SABADO DE LA II SEMANA DE CUARESMA
Estación en los Santos Marcelino y
Pedro
III clase, morado
III clase, morado
Idea dominante de la Misa de
esta Feria: Ventajas de la observancia del precepto de la penitencia.
INTROITO Salmo 18,8
LEX
DÓMINI irreprehensíbilis, convértens ánimas: testimónium Dómini fidéle,
sapiéntiam præstans párvulis. V/. Cœli enárrant glóriam Dei: et ópera mánuum
ejus annúntiat firmaméntum. V/. Glória Patri.
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LA
LEY DEL SEÑOR es pura, restaura las almas; el testimonio del Señor es fiel,
da ciencia a los humildes. V/. Los cielos publican la gloria de Dios, el
firmamento anuncia la grandeza de las obras de sus manos. V/. Gloria al
Padre.
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COLECTA
DA,
QUǼSUMUS, Dómine, nostris efféctum jejúniis salutárem: ut castigátio carnis
assúmpta, ad nostrárum vegetatiónem tránseat animárum. Per Dominum Jesum
Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti,
Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
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TE
SUPLICAMOS, Señor, que des a nuestros ayunos un efecto saludable; a fin de
que la maceración de nuestro cuerpo fortalezca nuestras almas. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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EPÍSTOLA Génesis 27,6-40.
LÉCTIO
LIBRI GENESIS.
In
diébus illis: Dixit Rebécca fílio suo Jacob: «Audívi patrem tuum loquéntem
cum Esau fratre tuo, et dicéntem ei: «Affer mihi de venatióne tua, et fac
cibos, ut comédam et benedícam tibi coram Dómino, ántequam móriar.» Nunc
ergo, fili mi, acquiésce consíliis meis: et pergens ad gregem, affer mihi
duos hædos óptimos, ut fáciam ex eis escas patri tuo, quibus libénter
véscitur: quas cum intúleris et coméderit, benedícat tibi, priúsquam
moriátur.» Cui ille respóndit: «Nosti, quod Esau, frater meus,
homo pilósus sit, et ego lenis: si attrectáverit me pater meus et sénserit,
tímeo, ne putet me sibi voluísse illúdere, et indúcam super me maledictiónem
pro benedictióne.» Ad quem mater: «In me sit, ait, ista maledíctio, fili mi:
tantum audi vocem meam, et pergens affer quæ dixi.» Abiit, et áttulit,
dedítque matri. Parávit illa cibos, sicut velle nóverat patrem illíus. Et
véstibus Esau valde bonis, quas apud se habébat domi, índuit eum:
pelliculásque hædórum circúmdedit mánibus, et colli nuda protéxit. Dedítque pulméntum, et panes,
quos cóxerat, trádidit. Quibus illátis, dixit: «Pater mi!» At ille respóndit:
«Audio. Quis es tu, fili mi?» Dixítque Jacob: «Ego sum primogénitus tuus
Esau: feci, sicut præcepísti mihi: surge, sede, et cómede de venatióne mea,
ut benedícat mihi ánima tua.» Rursúmque Isaac ad fílium suum: «Quómodo,
inquit, tam cito inveníre potuísti, fili mi?» Qui respóndit: «Volúntas Dei
fuit, ut cito occúrreret mihi quod volébam.» Dixítque Isaac: «Accéde huc, ut
tangam te, fili mi, et probem, utrum tu sis fílius meus Esau, an non.»
Accéssit ille ad patrem, et palpáto eo, dixit Isaac: «Vox quidem vox Jacob
est, sed manus manus sunt Esau.» Et non cognóvit eum,
quia pilósæ manus similitúdinem majóris exprésserant. Benedícens ergo illi, ait:
«Tu es fílius meus Esau?» Respóndit: «Ego sum.» At ille: «Affer mihi, inquit,
cibos de venatióne tua, fili mi, ut benedícat tibi ánima mea.» Quos cum
oblátos comedísset, óbtulit ei étiam vinum. Quo hausto, dixit ad eum: «Accéde
ad me, et da mihi ósculum, fili mi.» Accéssit, et osculátus est eum.
Statímque ut sensit vestimentórum illíus fragrántiam, benedícens illi, ait:
«Ecce, odor fílii mei sicut odor agri pleni, cui benedíxit Dóminus. Det tibi
Deus de rore cœli, et de pinguédine terræ abundántiam fruménti et vini. Et
sérviant tibi pópuli, et adorent te tribus: esto dóminus fratrum tuórum, et
incurvéntur ante te fílii matris tuæ. Qui maledíxerit tibi, sit ille maledíctus:
et qui benedíxerit tibi, benedictiónibus repleátur.» Vix Isaac sermónem
impléverat, et egrésso Jacob foras, venit Esau, coctósque de venatióne cibos
íntulit patri, dicens: «Surge, pater mi, et cómede de venatióne fílii tui, ut
benedícat mihi ánima tua.» Dixítque illi Isaac: «Quis enim es tu?» Qui
respóndit: «Ego sum fílius tuus primogénitus Esau.» Expávit Isaac stupóre
veheménti, et ultra quam credi potest, admírans, ait: «Quis ígitur ille est,
qui dudum captam venatiónem áttulit mihi, et comédi ex ómnibus, priúsquam tu
veníres? Benedixíque ei, et erit benedíctus.» Audítis Esau sermónibus patris,
irrúgiit clamóre magno, et consternátus, ait: «Bénedic etiam et mihi, pater
mi.» Qui ait: «Venit germánus tuus fraudulénter, et
accépit benedictiónem tuam.» At ille subjunxit: «Juste vocátum est nomen ejus
Jacob: supplantávit enim me en áltera vice: primogénita mea ante tulit, et
nunc secúndo surrípuit benedictiónem meam.» Rursúmque ad patrem: «Numquid non
reservásti, ait, et mihi benedictiónem?» Respóndit Isaac: «Dóminum tuum illum
constítui, et omnes fratres ejus servitúti illíus subjugávi: fruménto et vino
stabilívi eum, et tibi post hæc, fili mi, ultra quid fáciam?» Cui Esau: «Num
unam, inquit, tantum benedictiónem habes, pater? mihi quoque óbsecro ut benedícas.»
Cumque ejulátu magno fleret, motus Isaac, dixit ad eum: «In pinguédine terræ,
et in rore cœli désuper erit benedíctio tua. [Vives in gladio, et fratri tuo servies:
tempusque veniet, cum excutias et solvas jugum ejus de cervicibus tuis.]»
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LECTURA
DEL LIBRO GÉNESIS. En aquellos días: Dijo Rebeca a su hijo Jacob : Acabo de
oír a tu padre, que hablando con tu hermano Esaú, le decía: Tráeme de tu caza, y guísame un plato que
le comeré, y te echaré mi bendición en presencia del Señor antes que me
muera. Ahora bien, hijo mío, toma mi
consejo, y yendo al ganado, tráeme dos
de los mejores cabritos, para que yo guise de ellos a tu padre aquellos
platos de que come con gusto: Y sirviéndoselos tú, después que hubiere
comido, te dé la bendición antes de morir. A lo cual respondió Jacob : Tú
sabes que mi hermano Esaú es hombre velloso, y yo lampiño; si mi padre me palpa con sus manos, y llega
a conocerme, temo que piense que yo he querido burlarle, y acarrearé sobre mí
su maldición en lugar de la bendición.
Al cual la madre: Sobre mí, dijo, caiga esa maldición, hijo mío; tú
haz solamente lo que yo te aconsejo, y date prisa en traer lo que te tengo
dicho. Fue Jacob y lo trajo, y lo dio a la madre, la cual le guisó los
manjares, según que sabía ser del gusto de su padre. Y vistió después a Jacob con los más ricos
vestidos de Esaú, que tenía guardados en casa. Y le envolvió las manos con las delicadas
pieles de los cabritos, cubriendo también con ellas la parte desnuda del
cuello. Le dio después el guisado, y
los panes que había cocido. Todo lo
cual llevándolo él adentro, dijo: ¡Padre mío! A lo que respondió él: Oigo.
¡Quién eres tú, hijo mío? Dijo Jacob:
Yo soy tu primogénito Esaú; he hecho lo que me mandaste; levántate,
incorpórate, y come de mi caza, para que me des la bendición. Le replicó Isaac a su hijo: ¿Cómo, dijo,
has podido encontrarla tan presto, hijo mío? El cual respondió: Dios dispuso
que luego se me pusiese delante lo que deseaba. Dijo todavía Isaac: Acércate, hijo mío,
para que yo te toque, y reconozca si tú eres o no el hijo mío Esaú. Se acercó al padre, y habiéndole palpado,
dijo Isaac: Cierto que la voz es voz de Jacob; pero las manos son manos de
Esaú. Y no le conoció, porque las
manos vellosas representaban al vivo la semejanza del mayor. Queriendo, pues,
bendecirle, dijo ¿Eres tú el hijo mío
Esaú? Respondió: Yo soy. Pues tráeme
acá, hijo mío, el plato de tu caza, para que te bendiga mi alma. Y
habiéndoselo presentado, después que comió de él le sirvió también vino;
bebido el cual, dijo: Llégate a mí, y
dame un beso, hijo mío. Llegó, y le
besó. Y al instante que sintió la fragancia de sus vestidos, bendiciéndole,
le dijo: Bien se ve que el olor que sale de mi hijo es como el olor de un
campo florido, al cual bendijo el Señor.
Te dé Dios, por medio del rocío del cielo, y de la fertilidad de la
tierra, abundancia de trigo y vino. Te
sirvan los pueblos, y adórente las tribus: sé señor de tus hermanos, e
inclínense profundamente delante de ti los hijos de tu madre. Quien te
maldijere, sea él maldito, y el que te bendijere, de bendiciones sea
colmado. Apenas Isaac había acabado de
decir estas palabras, y salido Jacob afuera, cuando llegó Esaú. Y presentando a su padre las viandas de la
caza, que había guisado, le dijo: Levántate, padre mío, y come de la caza de
tu hijo, para que me bendiga tu alma.
Le dijo Isaac: Pues, ¿quién eres tú? El cual respondió: Yo soy tu hijo
primogénito Esaú. Quedó atónito Isaac,
y como estático; y sobre toda ponderación pasmado, dijo: ¿Quién es, pues,
aquél que hace poco me ha traído de la caza que cogió, y he comido de todo
antes que tú vinieses? El caso es que yo le bendije, y bendito será. Oídas las palabras del padre, arrojó Esaú
un grito furioso; y consternado, dijo: Dame también a mí tu bendición, ¡oh
padre mío! El cual le respondió: Vino
tu hermano astutamente, y se ha llevado tu bendición. A lo que replicó Esaú: Con razón se le puso
el nombre de Jacob: porque ya es ésta la segunda vez que me ha suplantado;
antes ya se alzó con mi primogenitura, y ahora de nuevo me ha robado la
bendición mía. Y vuelto a su padre: ¿Pues qué, le dijo, no has reservado
bendición para mí? Le respondió Isaac:
Yo le he constituido señor tuyo, y he sometido todos sus hermanos a su
servicio: le aseguré las cosechas de granos y de vino: después de esto, ¿qué
puedo yo ahora hacer por ti, hijo mío?
Al cual replicó Esaú: ¿Por ventura no tienes, padre mío, sino una sola
bendición? Te ruego que también me bendigas a mí. Y como llorase con grandes
alaridos, Isaac conmovido, le dijo
estas palabras: En la grosura de la tierra, y en el rocío que cae del
cielo, será tu bendición. Vivirás de
tu espada, y servirás a tu hermano; pero llegará tiempo en que sacudirás su
yugo, y librarás de él tu cerviz.
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GRADUAL Salmo 91, 2-3
BONUM
EST confitéri Dómino: et psállere nómini tuo, Altíssime. V/. Ad annuntiándum
mane misericórdiam tuam, et veritátem tuam per noctem.
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BUENO
ES tributar alabanzas al Señor y cantar salmos a su nombre, oh Altísimo. v/.
Celebrando por la mañana tu misericordia y por la noche tu verdad.
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EVANGELIO Lucas 15,11-32
SEQUÉNTIA
SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM LUCAM
In
illo témpore: Dixit Jesus pharisǽis et scribis parábolam istam: «Homo quidam
hábuit duos fílios, et dixit adolescéntior ex illis patri: «Pater, da mihi
portiónem substántiæ, quæ me cóntingit.» Et divísit illis substántiam. Et non
post multos dies, congregátis ómnibus, adolescéntior fílius péregre proféctus
est in regiónem longínquam, et ibi dissipávit substántiam suam vivéndo
luxurióse. Et postquam ómnia consummásset, facta est fames válida in regióne
illa, et ipse cœpit egére. Et ábiit, et adhǽsit uni cívium regiónis illíus.
Et misit illum in villam suam, ut pásceret porcos. Et cupiébat implére
ventrem suum de síliquis, quas porci manducábant: et nemo illi dabat. In se
autem revérsus, dixit: «Quanti mercennárii in domo patris mei abúndant
pánibus, ego autem hic fame péreo? Surgam, et ibo ad patrem meum, et dicam
ei: «Pater, peccávi in cœlum et coram te: jam non sum dignus vocari fílius
tuus: fac me sicut unum de mercennáriis tuis.»» Et
surgens venit ad patrem suum. Cum autem adhuc longe esset, vidit illum pater
ipsíus, et misericórdia motus est, et accúrrens cécidit super collum ejus, et
osculátus est eum. Dixítque ei fílius: «Pater, peccávi in cœlum et coram te,
jam non sum dignus vocari fílius tuus.» Dixit autem pater ad servos suos:
«Cito proférte stolam primam, et indúite illum, et date ánulum in manum ejus,
et calceaménta in pedes ejus: et addúcite vítulum saginátum et occídite, et
manducémus et epulémur, quia hic fílius meus mórtuus erat, et revíxit:
períerat, et invéntus est.» Et cœpérunt epulári. Erat autem fílius ejus
senior in agro: et cum veníret, et appropinquáret dómui, audívit symphóniam
et chorum: et vocávit unum de servis, et interrogávit, quid hæc essent. Isque
dixit illi: «Frater tuus venit, et occídit pater tuus vítulum saginátum, quia
salvum illum recépit.» Indignátus est autem, et nolébat introíre. Pater ergo
illíus egréssus, cœpit rogáre illum. At ille respóndens, dixit patri suo:
«Ecce, tot annis sérvio tibi, et numquam mandátum tuum præterívi, et numquam
dedísti mihi hædum, ut cum amícis meis epulárer: sed postquam fílius tuus
hic, qui devorávit substántiam suam cum meretrícibus, venit, occidísti illi
vítulum saginátum.» At ipse dixit illi: «Fili, tu semper mecum es, et ómnia
mea tua sunt: epulári autem et gaudére oportébat, quia frater tuus hic
mórtuus erat, et revíxit: períerat, et invéntus est.
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LECTURA
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
En
aquel tiempo: Dijo Jesús a los fariseos y a los escribas esta parábola: «Un
hombre tenía dos hijos; el menor de
ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El
padre les repartió los bienes. No
muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un
país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por
aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los
ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que
comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre
tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde
está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame
como a uno de tus jornaleros”. Se
levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre
lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al
cuello y lo cubrió de besos. Su hijo
le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco
llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la
mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los
pies; traed el ternero cebado y
sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron a celebrar el
banquete. Su hijo mayor estaba en el
campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le
preguntó qué era aquello. Este le
contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado,
porque lo ha recobrado con salud”. Él
se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en
tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca
me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo
que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero
cebado”. Él le dijo: “Hijo, tú estás
siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo;
pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano
tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».
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OFERTORIO
ILLÚMINA
óculos meos, ne umquam obdórmiam in morte: ne quando dicat inimícus meus:
Præválui advérsus eum.
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ALUMBRA
mis ojos, a fin de que no duerma yo jamás el sueño de la muerte; no sea que
alguna vez diga mi enemigo: He prevalecido contra él.
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SECRETA
HIS
SACRIFÍCIIS, Dómine, concéde placátus: ut, qui própriis orámus absólvi
delíctis, non gravémur extérnis. Per
Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate
Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
|
CONCÉDENOS,
SEÑOR, aplacado con estos sacrificios, que los que te suplicamos ser
absueltos de nuestros propios delitos, no carguemos con los extraños. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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Prefacio de Cuaresma
COMUNIÓN Lucas 15, 32
OPÓRTET
TE, fili, gaudére, quia frater tuus mórtuus fúerat, et revíxit: períerat, et
invéntus est
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CONVIENE,
hijo, que te alegres, porque tu hermano había muerto y ha resucitado; estaba
perdido y se ha hallado
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POSCOMUNIÓN
SACRAMÉNTI
TUI, Dómine, divína libátio, penetrália nostri cordis infúndat: et sui nos
partícipes poténter effíciat. Per
Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate
Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
|
SEÑOR,
que la participación de tu divino sacramento penetre lo más profundo en
nuestros corazones y nos haga participar poderosamente de sus efectos
saludables. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo
vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
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ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
ORÉMUS.
Humiliáte
cápita vestra Deo.
FAMÍLIAM
TUAM, quǽsumus, Dómine, contínua pietáte custódi: ut, quæ in sola spe grátiæ
cœléstis innítitur, cœlésti étiam protectióne muniátur. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula
saeculorum. Amen.
|
OREMOS.
Humillad
ante Dios vuestras cabezas.
TE
ROGAMOS, Señor, nos guardes con tu piedad continua, a fin de que, como nos
apoyamos en una sola esperanza de la gracia celestial, seamos también
defendidos por la celestial protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo
vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
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COMENTARIOS:
Homilía de Maitines OBRA ERES DE DIOS. San Ambrosio, obispo
EL QUE SE SEPARA DE JESUCRISTO TAMBIÉN SE SEPARA DE SÍ. San Ambrosio
Sta Teresa de Jesús SI RETORNAMOS A ÉL, NOS HA DE PERDONAR
Benedicto XVI LAS ETAPAS DEL CAMINO DE LA RELACIÓN CON DIOS