votíva castígant, ipsa quoque devótio sancta lætíficet; ut, terrénis afféctibus mitigátis, facílius cœléstia capiámus. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. |
Te suplicamos, Dios todopoderoso, nos concedas que alcancemos el santo gozo de la devoción, los que castigamos nuestra carne con los ayunos; para que refrenando los afectos terrenales, estemos más dispuestos a recibir los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
EPÍSTOLA 2 Reyes 4, 25-38
Léctio libri Regum. In diébus illis: Venit múlier Sunamítis ad Eliséum in montem Carméli: cumque vidísset eam vir Dei e contra, ait ad Giézi púerum suum: «Ecce Sunamítis illa. Vade ergo in occúrsum ejus, et dic ei: «Recte ne ágitur circa te, et circa virum tuum, et circa fílium tuum?» Quæ respóndit: «Recte.» Cumque venísset ad virum Dei in montem, apprehéndit pedes ejus: et accéssit Giézi, ut amovéret eam. Et ait homo Dei: «Dimítte illam: ánima enim ejus in amaritúdine est, et Dóminus celávit a me, et non indicávit mihi.» Quæ dixit illi: «Numquid petívi fílium a dómino meo? Numquid non dixi tibi: Ne illúdas me?» Et ille ait ad Giézi: «Accínge lumbos tuos, et tolle báculum meum in manu tua, et vade. Si occurrérit tibi homo, non salútes eum: et si salutáverit te quíspiam, non respóndeas illi: et pones báculum meum super fáciem púeri.» Porro mater pueri ait: «Vivit Dóminus et vivit ánima tua, non dimíttam te.» Surréxit ergo, et secútus est eam. Giézi autem præcésserat ante eos, et posúerat báculum super fáciem púeri, et non erat vox neque sensus: reversúsque est in occúrsum ejus, et nuntiávit ei, dicens: «Non surréxit puer.» Ingréssus est ergo Eliséus domum, et ecce, puer mórtuus jacébat in léctulo ejus: ingressúsque clausit óstium super se et super púerum: et orávit ad Dóminum. Et ascéndit, et incúbuit super púerum: posuítque os suum super os ejus, et óculos suos super óculos ejus, et manus suas super manus ejus: et incurvávit se super eum: et calefácta est caro púeri. At ille revérsus, de ambulávit in domo, semel huc atque illuc: et ascéndit et incúbuit super eum: et oscitávit puer sépties, aperuítque oculos. At ille vocávit Giézi, et dixit ei: «Voca Sunamítidem hanc.» Quæ vocáta ingréssa est ad eum. Qui ait: «Tolle fílium tuum.» Venit illa, et córruit ad pedes ejus, et adorávit super terram: tulítque fílium suum, et egréssa est, et Eliséus revérsus est in Gálgala. |
Lección del libro de los Reyes. En aquellos días la mujer de Susan hizo camino hasta llegar donde el hombre de Dios en el monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a su criado Guejazí: «Ahí viene aquella mujer sunamita. Corre a su encuentro y pregúntale: ¿Estás bien? ¿Está bien tu marido? ¿Está bien el niño?» Ella respondió: «Bien.» Pero cuando llegó junto al hombre de Dios, a lo alto del monte, se abrazó a sus pies. Guejazí se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: «Déjala, porque está pasando una amargura y el Señor me lo ha ocultado, no me lo ha manifestado.» Ella dijo: «¿Pedí yo acaso a mi señor un hijo? ¿No te dije: 'No me engañes'?» Él dijo a Guejazí: «Ciñe tu cintura y toma mi bastón en tu mano. Si encuentras a alguien no le saludes, y si alguien te saluda no le respondas. Ve y coloca mi bastón sobre la cara del niño.» Pero la madre del niño dijo: «Por el Dios vivo y por tu vida que no te dejaré.» Entonces él se alzó y marchó tras ella. Guejazí había pasado antes que ellos y había colocado el bastón sobre la cara del niño, pero no se escuchó voz ni respuesta alguna. Se volvió al encuentro de Eliseo y le comunicó: «El niño no ha despertado.» Eliseo entró en la casa; allí estaba el niño, muerto, acostado en su lecho. Entró, cerró la puerta con ellos dos dentro, y oró al Señor. Se subió (a la cama) y se tumbó sobre el niño, boca con boca, ojos con ojos, manos con manos. Se mantuvo recostado sobre él y la carne del niño iba entrando en calor. Se bajó y se puso a caminar por la casa de acá para allá. Se subió y se recostó insuflando sobre él hasta siete veces. El niño estornudó y abrió sus ojos. Llamó a Guejazí y le dijo: «Llama a la sunamita.» Y la llamó. Cuando llegó, él le dijo: «Toma tu hijo.» Ella entró y se echó a sus pies postrada en tierra. Luego tomó a su hijo y salió. Eliseo regresó a Guilgal. |
GRADUAL Salmo 73, 20,19 y 22
Réspice, Dómine, in testaméntum tuum: et ánimas páuperum tuórum ne obliviscáris in finem. V/. Exsúrge, Dómine, júdica causam tuam: memor esto oppróbrii servórum tuórum. |
Vuelve, oh Señor, los ojos a tu alianza: y no olvides para siempre las almas de tus pobres. V/. Levántate, oh Señor, y juzga tu causa; ten presentes los ultrajes que ha sufrido tus siervos. |
EVANGELIO Lucas 7,11-16
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam. In illo témpore: Ibat Jesus in civitátem, quæ vocátur Naim: et ibant cum eo discípuli ejus et turba copiósa. Cum autem appropinquáret portæ civitátis, ecce, defúnctus efferebátur fílius únicus matris suæ: et hæc vidua erat, et turba civitátis multa cum illa. Quam cum vidísset Dóminus, misericórdia motus super eam, dixit illi: «Noli flere.» Et accéssit et tétigit lóculum. (Hi autem, qui portábant, steterunt.) Et ait: «Adoléscens, tibi dico, surge.» Et resédit, qui erat mórtuus, et cœpit loqui. Et dedit illum matri suæ. Accepit autem omnes timor: et magnificábant Deum, dicéntes: «Quia Prophéta magnus surréxit in nobis: et quia Deus visitávit plebem suam.» |
Continuación del santo Evangelio según san Lucas. Sucedió después que iba Jesús camino de la ciudad llamada Naím, y con él iban sus discípulos y mucho gentío. Y cuando estaba cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; e iba con ella gran acompañamiento de personas de la ciudad. Así que la vio el Señor, movido a compasión, le dijo: No llores. Y se arrimó y tocó el féretro. (Y los que lo llevaban, se pararon). Dijo entonces: Mancebo, yo te lo mando, levántate. Y luego se incorporó el difunto, y comenzó a hablar. Y Jesús lo entregó a su madre. Con esto quedaron todos penetrados de temor, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta ha aparecido entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo. |
OFERTORIO Salmo 69, 2-4
Dómine, ad adjuvándum me festína: confundántur omnes, qui cógitant servis tuis mala. |
Señor, corre a ayudarme, sean confundidos todos los que maquinan males contra tus siervos. |
SECRETA
Purífica nos, misericors Deus: ut Ecclésiæ tuæ preces, quæ tibi gratæ sunt, pia múnera deferéntes, fiant expiátis méntibus gratióres. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,
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Purifícanos, oh Dios misericordioso, para que las oraciones de tu Iglesia siempre agradables a ti, lo sean aún más por estos piadosos dones que presentamos estando purificadas nuestras almas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios |
PREFACIO DE CUARESMA
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui corporáli jejúnio vítia cómprimis, mentem élevas, virtútem largíris, et præmia: per Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes: |
En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que, por el ayuno corporal, domas nuestras pasiones, elevas la mente, nos das la virtud y el premio, por Jesucristo nuestro Señor, por quien alaban los Ángeles a tu majestad, la adoran las Dominaciones, la temen las Potestades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Virtudes de los cielos y los bienaventurados Serafines. Te rogamos que con sus voces admitas también las de los que te decimos, con humilde confesión: |
COMUNIÓN Sal 70, 16-17
Dómine, memorábor justítiæ tuæ solíus: Deus, docuísti me a juventúte mea: et usque in senéctam et sénium, Deus, ne derelínquas me. |
Señor, me acordare de tu sola justicia. ¡Oh Dios mío! Tú me has instruido desde mi juventud; no me abandones, Dios mío, en el tiempo de la vejez. |
POSCOMUNIÓN
Cœléstia dona capiéntibus, quǽsumus, Dómine: non ad judícium proveníre patiáris, quæ fidélibus tuis ad remédium providísti. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. |
Habiendo recibido los dones celestiales, te rogamos, Señor, que no permitas nos sirvan de perjuicio, habiéndolos instituido para remedio de tus fieles. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Orémus. Humiliáte cápita vestra Deo. Pópuli tui, Deus, institútor et rector, peccáta, quibus impugnátur, expélle: ut semper tibi plácitus, et tuo munímine sit secúrus. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. |
Oremos. Humillad vuestras cabezas ante Dios.- Oh Dios, maestro y guía de tu pueblo, aleja de él los pecados que le asaltan; para que siempre sea grato y viva seguro con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
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