jueves, 19 de octubre de 2017

RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS




RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS

EN EL CANCEL
Dispuesto todo, el sacerdote se lava las manos, y revestido de sobrepelliz y estola morada, y precedido de uno o varios acólitos, también revestidos se dirige a la puerta de la Iglesia, fuera de la cual esperan en el cancel los padrinos y personas que traen la criatura. Allí pregunta, si no lo sabe de ante mano en lengua vulgar  a qué parroquia pertenece la criatura, si es varón o hembra, si por ventura fue bautizado en casa, cuáles son los padrinos y qué nombre quieren que se le imponga.
Enterado de todo esto el sacerdote dirige la siguiente admonición a los presentes:
Admonición  a los presentes
“Ex Manuali Toletano”
Considerad diligentemente, hermanos, qué es lo que aquí hacemos. Celebramos el sacramento del Bautismo, que es en el orden de los sacramentos el primero, y en la dignidad y excelencia el grande, y que sin él ninguna persona puede alcanzar salud, según la sentencia del Salvador, que dijo a sus Apóstoles: Id, enseñad a todas las gentes y bautizadlos en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo: el que creyere y fuere bautizado, será salvo; y el que no creyere, será condenado.
Por el Bautismo de agua y de Espíritu Santo somos reengendrados en nueva vida. Él es la puerta de todos los Sacramentos, y libra el alma de los males, que son verdaderos y grandes males, y acrecienta el caudal de los bienes. Porque todo pecado, sea original y el primero, o sea actual, por grave y enorme que sea, se perdona por la virtud y eficacia de este Sacramento: y la virtud de esta admirable agua, no solo quita la culpa del pecado, sino también por ella se perdona toda la pena que por él se debía. El alma se llena de gracia divina, por la cual hechos justos e hijos de Dios, somos nombrados por herederos de la vida eterna. Llégase a estos bienes otro, que es el ornamento de las virtudes, que entra acompañando a la gracia, con que el alma se viste y atavía, y se junta e incorpora el bautizado con su Cabeza, que es Cristo nuestro Señor, hecho miembro del cuerpo místico de la Iglesia, en la cual Él como Cabeza preside: y de allí manan, como de viva y perpetua fuente, la gracia y todos los celestiales bienes; y sale una prontitud y habilidad grande para cumplir todas las obras de la vida cristiana. Y también se nos imprime en el alma una señal como Ovejas del rebaño de Cristo, la cual, como no se puede con ninguna fuerza humana borrar, hace este efecto, que el Sacramento del Bautismo una vez recibido, no se pueda, ni deba reiterar. Y finalmente, nos abre la puerta del Cielo que estaba cerrada por el pecado, para que entrando en la Gloria, gustemos de la vida bienaventurada, ajena de todas miserias.
Hácense ceremonias muchas y graves en la administración del Bautismo por institución de los sagrados Apóstoles y Santos Padres: porque sus grandezas no sólo se signifiquen con palabras, sino con obras vivas que muevan los ojos, y de aquí se impriman más en la memoria. Los que se han de bautizar se detienen primero a las puertas de la Iglesia, porque son indignos de entrar en la Casa de Dios, antes que habiéndose despedido de la afrentosa servidumbre del demonio, se hayan juntado al imperio de Cristo. Dan sus nombres, para que se acuerden que son soldados de la bandera de Cristo, y profesan su milicia. Son instruidos con el santo Catecismo, según la institución de Cristo nuestro Señor, para que entiendan los que tienen edad, que es lo qué profesan, y a qué se obligan: y por los niños responden sus Padrinos.
Síguese el exorcismo, el cual se hace con palabras santas, y oraciones pías y religiosas para lanzar el demonio del ánima del Bautizado. Pónesele sal en la boca para que se libre de la corrupción del pecado, y para que reciba gusto y sabor de la sabiduría divina. Tócanle las orejas y narices con la saliva, a ejemplo del Ciego que Cristo nuestro Señor sanó, poniéndole lodo hecho con saliva en los ojos, al cual mandó que se los lavase con el agua de Síloe, que significaba el Bautismo. Úngesele con óleo santo y crisma, como a luchador, y para que se acuerde que es cristiano, y que en las costumbres y vida debe ser imitador de Cristo, de quien tiene el nombre de cristiano. Lo que significa la vestidura blanca y candela encendida que le dan, no hay para que decirlo; pues la misma ceremonia lo declara, que es advertir al bautizado, que guarde la pureza y blancura de la inocencia, y la claridad y luz de las buenas y santas obras. Estos frutos y efectos del Bautismo, y estas ceremonias habemos aquí declarado para que todos entiendan con que piedad y devoción se ha de recibir este Sacramento; y para que teniendo siempre en la memoria la profesión que en él hicieron, conozcan el beneficio y misericordia de Dios, que nos ha admitido a su santa fe, y a la fuente del Bautismo, sin algunos méritos nuestros, sino por su infinita bondad y benignidad: al cual sea dada toda honra y gloria en los siglos de los siglos. Amen.

Escrutinio
Terminada esta, comienza el bautismo solemne. El sacerdote pregunta:
N., quid petis ab Ecclesia Dei?
N., ¿qué pides a la Iglesia de Dios?
El Padrino responde:
Fidem.
La fe.
El sacerdote pregunta:
Fides quid tibi praestat?
¿Qué es lo que te da la fe?
El Padrino responde:
Vitam aeternam.
La Vida Eterna.
El sacerdote prosigue:
Si igitur vis ad vitam ingredi, serva mandata: Diliges Dominum Deum tuum ex toto corde tuo, et ex tota anima tua, et ex tota mente tua, et proximum tuum sicut teipsum.
Si quieres, pues, entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos. Amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazón y con toda tu mente y al prójimo como a ti misma.

Primer exorcismo
El Sacerdote sopla tres veces suavemente en la cara del infante y, dirigiéndose al demonio, le dice imperiosamente:
Exi ab eo (ea), immunde spiritus, et da locum Spiritui Sancto Paraclito.
Sal de esta niña espíritu inmundo, y da lugar al Espíritu Santo Consolador.

Signación
Hace en seguida el sacerdote la señal de la Cruz en la frente y el pecho del infante, diciendo:
Accipe signum Crucis tam in fronXte quam in corXde: sume fidem coelestium praeceptorum, et talis esto moribus, ut templum Dei jam esse possis.
Recibe la señal de la Cruz, tanto en la frenXte como en el peXcho; asume la fe de los celestiales preceptos; y procura guiarte por ellos para poder ser el templo de Dios.
El Sacerdote prosigue diciendo:
OREMUS. Preces nostras, quaesumus, Domine, clementer exaudi, et hunc electrum tuum (hanc electam tuam) N. Crucis Dominicae impressione signatum (-am), perpetua virtute custodi: ut magnitudinis gloriae tuae rudimenta servans, per custodiam mandatorum tuorum ad regenerationis gloriam pervenire mereatur.  Per Christum Dominum nostrum.  R. Amen.
OREMOS: Os pedimos, Oh Señor, que escuchéis con bondad nuestras plegarias y guardéis con vuestro eterno poder a este vuestro elegido (esta vuestra elegida) N. señalado (a) con el signo de la Cruz; para que, guardando los principios de la grandeza de vuestra gloria, merezca llegar a la gloria de vuestra redención con la guarda de vuestros mandamientos. Por Cristo Nuestro Señor. R. Amén.

Imposición de manos
Pone el Sacerdote la mano sobre la cabeza del bautizado, como significando que Dios le protegerá; y teniéndola extendida, dice:
Oremus. Omnipotens sempi-terne Deus, Pater Domini nostri Jesu Christi, respicere dignare super hunc fámulum N., quem (hanc famulam tuam N. quam) ad rudimenta fidei vocare dignatus es: omnem caecitatem cordis ab eo (ea) expelle; disrumpe omnes laqueos satanae, quibus fuerat colligatus (-a); aperi ei, Domine, januam pietatis tuae, ut, signo sapientiae tuae imbutus (-a), omnium cupiditatum foetoribus careat, et ad suavem odorem praeceptorum tuorum laetus (-a) tibi in Ecclesia tua deserviat, et proficiat de die in diem.  Per eumdem Christum Dominum nostrum.  R. Amen.
Oremos: Omnipotente y eterno Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo; dignaos mirar a este (-a) siervo (-a) vuestro (-a) N., a quien os habéis dignado llamar a los principios de la fe; quitad toda ceguera de su entendimiento; romped todos los lazos de Satanás; abridle las puertas de vuestra piedad para que con la plenitud de vuestra sabiduría se vea libre del hedor de todas las concupiscencias y, alegre con el suave olor de vuestros preceptos, os sirva en vuestra Iglesia y adelante en virtud de día en día. Por el mismo Cristo nuestro Señor. R. Amén

Rito de la sal
Si no se tiene sal bendecida, se haría en este momento.
Tomando un poquito de sal, el Sacerdote la pone en la boca del infante, para significar que, así como la sal preserva de la corrupción, le preserve Dios de la corrupción del pecado; y dice:
N., accipe sal sapientiae: propitiatio sit tibi in vitam aeternam.  R. Amen
N., recibe la sal de la sabiduría, te sea propiciación para la vida eterna. R. Amén
El sacerdote añade:
Pax tecum.
La paz sea contigo
El padrino responde:
Et cum spiritu tuo.
Y con tu espíritu.
El sacerdote prosigue con la siguiente oración:
OREMUS. Deus patrum nostrorum, Deus universae conditor veritatis, te supplices exoramus, ut hunc famulum tuum N. (hanc famulam tuam N.) respicere digneris propitius, et hoc primum pabulum salis gustantem, non diutius esurire permittas, quo minus cibo expleatur coelesti; quatenus sit semper spiritu fervens, spe gaudens, tuo semper nomini serviens.  Perduc  eum (eam), Domine, quaesumus, ad novae regenerationis lavacrum, ut cum fidelibus tuis promissionum tuarum aeterna praemia consequi mereatur.  Per Christum Dominum nostrum.  R. Amen.
OREMOS: Oh Dios de nuestros padres, Dios Creador de toda verdad, os pedimos humildemente que os dignéis mirar propicio a este (-a) vuestro (-a) siervo (-a) N.; y ya que ha gustado por primera vez ésta sal, no permitáis que se vea por más tiempo privado de este celestial alimento, antes sea fervoroso de espíritu, alegre en la esperanza y constante servidor de vuestro Nombre, conducidle, Señor, a la limpieza de la nueva regeneración, para que merezca conseguir con vuestros fieles servidores los eternos premios que nos habéis prometido. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén

Segundo Exorcismo
Con el poder que el Sacerdote ha recibido de Dios, increpa imperiosamente al demonio con estas palabras:
Exorcizo te, immunde spiritus, in nomine PaXtris, et FiXlii, et Spiritus X Sancti, ut exeas, et recedas ab hoc fámulo (hac famula) Dei N.  Ipse enim tibi imperat, maledicte damnate, qui pedibus super mare ambulavit, et Petro mergenti dexteram porrexit.  Ergo, maledicte diabole, recognosce sententiam tuam, et da honorem Deo vivo, et vero, da honorem Jesu Christo, Filio ejus, et Spiritui Sancto: et recede ab hoc fámulo (hac famula) Dei N. quia istum (istam) sibi Deus, et Dominus noster Jesus Christus ad suam sanctam gratiam et benedictionem, fontemque Baptismatis vocare dignatus est.
Yo te conjuro, espíritu inmundo, en el nombre del X Padre, y del X Hijo, y del Espíritu X Santo, a que salgas y que te apartes de esta siervo (-a) de Dios N. Reprímate Él, oh maldito condenado, Aquel que a pie enjuto caminaba sobre el mar y alargó la mano a Pedro cuando se iba sumergiendo.
Así, pues, oh maldito diablo, reconoce tu justa condenación, y honra a Dios vivo y verdadero; honra a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo, y márchate de este (-a) siervo (-a) de Dios N., a quien Jesucristo, nuestro Señor y Dios, ha llamado a Si por su gracia, con la bendición y recepción del santo Bautismo.

El Sacerdote hace la señal de la Cruz sobre la frente del infante, al mismo tiempo que conjura de nuevo al espíritu maligno, y dice:
Et hoc signum sanctae CruXcis, quod nos fronti ejus damus, tu, maledicte diabole, numquam audeas violare.  Per eumdem Christum Dominum nostrum.  R. Amen.
Y tú, maldito diablo, no te atrevas nunca a profanar esta señal de la X Cruz, que yo acabo de poner sobre su frente. Por el mismo Cristo, Señor nuestro. R. Amén.

Pone la mano sobre la cabeza del infante en señal de que no le faltará la asistencia de Dios y, teniéndola extendida, dice:
OREMUS. Aeternam, ac justissimam pietatem tuam deprecor, Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus, auctor luminis, et veritatis, super hunc famulum tuum (hanc famulam tuam) N. ut digneris illum (-am) illuminare lumine intelligentiae tuae: munda eum (eam), et sanctifica: da ei scientiam veram, ut dingus (-a) gratia Baptismi tui effectus (-a) teneat firmam spem, consilium rectum, doctrinam sanctam.  Per Christum Dominum nostrum.  R. Amen.
OREMOS: Señor santo, Padre Omnipotente, eterno Dios, autor de toda luz y verdad; os suplico que derraméis vuestra justísima y eterna piedad sobre este (-a) siervo (-a) N., para que le iluminéis con la luz de vuestra inteligencia; limpiadle y santificadle; dadle la verdadera ciencia para que, haciéndose digno (-a) de la gracia del Bautismo, tenga una fe firme, un recto consejo y la santa doctrina. Por Cristo, nuestro Señor. R. Amén.


ENTRADA A LA IGLESIA
El infante permanece aún fuera de la iglesia, en el pórtico, pues no es digno de entrar en ella. Ahora el Sacerdote, después de los exorcismos que ha dirigido contra el maligno espíritu, pone el extremo izquierdo de la estola sobre el infante y le conduce hacia la pila para recibir la Gracia Bautismal. Al mismo tiempo dice:
N., ingredere in templum Dei ut habeas partem cum Christo in vitam aeternam.  R. Amen.

N., entra en el templo de Dios, a fin de que tengas parte con Cristo en la vida eterna. R. Amén.

Entrados en la iglesia, mientras caminan hacia la pila donde se ha de practicar el Bautismo, rezan el Credo y el Padrenuestro, practicando así un acto de fe pidiendo gracia a Jesús, cuyo discípulo va a ser dentro de poco el infante.
Credo in Deum, Patrem omnipotentem, creatorem coeli et terrae.  Et in Jesum Christum, Filium ejus unicum, Dominum nostrum.  Qui conceptus est de Spiritu Sancto, natus ex Maria Virgine. Passus sub Pontio Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus: descendit ad inferos, tertia die resurrexit a mortuis, ascendit ad coelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis: inde venturus est judicare vivos et mortuos.  Credo in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam Catholicam, Sanctorum communionem, remissionem peccatorum, carnis resurrectionem, vitam aeternam.  Amen.
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.  Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,  padeció bajo el poder de Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Y todos juntos prosiguen:
Pater noster, qui es in coelis, sanctificetur nomen tuum: adveniat regnum tuum: fiat voluntas tua sicut in coelo, et in terra.  Panem nostrum quotidianum da nobis hodie; et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris et ne nos inducas in tentationem; sed libera nos a malo. Amen.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.  Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

ANTE EL BAPTISTERIO

Tercer Exorcismo
Un poco antes de llegar a la pila, de espaldas a la puerta del baptisterio, el Sacerdote exorciza y conjura otra vez al demonio, diciendo:
Exorcizo te, omnis spiritus immunde, in nomine Dei Patris omnipotentis X, et in nomine Jesu Christi, Filii ejus, Domini et judicis nostri X, et in virtute Spiritus Sancti X, ut discedas ab hoc plasmate Dei N. quod Dominus noster ad templum sanctum suum vocare dig-natus est, ut fiat templum Dei vivi, et Spiritus Sanctus habitet in eo.  Per eumdem Christum Dominum nos-trum, qui venturus est judi-care vivos et mortuos, et saeculum per ignem.  R. Amen.
Yo te conjuro, espíritu inmundo, en nombre de Dios X Padre Omnipotente, y en nombre de Jesucristo X Hijo suyo y Señor y Juez nuestro, y en virtud del Espíritu X Santo, que te marches de ésta criatura N., que es imagen de Dios, y al cual nuestro Señor se ha dignado llamar a su santo templo para hacerle templo de Dios vivo, y para que more en él el Espíritu Santo. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y al mundo con el fuego. R. Amén.

Rito del Éfeta
Luego el Sacerdote, con el pulgar de la mano derecha e imitando a Jesús, que con esta ceremonia curó al sordomudo, toma un poco de saliva para tocar las orejas y la nariz del infante.
Ephphetha,
quod est, adaperire.
In odorem
suavitatis.
Tu autem effugare, diabole,
appropinquabit enim judicium Dei.
Éfeta,
que significa: Abríos
En olor
de suavidad.
Y tú, diablo, huye, porque se acerca el juicio de Dios.

Segundo Escrutinio
Antes de proceder al Bautismo, el sacerdote exige que el bautizado renuncie a Satanás y a todas sus obras. Y así pregunta al infante llamándole por su propio nombre, contestando por él sus padrinos:
Abrenuntias satanae?
¿Renuncias a Satanás?
El padrino responde:
Abrenuntio.
Renuncio
El sacerdote pregunta:
Et omnibus operibus ejus?
¿Y a todas sus obras?
El padrino responde:
Abrenuntio.
Renuncio
El sacerdote pregunta:
Et omnibus pompis ejus?
¿Y a todas sus pompas?
El padrino responde:
Abrenuntio.
Renuncio

Unción con el óleo de catecúmenos
El padrino o la madrina descubren la cabeza del infante y un poco del pecho y de la espalda. El Sacerdote moja el pulgar con el óleo de los catecúmenos y con el unge al infante en el pecho y en la espalda, formando una cruz en cada parte, diciendo:
Ego te linio X oleo salutis in Christo Jesu Domino nostro, ut habeas vitam aeternam.  R. Amen.
Yo te unjo X con el Óleo de la salvación en Jesucristo nuestro Señor, para que tengas la vida eterna. R. Amén
Limpia el Sacerdote con un poco de algodón su pulgar y las partes ungidas del infante.

EN EL BAPTISTERIO

Profesión de fe
Deja el Sacerdote la estola morada, señal de penitencia, y toma la estola blanca. Entra en el presbiterio, y con él los padrinos llevando al infante. Ante la pila, donde éste ha de recibir el Bautismo, el Sacerdote hace las siguientes preguntas, llamando por su nombre al infante, a las que responde en su nombre el padrino:
N., credis in Deum Patrem omnipotentem, creatorem coeli et terrae?
N., ¿crees en Dios Padre Omnipotente, Creador del Cielo y de la tierra?
El padrino responde:
Credo.
Creo
El sacerdote pregunta:
Credis in Jesum Christum, Filium ejus unicum, Dominum nostrum, natum, et passum?
¿Crees en Jesucristo, su único Hijo y Señor nuestro, que nació y padeció?
El padrino responde:
Credo.
Creo
El sacerdote pregunta:
Credis in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam Catholicam, Sanctorum communionem, remissionem peccatorum, carnis resurrectionem vitam aeternam?
¿Crees en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, la resurrección de la carne y la vida eterna?
El padrino responde:
Credo.
Creo

Tercer escrutinio
Y sigue la última pregunta, definitiva, resolutiva, decisiva. Dice el Sacerdote al infante, llamándole por su nombre:
N., vis baptizari?
N., ¿quieres ser bautizado (-a)?
El padrino responde:
Volo.
Si quiero.

Rito Sacramental
Los padrinos toman al infante, el cual tendrá la cabeza desnuda y la cara hacia abajo. El Sacerdote con una concha toma el agua bautismal y la derrama tres veces sobre la cabeza, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo las palabras sacramentales:
N., EGO TE BAPTIZO IN NOMINE PAXTRIS, ET FIXLII, ET SPIRITUS X SANCTI.
N., YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.

Unción con el Crisma
El infante es ya cristiano; ha recibido el Sacramento regenerador; se le ha comunicado la vida divina, la gracia, se le ha perdonado el Pecado Original, es miembro de la Iglesia Católica y tiene derecho al Cielo.
En seguida el Sacerdote moja el pulgar con el santo Óleo del Crisma y unge al infante en la extremidad de la cabeza, en forma de cruz, diciendo:
Deus omnipotens, Pater Domini nostri Jesu Christi, qui te regeneravit ex aqua, et Spiritu Sancto, quique dedit tibi remissionem omnium pecca torum, (hic inungit) ipse te liniat Chrismate salutis X in eodem Christo Jesu Domino nostro in vitam aeternam.  R. Amen.
Dios Omnipotente, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te ha regenerado con el agua y el Espíritu Santo, y que te ha perdonado todos tus pecados (aquí le unge), Él mismo te unja con el Crisma X de salvación, en el mismo Jesucristo, nuestro Señor, para la vida eterna. R. Amén
El sacerdote añade:
Pax tibi. 
La paz sea contigo.
El padrino responde:
Et cum spiritu tuo.
Y con tu espíritu

Vestición
Después que el Sacerdote ha limpiado con algodón su pulgar y la parte ungida del infante, pone sobre él la vestidura blanca para indicar que ha de guardar toda su vida la gracia que acaba de recibir.
Accipe vestem candidam, quam immaculatam perferas ante tribunal Domini nostri Jesu Christi, ut habeas vitam aeternam.  R. Amen.
Recibe la vestidura blanca que puedas llevar limpia y pura ante el tribunal de nuestro Señor Jesucristo, para que tengas la vida eterna. R. Amén.

Iluminación
Da el Sacerdote una vela encendida al niño, o al padrino, en su nombre, para significar el buen ejemplo de vida cristiana, que ha de dar siempre, procurando no mancillar nunca su alma con el pecado.
Accipe lampadem ardentem, et irreprehensibilis custodi Baptis-mum tuum; serva Dei mandata, ut cum Dominus venerit ad nuptias, possis occurrere ei, una cum omnibus Sanctis, in aula coelesti, habeasque vitam aeternam et vivas in saecula saeculorum.  R. Amen.
Recibe la vela encendida, y guarda los mandamientos de Dios, para que, cuando el Señor viniere a las celestiales bodas, puedas salir a su encuentro juntamente con todos los Santos en el Cielo, y vivas eternamente. R. Amén.

Rito del Envío
Terminadas todas las ceremonias del Santo Bautismo, el Sacerdote despide al recién bautizado con unas palabras que recuerden las que Jesús solía dirigir a sus Apóstoles:
N., Vade in pace, et Dominus sit tecum.  R. Amen.
N., vete en paz, y el Señor sea contigo. R. Amén

Exhortación a los padrinos
 “Ex manuali toletano”
Advertid, que a vuestro oficio pertenece tener toda la vida por encomendado a este vuestro hijo espiritual, y procurar con diligencia, en lo que toca a la institución de la vida espiritual, que se haya siempre de tal manera, como vosotros lo tenéis prometido por él en este solemne acto del Bautismo. Enseñadle también que guarde castidad, ame la justicia, tenga caridad; y ante todas cosas que sepa el Padre nuestro, el Credo, y todo lo demás contenido en la Doctrina Cristiana. Considerad también, que con este bautizado, y con su padre y madre habéis contraído parentesco espiritual: de suerte, que no podrá haber entre vosotros legítimo matrimonio.

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Rito del Bautismo de Niños. by IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO (ESPAÑA) on Scribd