DOMINGO DE QUINCUAGÉSIMA
II clase, morado
Sin Gloria. Tracto, Credo y prefacio de la Santísima Trinidad.
TIEMPO DE SEPTUAGÉSIMA Y SUS NORMAS LITÚRGICAS
Los nombres del Domingo de Quincuagésima. Para muchos cristianos este domingo señalaba el inicio del ayuno anterior a la Pascua, por lo que se llamaba, como entre los sirios, “Dominica ingresii jejunii”. Para otros, la Quincuagésima marcaba la fecha después de la cual la carne quedaba prohibida y, consecuentemente, se dio por llamarle “Dominica carnis privium, ad carnes tollendas, carnevala.” Habida cuenta que tales reglas afectaban principalmente al clero, encontramos también el nombre “carnes privium sacerdotium”. En los sitios en los que la abstinencia empezaba más temprano, esta fecha indicaba el día en que se prohibían la leche y los huevos –“ova et lacticinia”-, y por lo que en griego se le llamaba con el equivalente al latín “Dominica cesei comestrix et ovorum”; entre los melquitas, “sublationis ovorum et casei”. Los eslavos la llamaban “Ned. III. Predpepelnicna”, que significa " tercer domingo antes del Miércoles de Ceniza". Los bohemios, “Ned. II po devitniku”, o segundo domingo después del noveno antes de Pascua. En muchos lugares este domingo y los siguientes dos días eran usados para preparar la Cuaresma mediante una buena confesión.
Como los días previos a la Cuaresma eran con frecuencia destinados al desenfreno, Benedicto XIV, por medio de la constitución "Inter Caetera" (1 enero de 1748) introdujo una especie de "devoción de las cuarenta horas" para proteger a los fieles de diversiones peligrosas y para llevar a cabo alguna reparación por los pecados cometidos.
Las lecturas de maitines, como los domingos anteriores que nos presentaban a Adán y a Noé, se centran en la persona de Abraham, padre de la fe por su confianza total en la promesa divina. Solo con los ojos de la fe se puede comprender el misterio de Cristo. Los apóstoles no comprenden las palabras del Señor que anuncian su pasión, muerte y resurrección. Faltaba la visión de fe. A continuación, se nos narra la curación del ciego al borde del camino. Confiesa a Jesús como Hijo de David, como el Mesías esperado. Insiste en su oración. Súplica su curación. El Señor lo cura: "Tu fe te ha salvado".
En la Epístola de este domingo, san Pablo nos presenta la carta magna del Cristianismo: la caridad. Amor de Dios por la humanidad en su plan salvífico. Amor del hombre que ha de responder a su Redentor. Amor de los hombres que se han de amar como hijos de Dios. Esta respuesta del hombre está condicionada por la fe: ahora vemos como un espejo, ahora conozco imperfectamente... En el cielo, solo quedará la caridad. Será ella la que nos permita ver a Dios cara a cara.
Las oraciones y los cantos propios de la misa. Para alejar el grave peligro de ser sitiada en qué en un tiempo se hallaba la ciudad de Roma, en las tres basílicas que forma como un triángulo protector de la ciudad: San Pedro, San Pablo y san Lorenzo, se celebraron tres misas con textos que ahora forman los de la presente y los de las dos precedentes dominicas. Recémoslos, pues, en nuestras constantes peligros con las sobrenaturales esperanzas en que su tiempo las inspiraron.
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Nueva etapa en la historia religiosa de la humanidad. Después de Adán, “el padre del género humano” (Septuagésima); después de Noé, “el padre de la generación nueva” (Sexagésima), las lecciones de maitines proponen a nuestra consideración la gran figura de Abraham, “el padre de los creyentes”. Por su fe en la realización de las promesas divinas, es Abraham nuestro padre en la fe; por haber aceptado sacrificar a Isaac, “el hijo de la promesa”, en quien descansaba toda su esperanza, ha multiplicado Dios su posteridad, e Isaac, destinado a la inmolación y luego arrancado a la muerte, es figura de Jesús muerto y resucitado. (Hebreos 2, 17-19).
“He aquí que subimos a Jerusalén”. Al mismo tiempo que nos recuerda la Pasión, el evangelio nos revela en la curación del ciego de nacimiento el don de la fe, que saca a los hombres de su ceguedad; es decir, de las tinieblas de sus pecados. En la Epístola, el himno entusiasta de San Pablo a la caridad subraya igualmente la transformación sobrenatural que ha de obrar la redención de Cristo en nuestras almas humanas.
INTROITO Salmo 30, 3-4. 2
Esto mihi in Deum protectórem, et in locum refúgii, ut salvum me fácias: quóniam firmaméntum meum, et refúgium meum es tu: et propter nomen tuum dux mihi eris, et enútries me. V/. In te, Dómine, sperávi, non confúndar in ætérnum: in justítia tua líbera me, et éripe me. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén |
Sé para mí un Dios protector y un lugar de refugio, para salvarme; porque Tú eres mi fortaleza y mi asilo; y por Tu Nombre me guiarás y me sustentaré. V/. Oh Señor, en Ti tengo puesta mi esperanza: no quede yo para siempre confundido: sálvame, pues eres justo, y líbrame. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. |
COLECTA
Preces nostras, quǽsumus, Dómine, cleménter exáudi: atque a peccatórum vínculis absolútos, ab omni nos adversitáte custódi. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. |
Escucha, te rogamos, Señor, nuestras súplicas según tu misericordia, y, libres de los lazos de nuestros pecados, presérvanos de toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
EPÍSTOLA 1 Corintios 13, 1-13
Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Corínthios. Fratres: Si linguis hóminum loquar, et Angelórum, caritátem autem non hábeam, factus sum velut æs sonans, aut cymbalum tínniens. Et si habúero prophetíam, et nóverim mystéria ómnia, et omnem sciéntiam: et si habúero omnem fidem ita ut montes tránsferam, caritátem autem non habúero, nihil sum. Et si distribúero in cibos páuperum omnes facultátes meas, et si tradídero corpus meum ita ut árdeam, caritátem autem non habúero, nihil mihi prodest. Cáritas pátiens est, benígna est: Cáritas non æmulátur, non agit pérperam, non inflátur, non est ambitiósa, non quærit quæ sua sunt, non irritátur, non cógitat malum, non gaudet super iniquitáte, congáudet autem veritáti: ómnia suffert, ómnia credit, ómnia sperat, ómnia sústinet. Cáritas numquam éxcidit; sive prophetíæ evacuabúntur, sive linguæ cessábunt, sive sciéntia destruétur. Ex parte enim cognóscimus, et ex parte prophetámus. Cum autem vénerit quod perféctum est, evacuábitur quod ex parte est. Cum essem párvulus, loquébar ut párvulus, sapiébam ut párvulus, cogitábam ut párvulus. Quando autem factus sum vir, evacuávi quæ erant párvuli. Vidémus nunc per spéculum in ænígmate: tunc autem fácie ad fáciem. Nunc cognósco ex parte: tunc autem cognóscam sicut et cógnitus sum. Nunc autem manent, fides, spes, cáritas, tria hæc: major autem horum est cáritas. |
Lección de la carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1 Corintios 13, 1-13 Hermanos: Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde. Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada. Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría. El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca. Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará. Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios. En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor. |
GRADUAL Salmo 76, 15-16
Tu es Deus qui facis mirabília solus: notam fecísti in géntibus virtútem tuam. V/. Liberásti in bráchio tuo pópulum tuum, fílios Israël et Joseph. |
Tú eres el Dios que obra prodigios; hiciste conocer a los pueblos tu poder. V/. Con tu brazo libraste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y José. |
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TRACTO. Salmo 99, 1-2
En Septugésima, omitido el Aleluya, se dice:
Jubiláte Deo omnis terra: servíte Dómino in lætítia. V/. Intráte in conspéctu ejus, in exsultatióne: scitóte quod Dóminus ipse est Deus. V/. Ipse fecit nos, et non ipsi nos: nos autem pópulus ejus, et oves páscuæ ejus. |
Moradores todos de la tierra, canten con júbilo las alabanzas de Dios: sirvan al Señor con alegría. V/. Vengan llenos de alborozo a presentarse ante su acatamiento. Tengan entendido que el Señor es el único Dios. V/. Él es el que nos hizo, y no nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su aprisco. |
EVANGELIO Lucas 18, 31-43
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam. In illo témpore: Assúmpsit Jesus duódecim, et ait illis: «Ecce ascéndimus Jerosólymam, et consummabúntur ómnia, quæ scripta sunt per prophétas de Fílio hóminis. Tradétur enim géntibus, et illudétur, et flagellábitur, et conspuétur: et postquam flagelláverint, occídent eum, et tértia die resúrget.» Et ipsi nihil horum intellexérunt, et erat verbum istud abscónditum ab eis, et non intelligébant quæ dicebántur. Factum est autem, cum appropinquáret Jéricho, cæcus quidam sedébat secus viam, mendícans. Et cum audíret turbam prætereúntem, interrogábat quid hoc esset. Dixérunt autem ei, quod Jesus Nazarénus transíret. Et clamávit, dicens: «Jesu, fili David, miserére mei.» Et qui præíbant, increpábant eum ut tacéret. Ipse vero multo magis clamábat: «Fili David, miserére mei.» Stans autem Jesus, jussit illum addúci ad se. Et cum appropinquásset, interrogávit illum, dicens: «Quid tibi vis fáciam?» At ille dixit: Dómine, ut vídeam.» Et Jesus dixit illi: «Réspice, fides tua te salvum fecit.» Et conféstim vidit, et sequebátur illum magníficans Deum. Et omnis plebs ut vidit, dedit laudem Deo. |
Continuación del Santo Evangelio según San Lucas En aquel tiempo: Tomando Jesús consigo a los Doce, les dijo: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén y se cumplirá en el Hijo del hombre todo lo escrito por los profetas, pues será entregado a los gentiles y será escarnecido, insultado y escupido, y después de azotarlo lo matarán, y al tercer día resucitará». Pero ellos no entendieron nada de esto, este lenguaje era misterioso para ellos y no comprendieron lo que les decía. Cuando se acercaba a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron: «Pasa Jesús el Nazareno». Entonces empezó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!». Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». Él dijo: «Señor, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado». Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios. |
Se dice Credo
OFERTORIO Salmo 118, 12-13
Benedíctus es, Dómine, doce me justificatiónes tuas: in lábiis meis pronuntiávi ómnia judícia oris tui. |
Bendito eres Tú, Señor; enséñame tus preceptos: con mis labios he pronunciado todos los oráculos que han salido de tu boca. |
SECRETA
Hæc hóstia, Dómine, quǽsumus, emúndet nostra delícta: et ad sacrifícium celebrándum, subditórum tibi córpora mentésque sanctíficet. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,
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Haz, Señor, que esta Hostia borre nuestros pecados, y santifique los cuerpos y espíritus de tus servidores para celebrar dignamente este sacrificio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios |
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes: |
Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios. Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro: |
COMUNIÓN Salmo 77, 29-30
Manducavérunt, et saturáti sunt nimis, et desidérium eórum áttulit eis Dóminus: non sunt fraudáti a desidério suo. |
Comieron y se hartaron; les concedió el Señor su deseo; no quedaron frustrados sus anhelos. |
POSCOMUNIÓN
Quǽsumus omnípotens Deus: ut qui cæléstia aliménta percépimus, per hæc contra ómnia advérsa muniámur. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. |
Te rogamos, Dios Todopoderoso, hagas que, habiendo recibido el alimento celestial, éste nos fortifique contra toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
Quincuagésima. Leccionario 1962
Domingo de Quincuagésima. Guía de los fieles para la santa misa cantada. Kyrial Orbis Factor
Domingo de Quicuagésima. Propio y Ordinario de la santa misa
Comentario Card. Schuster
Sugerencias para la homilía Sermón de San Antonio de Padua
COMENTARIOS AL EVANGELIO
- Homilía de maitines SUS OBRAS, POR UNA PARTE MANIFIESTAN SU PODER Y POR OTRA NOS REVELAN ALGÚN MISTERIO. San Gregorio Magno
- EL SEÑOR LAVA EL ERROR DE LOS OJOS DEL CIEGO. San Jerónimo
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SEGUID A CRISTO COMO AQUELLOS CIEGOS. San Carlos Borromeo
Benedicto XVI LA FE ES UN CAMINO DE ILUMINACIÓN LA CEGUERA DEL PECADO. San Alfonso María de Ligorio
- LA OBEDIENCIA CIEGA. San Juan Bautista de la Salle SEÑOR QUE VEA. Homilía de Quicuagésima
- ES CUESTIÓN DE AMOR. Homilía del domingo de quincuagésima
Como Abraham, a las puertas de la Cuaresma, subamos al sacrificio. Homilía
Jesús nos anuncia su Pasión. Homilía de Quincuagésima
Epístola
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Evangelio
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