lunes, 4 de octubre de 2021

XX domingo después de Pentecostés

XX DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS

II clase, verde

Gloria, Credo y Prefacio de la Trinidad

 

Como los tres jóvenes, ilesos en la hoguera del tirano, “llenos del Espíritu Santo” cantemos himnos a Dios que nos salva. Para conseguir el perdón de nuestras culpas, según pedimos en la Colecta, nada tan propio como confesarlas humilde y dolorosamente.

Esta confesión la expresamos en el Introito, reconociendo, como los Israelitas desterrados en Babilonia, cuan merecidos tenemos los castigos que Dios nos ha enviado. Por lo mismo, el salmo del Introito nos recuerda que los verdaderamente dichosos son aquellos que se guardan de toda iniquidad.

En la Epístola, el glorioso Apóstol nos amonesta que los peligros que nos amenazan avisándonos que no obremos imprudente y temerariamente. Para obrar con rectitud nos indica como un medio seguro el conocimiento de la voluntad divina. Esta, como enseña en otra parte el mismo Apóstol, no es otra que nuestra santificación.

El Evangelio nos demuestra cuanto desagrada a Dios la poca fe. Si queremos darnos la benevolencia, el afecto de Jesús, confesemos siempre su poder infinito, reconozcamos que con sola su voluntad puede obrar los más admirables milagros.

La fe en la omnipotencia de Jesús acompañada de la obediencia en sus mandamientos, nos hará ciertamente dignos, como confesamos en la Poscomunión, de los dones celestiales.

 

INTROITO Daniel 3, 31.29. 35. Salmo 118, 1

Omnia, quæ fecísti nobis, Dómine, in vero judício fecísti, quia pecávimus tibi, et mandátis tuis non obedívimus: sed da glóriam nómini tuo, et fac nobíscum secúndum multitúdinem misericórdiæ tuæ. V/. Beáti immaculáti in via: qui ambulant in lege Dómini. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén

Todo cuanto habéis hecho, oh Señor, lo hicisteis con verdad y justicia, porque hemos pecado no obedeciendo a vuestros mandatos, pero glorificad vuestro Nombre y obrad con nosotros según vuestra gran misericordia. V/. Dichosos los limpios de corazón, los que andan por el camino de la Ley de Dios.  V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

 

COLECTA

Largíre, quǽsumus, Dómine fidélibus tuis indulgéntiam placátus et pacem: ut páriter ab ómnibus mundéntur offénsis, et secúra tibi mente desérviant.  Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

 

Conceded, Señor, os suplicamos, a vuestros fieles el perdón y la paz, para que juntamente se purifiquen de todo pecado y os sirvan con seguridad y confianza.  Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

EPÍSTOLA Efesios 5, 15-21

Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Ephesios.

Fratres: Vidéte quómodo caute ambulétis: non quasi insipiéntes, sed ut sapiéntes, rediméntes tempus, quóniam dies mali sunt. Proptérea nolíte fíeri inprudéntes, sed intellegéntes, quæ sit volúntas Dei. Et nolíte inebriári vino, in quo est luxúria sed implémini Spíritu Sancto, loquéntes vobismetípsis in psalmis, et hymnis, et cánticis spirituálibus, cantántes, et psalléntes in córdibus vestris Dómino: grátias agéntes semper pro ómnibus in nómine Dómini nostri Jesu Christi, Deo et Patri. Subjécti ínvicem in timóre Christi.

Lección de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios

Hermanos: Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos, aprovechando la ocasión, porque vienen días malos. Por eso, no estéis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere. No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu. Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor. Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo.

 

GRADUAL Salmo 144, 15-16

Oculi ómnium in te sperant, Dómine: et tu das illis escam in témpore opportúno. V/. Aperis tu manum tuam: et imples omne ánimal benedictióne.

Todos los ojos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo. V/. Tu mano se abre y sacia de favores a todos los vivientes.

 

ALELUYA Salmo 107, 2

Allelúja, allelúja. V/. Parátum cor meum, Deus, parátum cor meum: cantábo, et psallam tibi, glória mea. Allelúja.

Aleluya, aleluya. V/. Dios mío, mi corazón está firme, para ti cantaré y tocaré, gloria mía. Aleluya.

 

EVANGELIO Juan 4, 46-36

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem.

In illo témpore:. Erat quidam régulus cujus fílius infirmabátur Caphárnaum. Hic cum audísset quia Jesus adveníret a Judǽa in Galilǽam, ábiit ad eum, et rogábat eum ut descénderet et sanáret fílium ejus: incipiébat enim mori. Dixit ergo Iesus ad eum: "Nisi signa et prodígia vidéritis, non créditis." Dicit ad eum régulus: "Dómine, descénde priúsquam moriátur fílius meus." Dicit ei Jesus: "Vade fílius tuus vivit." Crédidit homo sermóni, quem dixit ei Jesus, et ibat. Jam autem eo descendénte, servi occurrérunt ei, et nuntiavérunt dicéntes, quia fílius eius víveret. Interrogábat ergo horam ab eis, in qua mélius habúerit. Et dixérunt ei: "Quia heri hora séptima relíquit eum febris. Cognóvit ergo pater, quia illa hora erat, in qua dixit ei Jesus, "Fílius tuus vivit," et credidit ipse, et domus ejus tota.

Continuación del Santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo: Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Si no veis signos y prodigios, no creéis». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo vive». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia.

 

Se dice Credo

 

OFERTORIO Salmo 136, 1

Super flúmina Babylónis illic sédimus, et flévimus: dum recordarémur tui, Sion.

En las márgenes de los ríos de Babilonia nos sentamos y lloramos al acordarnos de ti, oh Sión.

 

SECRETA

Cæléstem nobis prǽbeant hæc mystéria, quǽsumus, Dómine, medicínam: et vita nostri cordis expúrgent. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,

Os rogamos, Señor, nos sirvan estos misterios de celestial medicina y purifiquen de vicios nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

 

 

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes:

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que con tu unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no en la individualidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto nos has revelado de tu gloria, lo creemos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De suerte, que confesando una verdadera y eterna Divinidad, adoramos la propiedad en las personas, la unidad en la esencia, y la igualdad en la majestad, la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines, que no cesan de cantar a diario, diciendo a una voz.

 

COMUNIÓN Salmo 118, 49-50

Meménto verbi tui servo tuo, Dómine, in quo mihi spem dedísti: hæc me consoláta est in humilitáte mea.

Acordaos, Señor, de la promesa hecha a vuestro siervo, que tanta esperanza me ha infundido; y es consuelo en mi dolor.

 

POSCOMUNIÓN

Ut sacris, Dómine, reddámur digni munéribus: fac nos, quǽsumus, tuis semper obedíre mandátis. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

A fin de hacernos dignos de vuestros sagrados misterios, haced, Señor, que sigamos siempre vuestra ley. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.



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