martes, 28 de marzo de 2017

MIERCOLES DE LA IV SEMANA CUARESMA


MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA CUARESMA
Estación en San Pablo

Idea dominante de la Misa de esta Feria: La purificación de la conciencia es un medio de santificación.

INTROITO    Ezequiel 36, 23-36
Después de hacer patente en vosotros la santidad mía, os reuniré de todas las naciones; y derramare sobre vosotros agua pura, y quedareis purificados de todas las inmundicias; y pondré en medio de vosotros un nuevo espíritu. (S) Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca. v/. Gloria al Padre…

Después de los Kyrie, se dice:
Oremos.  Arrodillémonos.  R/: Levantaos
Oh Dios, que concedes a los justos el premio de los méritos, y a los pecadores el perdón por medio del ayuno, apiádate de los que suplicamos, a fin de que la confesión de nuestras culpas nos haga merecer el perdón. Por nuestro Señor…

LECCIÓN Ezequiel 36, 23-28
Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre los gentiles, que vosotros habéis profanado en medio de ellos; y conocerán los gentiles que yo soy el Señor -oráculo del Señor-, cuando les haga ver mi santidad al castigaros. Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. Y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.

GRADUAL   Salmo 33, 12 y 16
Venid, hijos, escuchadme, que yo os enseñare el temor del Señor. v/ Acercaos vosotros a él y os iluminara, y no quedareis sonrojados.

COLECTA Aquí se dice: Dominus vobiscum, sin Flectámos Génua
Te suplicamos, Dios todopoderoso, nos concedas que alcancemos el santo gozo de la devoción, los que castigamos nuestra carne con los ayunos; para que refrenando los afectos terrenales, estemos más dispuestos a recibir los bienes celestiales. Por nuestra Señor…

EPISTOLA Isaías 1,16-19.
Lavaos, pues, purificaos, apartad de mis ojos la malignidad de vuestros pensamientos, cesad de obrar mal,  aprended a hacer bien, buscad lo que es justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.  Y entonces venid y argüidme, dice el Señor: Aunque vuestros pecados os hayan teñido como la grana, quedarán vuestras almas blancas como la nieve; y aunque fuesen teñidas de encarnado como el rojo, se volverán del color de la lana más blanca.  Como queráis, y me escuchéis, seréis alimentados de los frutos de vuestra tierra.

GRADUAL      Salmo 32, 12 y 16
Feliz la nación, cuyo Dios es el Señor, el pueblo a quien escogió por herencia propia suya. v/. Por la palabra del Señor se fundaron los cielos, y por el espíritu de su boca se formó todo su concierto y belleza.

TRACTO   Salmo 102,10
Señor, no nos trates según merecen nuestros pecados, ni según nuestras culpas nos castigues. v/. Señor, no te acuerdes de nuestras antiguas maldades: anticípense a favor nuestro cuanto antes tus misericordias; pues nos hallamos reducidos a extrema miseria. (Aquí se arrodilla) Ayudamos, oh Dios salvador nuestro: y por la gloria de tu nombre, líbranos, Señor, y perdona nuestros pecados, por amor a tu nombre

EVANGELIO Juan 9,1-38
Al pasar vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento: Y sus díscipulos le preguntaron: Maestro, ¿qué pecados son la causa de que éste haya nacido ciego, los suyos, o los de sus padres? Respondió Jesús: No es por culpa de éste, ni de sus padres; sino para que las obras de Dios resplandezcan en él.  Conviene que yo haga las obras de aquel que me ha enviado, mientras dura el día, viene la noche, cuando nadie puede trabajar.  Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo. Así que hubo dicho esto, escupió en tierra, y formó lodo con la saliva, y lo aplicó sobre los ojos del ciego, y le dijo: Anda, y lávate en la piscina de Siloé (palabra que significa el Enviado). Se fue, pues, y se lavó allí, y volvió con vista. Por lo cual los vecinos, y los que antes le habían visto pedir limosna, decían: ¿No es éste aquel que sentado allá, pedía limosna? Este es, respondían algunos. Y otros decían: No es él, sino alguno que se le parece. Pero él decía: Sí, que soy yo.Le preguntaban, pues: ¿Cómo se te han abierto los ojos? Respondió: Aquel hombre que se llama Jesús, hizo un poquito de lodo, y lo aplicó a mis ojos, y me dijo: Ve a la piscina de Siloé, y lávate allí. Yo fui, me lavé, y veo. Le preguntaron: ¿Dónde está ése? Respondió: No lo sé.  Llevaron, pues a los fariseos al que antes estaba ciego. Es de advertir que cuando Jesús formó el lodo y le abrió los ojos era día de sábado. Nuevamente, pues, los fariseos le preguntaban también cómo había logrado la vista. El les respondió: Puso lodo sobre mis ojos, me lavé, y veo.  Sobre lo que decían algunos de los fariseos: No es enviado de Dios este hombre, pues no guarda el sábado. Otros, decían: ¿Cómo un hombre pecador puede hacer tales milagros? Y había desacuerdo entre ellos. Dicen, pues, otra vez al ciego: Y tú ¿qué dices del que te ha abierto los ojos? Respondió: Que es un profeta. Pero por lo mismo no creyeron los judíos que hubiese sido ciego, y recibido la vista, hasta que llamaron a sus padres;  y les preguntaron: ¿Es éste vuestro hijo, de quien vosotros decís que nació ciego? Pues ¿cómo ve ahora?  Sus padres les respondieron, diciendo: Sabemos que éste es hijo nuestro, y que nació ciego;  pero cómo ahora ve, no lo sabemos; ni tampoco sabemos quién le ha abierto los ojos; preguntádselo a él, edad tiene, él dará razón de sí.  Esto dijeron sus padres por temor de los judíos; porque ya éstos habían decretado echar de la sinagoga a cualquiera que reconociese a Jesús por el Cristo, o Mesías. Por eso sus padres dijeron: Edad tiene, preguntádselo a él. Llamaron, pues, otra vez al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es un pecador. Mas él les respondió: Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo antes era ciego, y ahora veo. Le replicaron: ¿Qué hizo él contigo? ¿Cómo te abrió los ojos? Les respondió: Os lo he dicho ya, y lo habéis oído, ¿a qué fin queréis oírlo de nuevo? ¿Acaso será que también vosotros queréis haceros discípulos suyos?  Entonces le llenaron de maldiciones, y por fin le dijeron: Tú seas su discípulo, que nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; mas éste no sabemos de dónde es. Respondió aquel hombre, y les dijo: Aquí está la maravilla, que vosotros no sabéis de dónde es éste, y con todo ha abierto mis ojos, Lo que sabemos es que Dios no oye a los pecadores; sino que aquel que honra a Dios y hace su voluntad, éste es a quien Dios oye. Desde que el mundo es mundo no se ha oído jamás que alguno haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si este hombre no fuese enviado de Dios, no podría hacer nada de lo que hace. Le dijeron en respuesta: Saliste del vientre de tu madre envuelto en pecado, ¿y tú nos das lecciones? Y le arrojaron fuera. Oyó Jesús que le habían echado fuera; y encontrándose con él, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que yo crea en él? Le dijo Jesús: Le viste ya, y es el mismo que está hablando contigo. Entonces dijo él: Creo, Señor. Y postrándose a sus pies, le adoró.

OFERTORIO     Salmo 65, 8-9- y 20
Bendecid, oh naciones, a nuestro Dios; y haced resonar las voces de su alabanza: Él ha vuelto a mi alma la vida, y no ha dejado resbalar mis pies: Bendito sea Dios, que no desecho mi oración ni retiro de mí su misericordia, aleluya.

SECRETA
Humildemente re rogamos, Oh Dios todopoderoso, que por medio de estos sacrificios sean perdonados nuestros pecados; para que así nos concedas verdades salud de alma y cuerpo. Por nuestro Señor…

COMUNION     Juan 9,11
El Señor formo lodo con la saliva y lo aplicó sobre mis ojos, y fui, me lave y vi, y creí a Dios

POSCOMUNION
Haz, oh Señor nuestro, que estos sacramentos que acabamos de recibir nos sacien de alimento espiritual y nos defiendan con auxilios corporales. Por nuestro Señor…

SOBRE EL PUEBLO
Oremos. Humillad ante Dios vuestras cabezas
Presta, Señor, oídos de misericordia a las oraciones de los que acuden a ti; y para que les concedas lo que desean, haz que solo pidan lo que te sea grato. Por nuestro Señor…
Transcripto por Dña. Ana María Galvez


TEXTOS EN LATÍN


Feria IV post Dominicam IV in Quadragesima

Statio ad S. Paulum

Introitus. Ezech. xxxvi: 23-26.
Dum sanctificátus fúero in vobis, congregábo vos de univérsis terris: et effúndam super vos aquam mundam, et mundabímini ab ómnibus inquinaméntis vestris: et dabo vobis spíritum novum. Ps. xxxiii: 2 Benedícam Dóminum in omni témpore: semper laus ejus in ore meo. Glória Patri. Dum sanctificátus.
Post Kýrie, eléison, dicitur:
Orémus. Flectámus génua. Leváte.
Oratio.
Deus, qui et justis prǽmia meritórum et peccatóribus per jejúnium véniam præbes: miserére supplícibus tuis; ut reátus nostri conféssio indulgéntiam valeat percípere delictórum. Per Dóminum.
Ezech. xxxvi: 23-28.
Léctio Ezechiélis Prophétæ.
H
æc dicit Dóminus Deus: «Sanctificábo nomen meum magnum, quod pollútum est inter gentes, quod polluístis in médio eárum: ut sciant gentes, quia ego Dóminus, cum sanctificátus fúero in vobis coram eis. Tollam quippe vos de géntibus, et congregábo vos de univérsis terris, et addúcam vos in terram vestram. Et effúndam super vos aquam mundam, et mundabímini ab ómnibus inquinaméntis vestris, et ab univérsis ídolis vestris mundábo vos. Et dabo vobis cor novum, et spíritum novum ponam in médio vestri: et áuferam cor lapídeum de carne vestra, et dabo vobis cor cárneum. Et spíritum meum ponam in médio vestri: et fáciam, ut in præcéptis meis ambulétis, et judicia mea custodiátis et operémini. Et habitábitis in terra, quam dedi pátribus vestris: et éritis mihi in pópulum, et ego ero vobis in Deum» dicit Dóminus omnípotens.
Graduale. Ps. xxxviii: 12 et 6
Veníte, fílii, audíte me: timórem Dómini docébo vos. v. Accédite ad eum, et illuminámini: et fácies vestræ non confundéntur.
Sine Flectámus génua,
hic dicitur: Dóminus vobíscum. Orémus.
Oratio.
Præsta, quǽsumus, omnípotens Deus: ut, quos jejúnia votiva castígant, ipsa quoque devótio sancta lætíficet; ut, terrénis afféctibus mitigátis, facílius cœléstia capiámus. Per Dóminum.

Is. i: 16-19.
Léctio Isaíæ Prophétæ.
H
æc dicit Dóminus Deus: «Lavámini, mundi estóte, auférte malum cogitatiónum vestrárum ab óculis meis: quiéscite ágere pervérse, díscite benefácere: quǽrite judícium, subveníte opprésso, judicáte pupíllo, deféndite víduam. Et veníte et argúite me,» dicit Dóminus: «si fúerint peccáta vestra ut cóccinum, quasi nix dealbabúntur: et si fúerint rubra quasi vermículus, velut lana alba erunt. Si voluéritis et audiéritis me, bona terræ comedétis» dicit Dóminus omnípotens.
Graduale. Ps. xxxii: 32, 12 et 6
Beáta gens, cujus est Dóminus Deus eórum: pópulus, quem elégit Dóminus in hereditátem sibi. v. Verbo Dómini cœli firmáti sunt: et spíritu oris ejus omnis virtus eórum.
Tractus. Ps.cii: 10
Dómine, non secúndum peccáta nostra, quæ fécimus nos: neque secúndum iniquitátes nostras retríbuas nobis. Ps. lxxviii: 8-9 Dómine, ne memíneris iniquitátum nostrárum antiquárum: cito antícipent nos misericórdiæ tuæ, quia páuperes facti sumus nimis. (Hic genuflectitur)Adjuva nos, Deus, salutáris noster: et propter glóriam nóminis tui, Dómine, líbera nos: et propítius esto peccátis nostris, propter nomen tuum.
Joann. ix: 1-38
Cross 
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem.
In illo témpore: Prætériens Jesus vidit hóminem cæcum a nativitáte: et interrogavérunt eum discípuli ejus: «Rabbi, quis peccávit, hic aut paréntes ejus, ut cæcus nascerétur?» Respóndit Jesus: «Neque hic peccávit neque paréntes ejus: sed ut manifesténtur ópera Dei in illo. Me opórtet operári ópera ejus, qui misit me, donec dies est: venit nox, quando nemo potest operári. Quámdiu sum in mundo, lux sum mundi.» Hæc cum dixísset, éxspuit in terram, et fecit lutum ex sputo, et linívit lutum super óculos ejus, et dixit ei: «Vade, lava in natatória Síloe» (quod interpretátur Missus). Abiit ergo, et lavit, et venit videns. Itaque vicíni, et qui víderant eum prius, quia mendícus erat, dicébant: «Nonne hic est, qui sedébat et mendicábat?» Alii dicébant: «Quia hic est.» Alii autem: «Nequáquam, sed símilis est ei.» Ille vero dicébat: «Quia ego sum.» Dicébant ergo ei: «Quómodo apérti sunt tibi óculi?» Respóndit: «Ille homo, qui dícitur Jesus, lutum fecit, et unxit oculos meos, et dixit mihi: «Vade ad natatória Síloe, et lava.» Et ábii, et lavi, et vídeo.» Et dixérunt ei: «Ubi est ille?» Ait: «Néscio.» Addúcunt eum ad pharisǽos, qui cæcus fúerat. Erat autem sábbatum, quando lutum fecit Jesus, et apéruit óculos ejus. Iterum ergo interrogábant eum pharisǽi, quómodo vidísset. Ille autem dixit eis: «Lutum mihi posuit super oculos, et lavi, et video.» Dicébant ergo ex pharisæis quidam: «Non est hic homo a Deo, qui sábbatum non custódit.» Alii autem dicébant: «Quómodo potest homo peccator hæc signa facere ?» Et schisma erat inter eos. Dicunt ergo cæco íterum: «Tu quid dicis de illo, qui apéruit óculos tuos?» Ille autem dixit: «Quia Prophéta est.» Non credidérunt ergo Judǽi de illo, quia cæcus fuísset et vidísset, donec vocavérunt paréntes ejus, qui víderat: et interrogavérunt eos, dicéntes: «Hic est fílius vester, quem vos dícitis, quia cæcus natus est? Quómodo ergo nunc videt?» Respondérunt eis paréntes ejus, et dixérunt: «Scimus, quia hic est fílius noster, et quia cæcus natus est: quómodo autem nunc vídeat, nescímus: aut quis ejus aperuit oculos, nos nescímus: ipsum interrogáte, ætatem habet, ipse de se loquatur.» Hæc dixérunt paréntes ejus, quóniam timébant Judǽos: jam enim conspiráverant Judǽi, ut, si quis eum confiterétur esse Christum, extra synagógam fíeret. Proptérea paréntes ejus dixérunt: «Quia ætatem habet, ipsum interrogáte.» Vocavérunt ergo rursum hóminem, qui fúerat cæcus, et dixérunt ei: «Da glóriam Deo. Nos scimus, quia hic homo peccátor est.» Dixit ergo eis ille: «Si peccátor est, néscio: unum scio, quia, cæcus cum essem, modo vídeo.» Dixérunt ergo illi: «Quid fecit tibi? quómodo apéruit tibi óculos?» Respóndit eis: «Dixi vobis jam, et audístis: quid íterum vultis audíre? Numquid et vos vultis discípuli ejus fíeri?» Male dixérunt ergo ei, et dixérunt: «Tu discípulus illíus sis: nos autem Móysi discípuli sumus. Nos scimus, quia Moysi locútus est Deus: hunc autem nescímus, unde sit.» Respóndit ille homo et dixit eis: «In hoc enim mirábile est, quia vos néscitis, unde sit, et apéruit meos óculos: scimus autem, quia peccatóres Deus non audit: sed, si quis Dei cultor est et voluntátem ejus facit, hunc exáudit.» A sǽculo non est audítum, quia quis apéruit óculos cæci nati. Nisi esset hic a Deo, non póterat fácere quidquam.» Respondérunt et dixérunt ei: «In peccátis natus es totus, et tu doces nos?» Et ejecérunt eum foras. Audívit Jesus, quia ejecérunt eum foras, et cum invenísset eum, dixit ei: «Tu credis in Fílium Dei?» Respóndit ille et dixit: «Quis est, Dómine, ut credam in eum?» Et dixit ei Jesus: «Et vidísti eum, et qui lóquitur tecum, ipse est.» At ille ait: «Credo, Dómine.» (Hic genuflectitur) Et prócidens adorávit eum.
Offertorium Ps. lxv: ,8-9 et 20
Benedícite, gentes, Dóminum, Deum nostrum, et obaudíte vocem laudis ejus: qui pósuit ánimam meam ad vitam, et non dedit commovéri pedes meos: benedíctus Dóminus, qui non amóvit deprecatiónem meam, et misericórdiam suam a me.
Secreta.
Súpplices te rogámus, omnípotens Deus: ut his sacrifíciis peccáta nostra mundéntur; quia tunc veram nobis tríbuis et mentis et córporis sanitátem. Per Dóminum.

Communio. Joann. ix: 11.
Lutum fecit ex sputo Dóminus, et linívit óculos meos: et ábii, et lavi, et vidi, et crédidi Deo.

Postcommunio.
Sacraménta, quæ súmpsimus, Dómine, Deus noster: et spirituálibus nos répleant aliméntis, et corporálibus tueántur auxíliis. Per Dóminum.

Super populum:
Orémus. Humiliáte cápita vestra Deo.
Oratio.

Páteant aures misericórdiæ tuæ. Dómine, précibus supplicántium: et, ut peténtibus desideráta concédas; fac eos, quæ tibi sunt plácita, postuláre.

 

COMENTARIOS:
Sta Teresa de Jesús CON FE TODO SE ALCANZA
Benedicto XVI DEJÉMONOS CURAR POR JESÚS QUE PUEDE Y QUIERA DARNOS LA LUZ DE DIOS