Viri
Galilǽi, quid admirámini aspiciéntes in cælum? allelúja: quemádmodum vidístis
eum ascendéntem in cælum, ita véniet, allelúja, allelúja allelúja. V/. Omnes gentes, pláudite manibus, jubiláte Deo in
voce exsultatiónis. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui
Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén
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Hombres
de Galilea, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? Aleluya, aleluya. Como lo habéis visto
marchar al cielo, así vendrá, aleluya, aleluya, aleluya. V/. Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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Concéde,
quǽsumus, omnípotens Deus: ut, qui hodiérna die Unigénitum tuum Redemptórem
nostrum as cælos ascendísse crédimus; ipsi quoque mente in cæléstibus
habitémus. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula
saeculorum. Amen.
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Dios
todopoderoso, concede a quienes creemos que tu Hijo y Salvador nuestro ha
subido hoy a los cielos, vivir en ascensión continúa hasta alcanzar la eterna
morada. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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Léctio
Actuum Apostolórum.
Primum
quidem sermónem feci de ómnibus, o Theóphile, quæ cœpit Jesus fácere et
docére, usque in diem qua præcípiens Apóstolis per Spíritum Sanctum, quos
elégit, assumptus est; quibus et prǽbuit seípsum vivum post passiónem suam in
multis arguméntis, per dies quadragínta appárens eis, et loquens de regno
Dei. Et convéscens, præcépit eis ab Jerosólymis ne discéderent, sed
expectárent promissiónem Patris, quam audístis (inquit) per os meum; quia
Joánnes quidem baptizávit aqua, vos autem baptizabímini Spíritu Sancto non
post multos hos dies. Igitur qui convenérant interrogábant eum dicéntes:
«Dómine si in témpore hoc restítues regnum Israël?» Dixit autem eis: «Non est
vestrum nosse témpora vel moménta quæ Pater pósuit in sua potestáte: sed accipiétis
virtútem superveniéntis Spíritus Sancti in vos, et éritis mihi testes in
Jerúsalem et in omni Iudǽa, et Samaría, et usque ad últimum terræ.» Et cum
hæc dixísset, vidéntibus illis, elevátus est, et nubes suscépit eum ab óculis
eórum. Cumque intueréntur in cælum eúnte illum, ecce duo viri adstitérunt
juxta illos in véstibus albis, qui et dixérunt: «Viri Galilǽi, quid statis
aspiciéntes in cælum? Hic Jesus, qui assúmptus est a vobis in cælum, sic
véniet, quemádmodum vidístis eum eúntem in cælum.»
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Lección de los Hechos de los Apóstoles En mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días». Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?». Les dijo: «No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra». Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo». |
Allelúja,
allelúja. V/.
Ascéndit Deus in jubilatióne, et Dóminus in voce tubæ. Allelúja. V/. Dóminus
in Sina in sancto, ascéndens in altum, captívam duxit captivitátem. Allelúja
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Aleluya,
aleluya. V/.
Dios asciende entre aclamaciones, el Señor
a son de trompeta. Aleluya. V/. Dios marcha del Sinaí al santuario, sube
a la cumbre llevando cautivos. Aleluya.
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Sequéntia
sancti Evangélii secúndum Marcum.
In
illo témpore: Recumbéntibus illis úndecim appáruit illis Jesus: et
exprobrávit incredulitátem eórum et durítiam cordis: quia his qui víderant
eum resurrexísse non credidérant. Et dixit eis: «Eúntes in mundum univérsum,
prædicáte Evangélium omni creatúræ. Qui
credíderit et baptizátus fúerit, salvus erit; qui vero non credíderit
condemnábitur. Signa autem eos, qui credíderint, hæc sequéntur: In nómine meo
dæmónia ejícient; linguis loquéntur novis; serpéntes tollent; et si
mortíferum quid bíberint, non eis nocébit: super ægros manus impónent, et
bene habébunt.» Et Dóminus quidem Jesus, postquam locútus est eis, assúmptus
est in cælum, et sedit a dextris Dei. Illi autem profécti prædicavérunt
ubique, Dómino cooperánte et sermónem confirmánte, sequéntibus signis.
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Continuación del Santo Evangelio según San Marcos. En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. |
Ascéndit
Deus in jubilatióne, et Dóminus in voce tubæ, allelúja.
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Dios
asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas, aleluya.
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Súscipe,
Dómine, múnera, quæ pro Fílii tui gloriósa Ascensióne deférimus: et concéde
propítius; ut a præséntibus periculis liberemur, et ad vitam perveniámus
ætérnam. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,
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Recibe.
Señor, las ofrendas que te presentamos, para celebrar la Ascensión de tu Hijo
a la gloria: líbranos de los actuales peligros y concédenos la vida eterna. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios,
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Vere
dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias
ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: per Christum, Dóminum
nostrum. Qui post resurrectiónem suam ómnibus discípulis suis maniféstus
appáruit, et, ipsis cernéntibus, est elevátus in cælum, ut nos divinitátis
suæ tribúeret esse partícipes. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum
Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum
glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes:
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Realmente
es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y
en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo
nuestro Señor: Que después de su resurrección se apareció visiblemente a
todos sus discípulos y, ante sus ojos, fue elevado al cielo para hacernos
compartir su divinidad. Por eso con los Ángeles y Arcángeles y con todos los
coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
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Communicántes, et diem sacratíssimum
celebrántes, quo Dóminus noster unigénitus Fílius tuus, unítam sibi
fragilitátis nostræ substántiam, in glóriæ tuæ déxtera collocávit: sed et
memóriam venerántes,…
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Unidos
en una misma comunión y celebrando el sacratísimo día en que el Señor
nuestro, tu unigénito Hijo, colocó al a dieta de tu gloria nuestra frágil
naturaleza, unida en él a su divinidad, veneramos también la memoria,…
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Psálite Dómino, qui ascéndit super
cælos cælorum ad Oriéntem, allelúja.
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Cantad
al Señor, que sube a lo más alto de los cielos hacia el Oriente, aleluya.
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Presta,
nobis, quǽsumus, omnípotens et miséricors Deus: ut, quæ visibílibus mystériis
suménda percépimus, invisíbili consequámur efféctu. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in
unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
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Dios
de poder y misericordia, concédenos sentir los frutos invisibles de este
sacramento visible que hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos. Amén.
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