DOMINGO DE PENTECOSTÉS
Dominica Pentecostes
I clase, rojo
Gloria, Secuencia, Credo, prefacio y
comunicantes y hanc igitur propio.
En el Veni Sancte Spiritus del Aleluya,
todos se arrodillan.
Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar
Estación en San Pedro
Los
profetas ya habían anunciado para los tiempos mesiánicos el don del
Espíritu. El envío del Espíritu Santo
sobre los apóstoles abre la nueva era. La Iglesia está fundada y se le da el
Espíritu de Cristo para que «renueve la faz de la tierra».
El
relato de los Hechos recuerda los acontecimientos del día de Pentecostés: la
venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y los fenómenos que la acompañan;
en particular, el milagro de las lenguas, símbolo de la misión universal de los
apóstoles.
Todas
las naciones son llamadas a oír la proclamación de la Buena Nueva.
A
esta presencia del Espíritu, que inspira y dirige a la Iglesia en su misión de
predicar el evangelio hasta en los confines de la tierra, se añade otra
presencia más íntima y más personal, que hace de los discípulos hombres nuevos,
transformados en su mismo ser. La secuencia de la misa y el himno de vísperas
describen y piden esta acción penetrante del Espíritu Santo en los corazones de
los fieles. Y esta doble acción del Espíritu Santo, en la Iglesia y en las
almas de los creyentes, es la que mostrarán durante toda la octava las lecturas
del libro de los Hechos.
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Domingo
de Pentecostés, día solemnísimo, en el que la Iglesia celebra uno de los
mayores beneficios que Dios hizo al hombre: el don del Espíritu Santo. La
liturgia sagrada es, durante toda esta semana, principalmente en la Misa, de lo
más tierno y a la vez sublime que pueda concebirse. Llena la Iglesia de
gratitud, va a pagar el tributo augusto de su reconocimiento, ofreciendo la Víctima
sagrada que nos ha merecido don tan grande con su inmolación. Ya en el introito
lo canta con singular entusiasmo y con sublimes melodías. Son palabras del
libro de la Sabiduría, cuyo oráculo tiene hoy su cumplimiento.
El
Espíritu del Señor llenó el orbe de la tierra, aleluya, y el que contiene todas
las cosas posee y comunica la ciencia del lenguaje, aleluya Jesucristo lo había
prometido a sus apóstoles; hoy en el Cenáculo vieron cumplida su palabra. Los
corazones de los fieles fueron en este día enseñados con las ilustraciones del
Espíritu divino. La Iglesia al proclamarlo agradecida en la Oración, a la vez
que pide para todos sus hijos este precioso don, nos enseña los efectos propios
de este Espíritu en el alma: enseñarnos a conocer y estimar las cosas rectas y
santas, “recta sapere”, y darnos consuelo, fortaleza y aliento para ponerlas en
práctica “et de eius semper consolatione gaudere.”
La
Epístola no es más que una relación histórica que este conmovedor suceso,
tal como nos lo cuenta el libro de los Hechos
apostólicos. Después de pedir que el Espíritu, autor de esta nueva creación y
renovación espiritual de la tierra, llene los corazones de los fieles y los
inflame en su amor, entona la Iglesia la preciosa Secuencia canuto de
entusiasmo y a la vez que inefable ternura, composición atribuida al Papa
Inocencio III, de fines del siglo XII, llamando al Espíritu Santo con los más
dulces títulos que a la vez que nos demuestran la necesidad que de su venida
tenemos, nos hacen desearlo con todo el fervor de nuestros corazones. ¡Luz del
cielo; padre de los pobres, dador de todo bien; lumbre del corazón; el mejor
consuelo; dulce huésped; refrigerio; descanso; todo lo es para el alma el
divino Espíritu! El lava las sordideces
del pecado, riega la aridez, calienta la frialdad, dirige lo desviado. Todo
esto lo hace con los siete dones que dan al alma en el mérito de la virtud, la seguridad de la
salvación y el perenne gozo de la gloria.
El
Evangelio nos hace ver cómo el Espíritu Santo es don del amor de Dios al hombre
y causa en el hombre que su amor a Dios, y como su venida al alma infunden la
paz y la tranquilidad, la alegría espiritual y nos hace entender cuánto
Jesucristo nos ha enseñado. Esto nos ha de mover a desear y decidir este divino
don (Ofertorio y oraciones Secreta y Poscomunión), y procurar que permanezca
para siempre en nuestras almas, las cuales aunque de su suyo áridas e incapaces
de fructificar, serán fecundadas y dispuestas para todo bien con el rocío de la
gracia del divino Espíritu.
INTROITO
Sabiduría 1,7 Salmo 67, 2
Spíritus
Dómini replévit orbem terrárum allelúja: et hoc quod continet ómnia,
sciéntiam habet vocis, allelúja, allelúja, allelúja. V/. Exsúrgat Deus, et
dissipéntur inimíci ejus: et fúgiant, qui odérunt eum, a fácie ejus. V/.
Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut
erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén
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El
Espíritu del Señor llenó toda la tierra, aleluya, y él, que todo lo abarca,
sabe cuánto se dice, aleluya, aleluya, aleluya. V/. Que se levante Dios y se dispersen sus enemigos, huyan de su
presencia los que le odian. V/.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el
principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
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COLECTA
Deus,
qui hodiérna die corda fidélium Sancti Spíritus illustratióne docuísti: da
nobis in eódem Spíritu recta sápere; et de ejus semper consolatióne gaudére. Per
Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitáte
ejúsdem Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
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Oh
Dios, que hoy has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del
Espíritu Santo. Haznos dóciles a tu Espíritu, para gustar siempre el bien y
gozar de su consuelo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive
y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
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EPÍSTOLA
Hechos 2,1-11.
Léctio
Actuum Apostolórum.
Cum
conpleréntur dies Pentecóstes, erant omnes discípuli pariter in eódem loco:
et factus est repénte de cælo sonus, tamquam adveniéntis spíritus veheméntis:
et replévit totam domum ubi erant sedéntes. Et apparuérunt illis dispertítæ
linguæ tamquam ignis, sedítque supra síngulos eórum: et repléti sunt omnes
Spíritu Sancto, et cœperunt loqui váriis linguis, prout Spíritus Sanctus
dabat éloqui illis. Erant autem in Jerúsalem habitántes Judǽi, viri religiósi
ex omni natióne quæ sub cælo est. Facta autem hac voce, convénit multitúdo,
et mente confúsa est quóniam audiébat unusquísque lingua sua illos loquéntes.
Stupébant autem omnes et mirabántur, dicéntes: «Nonne ecce omnes isti, qui
loquúntur, Galilǽi sunt? Et quómodo nos audívimus unusquísque linguam
nostram, in qua nati sumus? Parthi, et Medi et Ælamítae, et qui hábitant
Mesopotámiam, Judǽam, et Cappadóciam, Pontum, et Asiam, Phrýgiam, et
Pamphýliam, Ægýptum, et partes Líbiæ, quæ est circa Cyrénen, et ádvenæ
Románi, Judǽi quoque, et Prosélyti, Cretes et Arabes: audívimus loquéntes
nostris linguis magnália Dei.»
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Lectura
de los Hechos de los Apóstoles.
Llegó
el día de Pentecostés y estaban todos los discípulos reunidos en un mismo
sitio; de pronto vino del cielo un ruido, como de un viento recio, que llenó
toda la casa donde estaban. Y vieron aparecer unas lenguas como de fuego que
se repartían posándose encima de cada uno. Y todos quedaron llenos del
Espíritu Santo, y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el
Espíritu les concedía expresarse. Residían entonces en Jerusalén judíos
devotos, oriundos de toda nación que
hay bajo el cielo; al correrse la voz, acudió la multitud y quedaron
desconcertados, porque cada uno oía hablar en su propio idioma. Fuera de sí
por la sorpresa decían: Pero ¿no son galileos todos esos que están hablando?
Entonces ¿cómo es que cada uno les oímos hablar nuestra propia lengua nativa?
Partos, medos, elamitas, habitantes de
Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, zona de
Libia fronteriza de Cirene, romanos residentes, judíos y prosélitos,
cretenses y árabes les estamos oyendo hablar en nuestras lenguas de las
maravillas de Dios.
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ALELUYA
PASCUAL Salmo 103, 30
Allelúja,
allelúja. V/. Emítte
Spíritum tuum, et creabúntur: et renovábis fáciem terræ. Allelúja.
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Aleluya. Envía tu Espíritu, y créalos, y repuebla la
faz de la tierra. Aleluya.
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Se
hace genuflexión al decir las palabras siguientes.
V/. Veni Sancti
Spíritus, reple tuórum corda fidélium: et tui amóris in eis ignem accénde.
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V/. Ven,
Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles, enciende en ellos la llama de tu
amor.
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SECUENCIA
Veni,
Sancte Spíritus, et emítte cǽlitus lucis tuæ rádium.
Veni,
pater páuperum, veni dator múnerum, veni lumen córdium.
Consolátor
óptime, dulcis hospes ánimæ, dulce refrigérium.
In labóre
réquies, in æstu tempéries, in fletu solátium.
O
lux beatíssima, reple cordis íntima tuórum fidélium.
Sine tuo
númine, nihil est in hómine, nihil est inóxium.
Lava quod
est sórdidum, riga quod est áridum, sana quod est sáucium.
Flecte quod
est rígidum, fove quod est frígidum, rege quod est dévium.
Da
tuis fidélibus, in te confidéntibus, sacrum septenárium.
Da
virtutis méritum, da salutis éxitum, da perenne gáudium.
Amen.
Allelúja.
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Venid,
Espíritu Santo, y enviad desde el
cielo un rayo de vuestra luz.
Venid,
Padre de los pobres; venid, dador de todo don; venid, luz de los corazones.
Vos
sois el mejor Consolador, el dulce huésped de nuestra alma y su dulce
refrigerio.
Sois
descanso en el trabajo, alivio en la aflicción y consuelo en el llanto.
¡Oh
felicísima luz, llenad lo más íntimo del alma de vuestros fieles.
Sin
vuestra inspiración no hay nada en el hombre; nada que sea bueno y recto.
Lavad
lo que está manchado, regad lo que está árido, curad lo que está enfermo.
Doblegad
lo que es rígido, enfervorizad lo que está frío, dirigid lo que está
descarriado.
Dad
a vuestros fieles, que en vos confían, vuestros siete dones.
Dadles
el mérito de la virtud, dadles el buen éxito de la salvación, dadles el gozo
eterno. Amén. Aleluya.
|
EVANGELIO
Juan 14, 23-31
Sequéntia
sancti Evangélii secúndum Joánnem.
In
illo témpore: dixit Jesus discípulis suis: «Si quis díligit me sermónem meum
servábit, et Pater meus díliget eum, et ad eum veniémus, et mansiónem apud
eum faciémus: qui non díligit me, sermones meos non servat. Et sermónem quem
audístis, non est meus, sed ejus qui misit me, Patris. Hæc locútus sum vobis,
apud vos manens. Paráclitus autem Spíritus Sanctus, quem mittet Pater in
nómine meo, ille vos docébit ómnia, et súggeret vobis ómnia quæcúmque dixero
vobis. Pacem relínquo vobis, pacem meam do vobis: non quómodo mundus dat, ego
do vobis. Non turbétur cor vestrum neque formídet. Audístis quia ego dixi
vobis: Vado et vénio ad vos. Si diligerétis me gauderétis útique, quia vado
ad Patrem: quia Pater major me est. Et nunc dixi vobis priúsquam fiat: ut cum
factum fúerit, credátis. Jam non multa loquar vobíscum. Venit enim princeps
mundi hujus, et in me non habet quidquam. Sed ut cognóscat mundus, quia
díligo Patrem, et sicut mandátum dedit mihi Pater, sic facio.»
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Lectura
del Santo Evangelio según san Juan
En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: El que me ama, guardará mi Palabra,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada en Él. El que no me
ama, no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino
del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora, que estoy a vuestro
lado.; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi
nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo,
mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro
corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy, y vuelvo a vuestro
lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre; porque el Padre es
más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda
sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe
de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el
mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo
hago.
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Se
dice Credo
OFERTORIO
Salmo 67, 29-30
Confírma
hoc, Deus, quod operátus es in nobis: a templo tuo, quod est in Jerúsalem,
tibi ófferent reges múnera, allelúja.
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Confirma,
¡oh Dios!, lo que has hecho en nosotros. A tu templo, de Jerusalén traerán su
tributo, aleluya.
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SECRETA
Múnera,
quǽsumus, Dómine, obláta sanctífica: et corda nostra Sancti Spíritus
illustratióne emúnda. Per Dominum
Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitáte ejúsdem Spiritus
Sancti, Deus,
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Santifica,
Señor, nuestras ofrendas, y, por la luz del Espíritu Santo, purifica nuestros
corazones. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
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PREFACIO
DEL ESPÍRITU SANTO
Vere
dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias
ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: per Christum Dóminum
nostrum. Qui ascéndens super omnes cælos, sedénsque ad déxteram tuam,
promíssum Spíritum Sanctum [hodiérna die] in fílios adoptiónis effúdit.
Quaprópter profúsis gáudiis, totus in orbe terrárum mundus exsúltat. Sed et
supérnæ Virtútes, atque angélicæ Potestátes, hymnum glóriæ tuæ cóncinunt,
sine fine dicéntes:
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Realmente es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación, darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor,
Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor: Que
después de subir al Cielo, donde está sentado a tu derecha, ha derramado (en
este día) sobre tus hijos adoptivos el Espíritu Santo que había prometido.
Por eso con esta infusión de gozo el mundo entero desborda de alegría, y
también los coros celestiales, los Ángeles y los Arcángeles, cantan sin cesar
el himno de tu gloria:
|
OMMUNICÁNTES PROPIO
Communicántes, et diem sacratíssimum
Pentecóstes celebrántes, quo Spíritus Sanctus Apóstolis innúmeris linguis
appáruit: sed et memóriam venerántes, in primis gloriósæ semper Vírginis
Maríæ, Genetrícis Dei et Dómini nostri Iesu Christi: sed et beáti Ioseph,
eiúsdem Vírginis Sponsi, et beatórum Apostolórum ac Mártyrum tuórum, Petri et
Pauli, Andréæ, Iacóbi, Ioánnis, Thomæ, Iacóbi Philíppi. Bartholomæi, Matthæi,
Simónis et Thaddæi: Lini, Cleti, Cleméntis, Xysti, Cornélii, Cypriáni,
Lauréntii, Chrysógoni, Ioánnis et Pauli, Cosmæ et Damiáni: et ómnium
Sanctórum tuórum; quorum méritis, precibúsque concédas, ut
|
Unidos en
comunión y celebrando el día sacratísimo, en el que el Espíritu Santo se
apareció a los Apóstoles en forma de muchas lenguas de fuego; y venerando
también primeramente, la memoria de la gloriosa siempre Virgen María, Madre
de Jesucristo, Señor y Dios nuestro, y la de tus bienaventurados Apóstoles y
Mártires: Pedro y Pablo, Andrés, Santiago, Juan, Tomás, Santiago, Felipe,
Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo, Lino, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano,
Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián, y de todos tus Santos; te
pedimos, por sus méritos e intercesión, nos concedas ser fortalecidos en todo
con el auxilio de tu protección. Por el mismo Jesucristo N. S. Amén.
|
HANC IGITUR PROPIO
Hanc ígitur oblatiónem
servitútis nostræ, sed et cunctæ famíliæ tuæ, quam tibi offérimus pro his
quoque, quos regeneráre dignátus es ex aqua, et Spíritu Sancto, tribuens eis
remissiónem ómnium peccatórum quæsumus, Dómine, ut placátus accípias: diésque
nostros in tua pace dispónas, atque ab ætérna damnatióne nos éripi, et in
electórum tuórum iúbeas grege numerári. Per Christum Dóminum nostrum. Amen.
|
POR lo mismo,
Señor, te rogamos te dignes admitir favorablemente esta ofrenda en testimonio
de nuestra dependencia y de toda tu familia: -que te ofrecemos también por
los que te has dignado regenerar con el agua y el Espíritu Santo, dándoles el
perdón de los pecados-,: y hacer que pasemos, en paz contigo, los días de
nuestra vida, que nos veamos libres de la condenación eterna y seamos por Ti
incluidos en el número de tus elegidos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
|
COMUNIÓN
Hechos 2, 2. 4
Factus
est repénte de cælo sonus, tamquam adveniéntis spíritus veheméntis, ubi erant
sedéntes, allelúja: Et repléti sunt omnes Spíritu Sancto, loquéntes magnália
Dei, allelúja, allelúja.
|
De
pronto vino del cielo un ruido, como de viento recio, que llenó toda la casa
donde estaban, aleluya; todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron
a proclamar las maravillas de Dios, aleluya, aleluya.
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POSCOMUNIÓN
Sancti
Spíritus, Dómine, corda nostra mundet infúsio: et sui roris íntima aspersíone
fœcúndet. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat
in in unitáte ejúsdem Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
|
Tu
Espíritu Santo, Señor, descienda sobre nosotros, purifique nuestros corazones
y, con el suave rocío de su venida, los vuelva fecundos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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FOLLETO PARA IMPRIMIR (más abajo)
Solemnidad de Pentecostés. Guia de los fieles para la santa misa cantada. Kyrial Lux Et Origo
Solemnidad de Pentecostes. Propio y Ordinario de la santa misa
TEXTOS DE LA MISA EN LATÍN
PROPIOS EN MP3
COMENTARIO CARD. SCHUSTER
SUGERENCIAS PARA LA HOMILÍA SERMÓN DE SAN ANTONIO DE PADUA (2)
COMENTARIOS AL EVANGELIO Homilía de maitines PURIFIQUE LAS MANCHAS DE SU INTERIOR, EL QUE PREPARA PARA DIOS LA HABITACIÓN DE SU ALMA. San Ambrosio
PARTITURAS DE LAS LECTURAS Y ORACIONES
GRABACIONES DE LAS LECTURAS
I & II VÍSPERAS DE LA SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS y OCTAVA
COMENTARIO CARD. SCHUSTER
SUGERENCIAS PARA LA HOMILÍA SERMÓN DE SAN ANTONIO DE PADUA (2)
COMENTARIOS AL EVANGELIO Homilía de maitines PURIFIQUE LAS MANCHAS DE SU INTERIOR, EL QUE PREPARA PARA DIOS LA HABITACIÓN DE SU ALMA. San Ambrosio
EL ESPÍRITU SANTO. San Jerónimo
¿POR QUÉ VINO EL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTÉS? Santo Tomás de Villanueva
LOS APOSTOLES PERSEVERARON EN ORACIÓN . San Juan Bautista de la Salle
SOBRE LA DISPOSICIONES PARA RECIBIR EL ESPÍRITU SANTO. San Juan Bautista de la Salle
BENEDICTO XVI EL ESPÍRITU, PRECISAMENTE POR EL HECHO DE QUE ACTÚA ASÍ, NOS INTRODUCE EN TODA LA VERDAD
PENTECOSTÉS: FIESTA DEL ESPÍRITU SANTO. DIVERSOS MATERIALES
PARTITURAS DE LAS LECTURAS Y ORACIONES
Epístola | ||
Evangelio |
I & II VÍSPERAS DE LA SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS y OCTAVA
Prefacio del Espíritu Santo / Praefatio de Spiritu Sancto. Vídeos
Solemnidad de Pentecostés by IGLESIA DEL SALVADOR DE TOL... on Scribd