viernes, 8 de abril de 2022

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor / Dominica II Passionis seu in Palmis

II DOMINGO DE PASIÓN

o

DOMINGO DE RAMOS

I clase

 Dominica II Passionis seu in Palmis

   La liturgia de este día expresa por medio de dos ceremonias, una de alegría y  otra de tristeza, los dos aspectos del misterio de la Cruz.   

   Se trata primero de la bendición y procesión de las Palmas en que todo respira santo júbilo, el cual nos permite, aun después de veinte siglos, revivir la escena grandiosa de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

   Luego viene la Misa, cuyos cantos y lecturas se relacionan exclusivamente con el doloroso recuerdo de la Pasión del Salvador.

 

BENDICIÓN DE LOS RAMOS Y PROCESIÓN

En Jerusalén, y en el siglo IV, se leía en este Domingo, y en el lugar mismo en que se realizó, el relato evangélico que nos pinta a Cristo aclamado por las turbas como rey de Israel, y tomando posesión de la capital de su reino. Y, en efecto, Jerusalén era imagen del reino de la Jerusalén celestial.

   Luego, el obispo, cabalgando sobre un jumento, iba desde la cima del monte de los Olivos hasta la iglesia de la Resurrección, rodeado de la muchedumbre que llevaba en la mano ramos y cantaba himnos y antífonas.

   Semejante ceremonia iba precedida de la lectura del paso del Éxodo, relativo a la salida de Egipto. El pueblo de Dios, acampado a la sombra de las palmeras, junto a las doce fuentes en que Moisés les prometió el maná, era figura del pueblo cristiano que corta ramas de palmeras y manifiesta que su Rey, Jesús, viene a libertar las almas del pecado y a conducirlas a las fuentes bautismales para alimentarlas después con el Maná eucarístico.

   La Iglesia romana, al adoptar uso tan bello hacia el siglo IX, añadió los ritos de la bendición de los Ramos. De ahí el nombre de Pascua Florida que se da a este Domingo.

   Ese cortejo de cristianos que, con palmas en la mano y entonando triunfantes hosannas, aclama todos los años en el mundo entero y a través de todas las generaciones la realeza de Cristo, está compuesto de catecúmenos, de penitentes públicos, y de fieles que los Sacramentos del Bautismo, de la Eucaristía y de la Penitencia van a asociar en las solemnidades Pascuales al glorioso Triunfador.

   Viendo por la fe ese hecho y su significación, roguemos al Señor que, “lo que aquel pueblo hizo exteriormente, nosotros lo cumplamos también espiritualmente, ganando la victoria sobre el demonio” (Oración de la bendición de los Ramos).

   Conservemos religiosamente en nuestras casas uno de los ramitos bendecidos. Ese sacramental nos alcanzará gracias, por virtud de la oración de la Iglesia, y afianzará nuestra fe en Jesús vencedor del pecado y la muerte.

Cuanto en las siguientes rúbricas va impreso en letra cursiva se refiere a la celebración simple, a saber, aquella en que el sacerdote hace las funciones sin ministros sagrados.

 

BENDICIÓN DE LOS RAMOS

1. Cuando sea la hora, en el coro después de tercia, omitida la aspersión del agua bendita, se procede a la bendición de los ramos de palma, o de olivo, o de otra clase de árboles.

2. El color de los ornamentos será el rojo.

3. El celebrante se reviste de amito, alba, cíngulo, estola y capa pluvial; los ministros sagrados de amito, alba y cíngulo; el subdiácono toma además la tunicela; el diácono, la estola y la dalmática.

3 a. El celebrante se reviste de amito, alba, cíngulo, estola y capa pluvial, o está sin capa pluvial, ni casulla.

4. Los ramos, a no ser que ya los tengan los fieles en sus manos, se preparan sobre una mesa, cubierta con mantel blanco y colocada en un sitio conveniente del presbiterio de tal modo, sin embargo, que esté a la vista del pueblo.

5. Todo debidamente dispuesto, el celebrante, junto con los ministros sagrados o ayudantes, hecha la debida reverencia al altar, se sitúa detrás de la mesa, mirando al pueblo.

Entretanto se canta la siguiente antífona:

 

ANTÍFONA Mateo 21, 9

Hosánna Fílio David: Benedíctus qui venit in nómine Dómini. O Rex Israël: Hosánna in excélsis.

Hosana al hijo de David: bendito el que viene en nombre del Señor, ¡Oh Rey de Israel!, hosana en las alturas.

 

6. Luego el celebrante, estando con las manos juntas, bendice los ramos cantando en tono ferial:

V/. Dominus vobiscum.

R/. Et cum spiritu tuo.

V/. El Señor esté con vosotros

R/. Y con tu espíritu.

 

7. En la oración siguiente el celebrante dice, según convenga a la calidad de los ramos: hos palmárum ramos, o bien, hos olivárum ramos, o bien, hos árborum ramos, o bien, hos palmárum et olivárum ramos, o bien, hos palmárum (olivárum) et aliárum árborum ramos.

 

ORACIÓN

Béne+dic, quǽsumus, Dómine, hos palmarum (seu olivárum aut aliárum árborum) ramos:† et præsta; ut, quod pópulus tuus in tui veneratiónem hodiérno die corporáliter agit, hoc spirituáliter summa devotióne perfíciat,* de hoste victóriam reportándo et opus misericórdiæ summópere diligéndo. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Ben+dice, Señor, te rogamos, estos ramos de palmas (u olivos u otros árboles), y haz que lo que tu pueblo practica hoy exteriormente para gloria tuya, lo cumpla espiritualmente con suma devoción, triunfando del enemigo, y amando de todo su corazón las obras de misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

8. Luego el celebrante asperja tres veces, primero los ramos puestos sobre la mesa, delante de sí, y luego, desde el comulgatorio o, si le parece mejor, recorriendo la nave de la iglesia, los ramos que los fieles llevan en las manos.

9. A continuación el celebrante pone, como de costumbre, incienso en el incensario e inciensa tres veces los ramos bendecidos y puestos sobre la mesa, y luego, como antes hizo la aspersión, inciensa los ramos de los fieles.

Los ministros sagrados o ayudantes acompañan al celebrante, tanto en la aspersión como en la incensación, sosteniéndole los bordes de la capa pluvial.

 

DISTRIBUCIÓN DE LOS RAMOS

10. Terminada la bendición, se procede a la distribución de los ramos según costumbre del lugar.

11. El celebrante, de pie, desde la tarima del altar, mirando al pueblo y ayudado por los ministros sagrados, o ayudantes, entrega primero los ramos bendecidos a todo el clero por su orden, luego a los ayudantes y finalmente desde el comulgatorio, a los fieles.

12. Al comenzar la distribución de los ramos se cantan las siguientes antífonas y salmos:

ANTÍFONA 1

Puéri Hebræórum, portántes ramos olivárum, obviavérunt Dómino, clamántes et dicéntes: Hosánna in excélsis.

Los hijos de los hebreos llevando ramos de olivo, salieron a recibir al Señor, diciendo en alta voz: Hosana en las alturas.

Salmo 23, 1-2; 7-10

Dómini est terra, et plenitúdo eius, *orbis terrárum et univérsi qui hábitant in eo.

Quia ipse super mária fundávit eum, *et super flúmina præparávit eum.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos los que en él habitan.

Pues Él lo cimentó sobre los mares, y sobre las corrientes lo asentó.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes...

Attóllite portas, príncipes, vestras: † et elevámini, portæ æternáles : * et introíbit rex glóriæ.

Quis est iste rex glóriæ? † Dóminus fortis et potens: * Dóminus potens in prǽlio.

¡Alzad puertas, los dinteles vuestros, levantaos, portales eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!

Pues ¿quién es este rey de la gloria? El Señor fuerte y poderoso, el Señor fuerte en la batalla.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes...

Attóllite portas, príncipes, vestras: † et elevámini, portæ æternáles : * et introíbit rex glóriæ.

Quis est iste rex glóriæ? * Dóminus virtútum ipse est rex glóriæ.

¡Alzad puertas, los dinteles vuestros, levantaos, portales eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!

Pues ¿quién es este rey de la gloria?

Es el Señor, el Dios de los ejércitos: Él es el rey de la gloria.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes...

Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.

Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Los hijos de los hebreos tendían sus mantos en el camino y clamaban diciendo: Hosanna al hijo de David; bendito el que viene en nombre del Señor.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes...

 

ANTÍFONA 2

Puéri Hebræórum, vestiménta posternébant in vía, et clamábant dicéntes: Hosánna fílio David: benedíctus qui venit in nómine Dómini.

Los hijos de los hebreos tendían sus mantos en el camino y clamaban diciendo: Hosanna al hijo de David; bendito el que viene en nombre del Señor.

Salmo 46

Omnes géntes, pláudite mánibus: *jubiláte Deo in voce exsultatiónis.

Quóniam Dóminus excélsus, terríbilis, *rex magnus super omnem terram.

Con las manos, pueblos todos, aplaudid, aclamad a Dios con gritos de gozo.

Porque el Señor es excelso, terrible, el Rey soberano de toda la tierra.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum vestimenta...

Subjécit pópulos nobis: * et gentes sub pédibus nostris.

Elégit nobis hereditátem suam: *spéciem Iacob, quam diléxit.

Él a nuestro yugo sujeta los pueblos, 

y a las gentes pone bajo nuestros pies.

Él nos ha elegido como su heredad,

gloria de Jacob, a quien Él amó.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum vestimenta...

Ascéndit Deus in júbilo: * et Dóminus in voce tubæ.

Psállite, Deo nostro, psállite: * psállite regi nostro, psállite.

Ascéndit Deus in júbilo: * et Dóminus in voce tubæ.

Psállite, Deo nostro, psállite: * psállite regi nostro, psállite.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum vestimenta...

Quóniam Rex omnis terræ Deus: *psállite sapiénter.

Regnávit Deus super Gentes: * Deus sedet super sedem sanctam suam.

Pues Dios es el Rey de toda la tierra,

cantad sabiamente.

Dios reina sobre las naciones,

Dios está sentado en su santa sede.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum vestimenta...

Príncipes populórum congregáti sunt cum Deo Abraham: * quóniam dii fortes terræ veheménter eleváti sunt.

Los príncipes de los pueblos se reunirán con el pueblo del Dios de Abraham. Porque de Dios son los nobles de la tierra, ya que Él está muy por encima de todos.

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum vestimenta...

Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.

Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

 

Y se repite la antífona: Pueri Hebraeorum vestimenta...

Si la distribución no hubiere terminado, se vuelven a repetir versículos y antífonas, o si se termina antes se corta el salmo con el Gloria Patri y se termina con la antífona.

13. Terminada la distribución de los ramos y quitada la mesa sobre la que estuvieron, el celebrante se lava las manos sin decir nada; sube luego al altar, lo besa en el medio y pone incienso en el incensario como de costumbre. El Diácono lleva el libro de los evangelios al altar y lo coloca sobre él y se hace todo como cuando en la misa se canta el evangelio.

13 a. El celebrante haga todas las cosas como de costumbre cuando celebra solo, esto es, cuando celebra misa cantada sin ministros sagrados.

 

EVANGELIO DE LA BENDICIÓN

V/. Dominus vobiscum.

R/. Et cum spiritu tuo.

V/. El Señor esté con vosotros

R/. Y con tu espíritu.

Mateo 21, 1-9

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthǽum.

In illo témpore: Cum appropinquásset Jesus Jerosólymis, et venísset Béthphage ad montem Olivéti: tunc misit duos discípulos suos, dicens eis: Ite in castéllum quod contra vos est, et statim inveniétis ásinam alligátam et pullum cum ea: sólvite et addúcite mihi: et si quis vobis áliquid díxerit, dícite quia Dóminus his opus habet, et conféstim dimíttet eos. Hoc autem totum factum est, ut adimplerétur quod dictum est per Prophétam, dicéntem: Dícite fíliae Sion: Ecce Rex tuus venit tibi mansuétus, sedens super ásinam et pullum, fílium subjugális. Eúntes autem discípuli, fecérunt sicut præcépit illis Jesus. Et adduxérunt ásinam et pullum: et imposuérunt super eos vestiménta sua, et eum désuper sedére fecérunt. Plúrima autem turba stravérunt vestiménta sua in via: álii autem cædébant ramos de arbóribus, et sternébant in via: turbæ autem, quæ præcedébant et quæ sequebántur, clamábant, dicéntes: Hosánna  fílio David: benedíctus qui venit in nómine

Dómini.

Continuación del Santo Evangelio según San Mateo

En aquel tiempo: Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, en el monte de los Olivos, envió a dos discípulos diciéndoles: «Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, los desatáis y me los traéis. Si alguien os dice algo, contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto». Esto ocurrió para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta: «Decid a la hija de Sión: “Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en una borrica, en un pollino, hijo de acémila”». Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. La multitud alfombró el camino con sus mantos; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».

 

15. Concluido el evangelio, el subdiácono presenta el libro, para que lo bese, al celebrante, el cual no es incensado por el diácono.

 

PROCESIÓN

16. El celebrante pone incienso en el turíbulo como de costumbre. Luego el diácono, vuelto al pueblo, dice:

V. Procedámus in pace.

A lo que todos contestan:

R. In nómine Christi. Amen.

Y comienza la procesión. Va delante el turiferario con el incensario, luego otro subdiácono distinto del que asiste al celebrante o, en su defecto, un acólito o un ayudante llevando la cruz descubierta en medio de dos acólitos o ayudantes con ciriales encendidos; sigue el clero por su orden; después el celebrante entre el diácono y el subdiácono o entre dos ayudantes y, finalmente, los fieles llevando en las manos los ramos benditos.

17. La procesión, si es posible, se hace fuera de la iglesia por el trayecto más largo. En donde haya otra iglesia secundaria en la cual se pueda hacer cómodamente la bendición de los ramos, nada impide que allí se haga la bendición y desde allí se dirija la procesión a la iglesia principal.

18. Al empezar la procesión se pueden cantar las siguientes antífonas, todas o algunas, según convenga.

Antífona 1

Occúrrunt turbæ cum flóribus et palmis Redemptóri óbviam: et victóri triumphánti digna dant obséquia: Fílium Dei ore gentes prǽdicant: et in laudem Christi voces tonant per núbila: Hosánna in excélsis.

El pueblo con flores y palmas sale a recibir al Redentor, y al vencedor triunfante rinde dignos obsequios. Cual Hijo de Dios le publican las gentes, y en alabanza de Cristo resuenan voces por los aires: Hosana en las alturas.

Antífona 2

Cum Angelis et púeris fidéles inveniámur, triumphatóri mortis clamántes: Hosánna in excélsis.

A los Ángeles y a los niños agreguémonos con fe viva, cantando al triunfador de la muerte: Hosana en las alturas.

Antífona 3

Turba multa, quæ convénerat ad diem festum, clamábat Dómino: Benedíctus  qui venit in nómine Dómini: Hosánna in excélsis.

Una gran multitud de pueblo que había acudido a la fiesta, clamaba al Señor: Bendito el que viene en nombre del Señor: Hosana en las alturas.

Antífona 4 Lucas 19, 37-38

Cæpérunt omnes turbæ descendéntium gaudéntes laudáre Deum voce magna, super ómnibus quas víderant virtútibus, dicéntes: Benedíctus qui venit Rex in nómine Dómini; pax in terra, et glória in excélsis.

Transportados de gozo, comenzaron todos a alabar a Dios en alta voz por todos los prodigios que habían visto diciendo: Bendito sea el Rey que viene en nombre del Señor; paz en la tierra y gloria en lo más alto de los cielos.

 

19. Durante la procesión se canta el siguiente himno, repitiendo continuamente el pueblo los dos primeros versos.

HIMNO A CRISTO REY

Glória, laus et honor tibi sit,

Rex Christe, Redémptor:

Cui pueríle decus prompsit Hosanna pium.

Todos repiten: Glória, laus et honor tibi sit...

Israël es tu Rex, Davídis et

ínclyta proles: Nómine qui in

Dómini, Rex benedícte, venis.

Todos repiten: Glória, laus et honor tibi sit...

Cœtus in excélsis te laudat

cǽlicus omnis, Et mortális homo,

et cuncta creáta simul.

Todos repiten: Glória, laus et honor tibi sit...

Plebs Hebrǽa tibi cum palmis

óbvia venit: Cum prece, voto,

hymnis, ádsumus ecce tibi.

Todos repiten: Glória, laus et honor tibi sit...

Hi tibi passúro solvébant múnia

laudis: Nos tibi regnánti

pángimus ecce melos.

Todos repiten: Glória, laus et honor tibi sit...

Hi placuére tibi, pláceat devótio

nostra: Rex bone, Rex clemens,

cui bona cuncta placent.

Todos repiten: Glória, laus et honor tibi sit...

Gloria, alabanza y honor te sea dado, Rey Cristo Redentor: A quien los niños piadosamente clamaban: Hosana.

R. Gloria, alabanza...

Tú eres el Rey de Israel, y de David ínclita prole: Rey bendito que viene en el nombre del Señor.

R. Gloria, alabanza...

En las alturas te alaba toda la corte celestial. Y el Hombre mortal con todo lo creado.

R. Gloria, alabanza...

El pueblo hebreo te sale a recibir con palmas: Y nosotros a Ti nos presentamos con preces, votos e himnos.

R. Gloria, alabanza...

Aquellos te tributan loores, cuando habías de padecer: Nosotros te cantamos con dulces armonías, ahora que ya reinas.

R. Gloria, alabanza...

Aquellos te agradaron, plázcate también nuestra devoción. Oh Rey bueno, Rey clemente, a quien todo lo bueno agrada.

R. Gloria, alabanza...

Antífona 5

Omnes colláudant nomen tuum, et dicunt: Benédictus qui venit in nómine Dómini: Hosánna in excélsis.

Todos alaban tu nombre y dicen: Bendito el que viene en el nombre del Señor: Hosana en las alturas.

 

Salmo 147

Lauda, Ierúsalem, Dóminum: * lauda Deum tuum, Sion.

Quóniam confortávit seras portárum tuarum: * benedíxit fíliis tuis in te.

Qui pósuit fines tuos pacem: *

et ádipe fruménti sátiat te.

Qui emíttit elóquium suum terræ:*velóciter currit sermo eius.

Qui dat nivem sicut lanam: *

nébulam sicut cínerem spargit.

Mittit crystállum suam sicut buccéllas: *ante fáciem frígoris eius quis sustinévit?

Emíttit verbum suum, et liquefáciet ea:* flavit spíritus eius, et fluent aquæ.

Qui annúntiat verbum suum Jacob: *iustítias, et iudícia sua Israël.

Non fecit táliter omni natióni: *

et iudícia sua non manifestávit eis.

Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.

Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Alaba al Señor, Jerusalén,

alaba a tu Dios, Sion. 

Pues reforzó las barras de tus puertas,

a tus hijos bendijo en tu recinto.

Él asentó la paz en tus fronteras y

   te sacia con la flor de los trigales.

A la tierra sus órdenes envía,

   y su palabra corre velozmente.

Manda caer la nieve como lana

y esparce la escarcha cual ceniza.

Él dispara su hielo a bocaditos,

ante su frío las aguas se congelan.

Manda sus palabras y las derrite,

su viento hace soplar, corren las aguas.

Él anuncia su palabra a Jacob,

sus normas y sus juicios a Israel.

No hizo esto con todas las naciones;

ni les dio a conocer sus mandamientos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

Antífona 6

Fulgéntibus palmis prostérnimur adveniénti Dómino: huic omnes occurrámus cum hymnis et cánticis, glorificántes et dicéntes: Benedíctus, Dóminus.

Adornados con palmas nos postramos al encuentro del Señor: salgámosle todos al encuentro del Señor: salgámosle todos al encuentro glorificándole con himnos y cánticos diciendo: Bendito es el Señor.

Antífona 7

Ave, Rex noster, Fili David, Redémptor mundi, quem prophétæ prædixérunt Salvatórem dómui Israël esse ventúrum. Te enim ad salutárem víctimam Pater misit in mundum, quem exspectábant omnes sancti ab orígine mundi, et nunc: Hosánna, Fílio David. Benedíctus qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.

Te saludamos, Rey nuestro, Hijo de David, Redentor del Mundo a quien los profetas anunciaron que vendría como Salvador del pueblo de Israel. A Ti el Padre te envió al mundo como víctima de salvación, a quien esperaban todos los santos desde el principio del mundo y ahora decimos: Hosana al Hijo de David. Bendito el que viene en el nombre del Señor, Hosana en las alturas.

 

20. Está permitido que el pueblo cante el himno Christus vincit o algún otro cántico en honor de Cristo Rey.

21. Al entrar la procesión en la iglesia y cuando el celebrante traspasa el umbral de las puertas de la iglesia, se canta la última antífona.

 

Antífona al entrar en la Iglesia.

Ingrediénte Dómino in sanctam civitátem, Hebræórum púeri resurrectiónem Vitæ pronuntiántes, *Cum ramis palmárum: Hosánna, clamábant, in excelsis. V. Cum audísset pópulus, quod Jesus veníret Jerosólyman, exiérunt obviam ei. Cum ramis ...

Al entrar el Señor en la santa ciudad, los niños de los hebreos anunciando la resurrección de la vida, * Con ramos de palma clamaban: Hosana en las alturas. V. Habiendo oído el pueblo que Jesús venía a Jerusalén, salieron a recibirlo. Con ramos ...

 

22. El celebrante, llegado al pie del altar y hecha la debida reverencia, sube las gradas con los ministros sagrados; y estando en medio de ellos y vuelto al pueblo, sosteniéndole el libro algún clérigo, canta en tono ferial, juntas las manos, la oración con que terminará la procesión.

22 a. Los ayudantes sostienen el libro y todo se hace como queda indicado en el n. 22.

 

ORACIÓN FINAL DE LA PROCESIÓN

V/. Dominus vobiscum.

R/. Et cum spiritu tuo.

V/. El Señor esté con vosotros

R/. Y con tu espíritu.

 

Dómine Jesu Christe, Rex ac Redémptor noster, in cujus honórem, hos ramos gestántes, solémnes laudes decantávimus:† concéde propítius; ut, quocúmque hi rami deportáti fúerint, ibi tuæ benedictiónis grátia descéndat, *et, quavis dǽmonum iniquitáte vel illusióne profligáta, déxtera tua prótegat, quos redémit. Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.

Señor Jesucristo, nuestro Rey y Redentor, en cuyo honor, llevando estos ramos, hemos cantado solemnes alabanzas: concede propicio, que, donde quiera fueren llevados estos ramos, allí descienda la gracia de tu bendición, y, desbaratada toda iniquidad e ilusión diabólica, tu poder proteja a aquellos a quienes has redimido. Tu que vives y reinas con Dios Padre, en la unidad del Espíritu Santo, y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

23. Terminada la oración, el celebrante y los ministros, hecha la debida reverencia al altar, se quitan los ornamentos rojos y se revisten para la Misa con los de color morado.

24. Los ramos no se tienen en las manos mientras en la misa se canta o lee la historia de la Pasión del Señor.

 

SANTA MISA

Estación en San Juan de Letrán

1. Los ornamentos, como se ha dicho, serán morados. Los ministros sagrados usarán dalmática y tunicela hoy y también el lunes, martes y miércoles próximos.

2. Donde se hubiere hecho la bendición y la procesión de los ramos, el celebrante, con los ministros o ayudantes, se acerca al altar y, omitido el salmo Judica me Deus y el Confiteor, sube a él, lo besa en el medio y lo inciensa como de costumbre.

 

INTROITO  Salmo 21, 20.22

Dómine, ne longe fácias auxílium tuum a me, ad defensiónem meam áspice: líbera me de ore leónis, et a córnibus unicórnium humilitátem meam. V/. Deus, Deus meus, réspice in me: quare me dereliquísti longe a salúte mea verba delictórum meórum. Dómine, ne longe.

Se omite el Gloria Patri.

Señor, no dilates tu socorro, atiende a mi defensa; sálvame de la boca del león, y salva a mi pobre alma de las astas de los unicornios. V/. Dios mío, Dios mío, vuelve a mí tus ojos, ¿por qué me has desamparado? Las voces de mis pecados alejan de mí la salvación. Señor, no dilates...

 

COLECTA

Omnípotens sempitérne Deus, qui humáno géneri, ad imitándum humilitátis exémplum, Salvatórem nostrum carnem súmere et crucem subíre fecísti:† concéde propítius; ut et patiéntiæ ipsíus habére documenta* et resurrectiónis consórtia mereámur. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Omnipotente y Eterno Dios, que para ofrecer al género humano un ejemplo de humildad, ordenaste que nuestro Salvador se encarnase y muriese en la cruz, concédenos propicio seguir los ejemplos de paciencia que nos dio, y merecer participar de su Resurrección. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

EPÍSTOLA Filipenses 2, 5-11

Para domar nuestro orgullo y reparar los desafueros de nuestra desobediencia, Jesucristo se hizo hombre y se sometió a los más humillantes tratamientos, triunfando así del mundo y del infierno y ganándose eterna gloria.

Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Philippénses.

Fratres: Hoc enim sentíte in vobis, quod et in Christo Jesu: qui, cum in forma Dei esset, non rapínam arbitrátus est esse se æquálem Deo: sed semetípsum exinanívit, formam servi accípiens, in similitúdinem hóminum factus, et hábitu invéntus ut homo. Humiliávit semetípsum, factus obédiens usque ad mortem, mortem autem crucis. Propter quod et Deus exaltávit illum: et donávit illi nomen, quod est super omne nomen: (hic genuflectitur) ut in nómine Jesu omne genu flectátur cæléstium, terréstrium et infernórum: et omnis lingua confiteátur, quia Dóminus Jesus Christus in glória est Dei Patris.

Lección de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses

Hermanos: Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; (aquí se ponen todos de rodillas) de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

GRADUA Salmo 72, 24 y 1-3

Tenuísti manum déxteram meam: et in voluntáte tua deduxísti me: et cum glória assumpsísti me. V. Quam bonus Israël Deus rectis corde! mei autem pæne moti sunt pedes: pæne effúsi sunt gressus mei: quia zelávi in peccatóribus, pacem peccatórum videns.

Tomaste mi mano derecha y me guiaste según tu voluntad, y me recibiste con gloria. V. ¡Cuán bueno es el Dios de Israel para los rectos de corazón! Casi vacilaron mis pies, por poco se extravían mis pasos, porque envidié a los malos, viendo la paz de los pecadores.

 

 

TRACTO Salmo 21, 2-9, 18 19, 22, 24 y 32

DEUS, DEUS MEUS, réspice in me: quare me dereliquísti? V/. Longe a salúte mea verba delictórum meórum. V/. Deus meus, clamábo per diem, nec exáudies: in nocte, et non ad insipiéntiam mihi. V/. Tu autem in sancto hábitas, laus Israël. V/. In te speravérunt patres nostri: speravérunt, et liberásti eos. V/. Ad te clamavérunt, et salvi facti sunt: in te speravérunt, et non sunt confúsi. V/. Ego autem sum vermis, et non homo: oppróbrium hóminum et abjéctio plebis. V/. Omnes, qui vidébant me, aspernabántur me: locúti sunt lábiis et movérunt caput. V/. Sperávit in Dómino, erípiat eum: salvum fáciat eum, quóniam vult eum. V/. Ipsi vero consideravérunt et conspexérunt me: divisérunt sibi vestiménta mea, et super vestem meam misérunt sortem. V/.  Líbera me de ore leónis: et a córnibus unicórnium humilitátem meam. V/. Qui timétis Dóminum, laudáte eum: univérsum semen Jacob, magnificáte eum. V/.  Annuntiábitur Dómino generátio ventúra: et annuntiábunt cæli justítiam ejus. V/. Pópulo, qui nascétur, quem fecit Dóminus.

Oh Dios, Dios mío. Vuelve a mí tus ojos; ¿por qué me has desamparado? V/.  Lejos están de Dios mi Salvador los gritos de mis pecados. V/.  Dios mío, clamaré durante el día y no me oirás: y durante la noche, y no hallo descanso. V/. Pero Tú habitas en el lugar santo, oh gloria de Israel. V/.  En Ti esperaron nuestros padres, esperaron y los libraste. V/.  A Ti clamaron y fueron puestos en salvo: en Ti esperaron y no quedaron avergonzados. V/.  Mas, yo soy gusano y no hombre, el oprobio de los hombres, y el desecho de la plebe. V/. Todos los que me miraban, se burlaban de mí con palabras y con meneos de cabeza, diciendo: V/.  Esperaba en el Señor, que Él le libre, que le salve, puesto que le ama. V/. Y se detuvieron a mirarme y a observarme; se repartieron entre sí mis vestidos y sortearon mi túnica. V/. Líbrame de la boca del león, y salva a mi pobre alma de las astas de los unicornios. V/. Vosotros que teméis al Señor, alabadle: hijos todos de Jacob, glorificadle. V/. Se hablará al Señor de la generación venidera: y anunciarán los cielos su justicia. V/. Al pueblo que ha de nacer, el cual es obra del Señor.

 

8. Terminado el canto de la Epístola, se colocan del lado del Evangelio y en el plano del presbiterio, atriles descubiertos, y se procede al canto o lectura de la historia de la Pasión del Señor en esta forma:

Se canta o se lee por ministros ordenados al menos de diáconos, que, revestidos de amito, alba, cíngulo y estola morada, acompañados por dos acólitos, o ayudantes, sin ciriales y sin incienso, se acercan al altar y arrodillados allí en la ínfima grada y profundamente inclinados recitan en voz baja, como de costumbre, el Munda cor meum (Purifica mi corazón y mis labios, Dios omnipotente, como purificaste los labios del profeta Isaías con un carbón encendido; dígnate por tu benignísima misericordia purificarme a mí del mismo modo, para que pueda anunciar dignamente tu santo Evangelio. Por Cristo nuestro Señor). Y luego piden al celebrante su bendición, diciendo: Jube, domne, benedícere (Dame, señor, tu bendición). A lo que el celebrante, vuelto hacia ellos, contesta: Dóminus sit córdibus vestris, et in lábiis vestris, ut digne et competénter annuntiétis evangélium suum: in nómine Patris, et fílii, Ë et Spíritus Sancti. (El Señor esté en vuestros corazones y en vuestros labios a fin de que anunciéis digna y competentemente su Evangelio. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo). Ellos contestan: Amen.

Después, juntamente con los acólitos, o ayudantes, hacen la reverencia y se acercan a los atriles; no se signan ni a sí mismos ni al libro al comenzar a leer o cantar.

8 a. El sacerdote, después de leer el gradual y el tracto, dice, como de costumbre, en medio del altar, Munda cor meum, Jube, Dómine, y Dóminus sit in corde meo. Luego, al lado del Evangelio, en el altar, lee o canta con voz clara la historia de la Pasión del Señor, pero no signa el libro ni a sí mismo al empezar a leer o cantar.

Pueden haber tres diáconos para cantar o leer la historia de la Pasión del Señor. Todo se hace como ya se dijo para el rito Solemne.

Si los diáconos fueran dos, estos pueden cantar o leer las partes del cronista y la sinagoga, las partes de Cristo las dice el mismo celebrante en el altar, en el lado del evangelio, sin despojarse de la casulla. El Munda cor meum lo dice el celebrante en voz baja e inclinado en el medio del altar y los diáconos arrodillados e inclinados en la ínfima grada. Y todos añaden en voz baja jube Dómine, benedicere y Dóminus sit in corde meo, como en las misas rezadas. Todo lo demás se hace como ya se dijo mas arriba para el rito Solemne.

9. Este modo de cantar o leer se observa también el martes y miércoles, cuando se canta o se lee la historia de la pasión.

 

PASIÓN

Como se ve, la historia de la pasión está en el Misal en forma de drama, en el que intervienen diversos personajes: Cristo a quien corresponden los textos marcados con una Ë; El evangelista o cronista, representado por una C; La Singoga, el pueblo y personajes aislados por una S. El dramatismo está acrecentado por el canto, sencillo pero fuertemente expresivo.

 

LECTURA DE LA PASIÓN Mateo 26, 36-75; 27, 1-60

PASSIO DÓMINI NOSTRI JESU CHRISTI SECÚNDUM MATTAEUM.

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO

 

Jesús ora en el huerto. Su agonía

In illo témpore: Venit Jesus cum discípulis suis in villam, quæ dícitur Gethsémani, et dixit discípulis suis: [+] Sedéte hic donec vadam illuc, et orem. [C.] Et assúmpto Petro, et duóbus fíliis Zebedæi, cæpit contristári et mæstus esse. Tunc ait illis: [+] Tristis est ánima mea usque ad mortem: sustinéte hic, et vigiláte mecum. [C.] Et progréssus pusíllum, prócidit in fáciem suam, orans, et dicens: [+] Pater mi, si possíbile est, tránseat a me calix iste: verúmtamen non sicut ego volo, sed sicut tu. [C.] Et venit ad discípulos suos, et invénit eos dormiéntes, et dicit Petro: [+] Sic non potuístis una hora vigiláre mecum? Vigiláte, et oráte ut non intrétis in tentatiónem. Spíritus quidem promptus est, caro autem infírma. [C.] Iterum secúndo ábiit, et orávit, dicens: [+] Pater mi, si non potest hic calix transíre nisi bibam illum, fiat volúntas tua. [C.] Et venit íterum, et invénit eos dormiéntes: erant enim óculi eórum graváti. Et relíctis illis, íterum ábiit, et orávit tértio, eúndem sermónem dicens. Tunc venit ad discípulos suos, et dicit illis: [+] Dormíte jam, et requiéscite: ecce appropinquávit hora, et Fílius hóminis tradétur in manus peccatórum. Súrgite, eámus: ecce appropinquávit qui me tradet.

En aquel tiempo: Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar». Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: «Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo». Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú». Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro: «¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil». De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo: «Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad». Y viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque sus ojos se cerraban de sueño. Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió a los discípulos, los encontró dormidos y les dijo: «Ya podéis dormir y descansar. Mirad, está cerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos!».

Jesús es besado por Judas y hecho prisionero

[C.] Adhuc eo loquénte, ecce Judas unus de duódecim venit, et cum eo turba multa cum gládiis et fústibus, missi a princípibus sacerdótum, et senióribus pópuli. Qui autem trádidit eum, dedit illis signum, dicens:[S.] Quemcúmque osculátus fúero, ipse est, tenéte eum. [C.] Et conféstim accédens ad Jesum, dixit: [S.] Ave Rabbi. [C.] Et osculátus est eum. Dixítque illi Jesus: [+] Amíce, ad quid venísti? [C.] Tunc accessérunt, et manus injecérunt in Jesum, et tenuérunt eum. Et ecce unus ex his qui erant cum Jesu, exténdens manum, exémit gládium suum, et percútiens servum príncipis sacerdótum amputávit aurículam ejus. Tunc ait illi Jesus: [+] Convérte gládium tuum in locum suum: omnes enim, qui accepérint gládium, gládio períbunt. An putas, quia non possum rogáre Patrem meum, et exhibébit mihi modo plus quam duódecim legiónes Angelórum? Quómodo ergo implebúntur Scriptúræ, quia sic opórtet fíeri? [C.] In illa hora dixit Jesus turbis: [+] Tamquam ad latrónem exístis cum gládiis et fústibus comprehéndere me: quotídie apud vos sedébam docens in templo, et non me tenuístis. [C.] Hoc autem totum factum est, ut adimpleréntur Scriptúræ prophetárum. Tunc discípuli omnes, relícto eo, fugérunt.

«Ya está cerca el que me entrega.» Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente, con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo bese, ese es: prendedlo». Después se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Maestro!». Y lo besó. Pero Jesús le contestó: «Amigo, ¿a qué vienes?». Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano y lo prendieron. Uno de los que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús le dijo: «Envaina la espada: que todos los que empuñan espada, a espada morirán. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? Él me mandaría enseguida más de doce legiones de ángeles. ¿Cómo se cumplirían entonces las Escrituras que dicen que esto tiene que pasar?».

Entonces dijo Jesús a la gente: «¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos como si fuera un bandido? A diario me sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me prendisteis. Pero todo esto ha sucedido para que se cumplieran las Escrituras de los profetas». En aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Jesús es presentado a Caifás

At illi tenéntes Jesum, duxérunt ad Cáipham príncipem sacerdótum, ubi scribæ et senióres convénerant. Petrus autem sequebátur eum a longe, usque in átrium príncipis sacerdótum. Et ingréssus intro, sedébat cum minístris, ut vidéret finem. Príncipes autem sacerdótum, et omne concílium, quærébant falsum testimónium contra Jesum, ut eum morti tráderent: et non invenérunt, cum multi falsi testes accessíssent. Novíssime autem venérunt duo falsi testes, et dixérunt: [S.] Hic dixit: Possum destrúere templum Dei, et post tríduum reædificáre illud. [C.] Et surgens princeps sacerdótum, ait illi: [S.] Nihil respóndes ad ea, quæ isti advérsum te testificántur? [C.] Jesus autem tacébat. Et princeps sacerdótum ait illi: [S.] Adjúro te per Deum vivum, ut dicas nobis si tu es Christus Fílius Dei. [C.] Dicit illi Jesus: [+] Tu dixísti. Verúmtamen dico vobis, ámodo vidébitis Fílium hóminis sedéntem a dextris virtútis Dei, et veniéntem in núbibus cæli. [C.] Tunc princeps sacerdótum scidit vestiménta sua, dicens: [S.] Blasphemávit: quid adhuc egémus téstibus? Ecce nunc audístis blasphémiam: quid vobis vidétur? [C.] At illi respondéntes dixérunt: [S.] Reus est mortis.

Los que prendieron a Jesús lo condujeron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los escribas y los ancianos. Pedro lo seguía de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver cómo terminaba aquello. Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos que declararon: «Este ha dicho: “Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días”». El sumo sacerdote se puso en pie y le dijo: «¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que presentan contra ti?». Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: «Te conjuro por el Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios». Jesús le respondió: «Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Poder y que viene sobre las nubes del cielo». Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras diciendo: «Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?». Y ellos contestaron: «Es reo de muerte».

Jesús, negado por Pedro

[C.] Tunc expuérunt in fáciem ejus, et cólaphis eum cecidérunt, álii autem palmas in fáciem ejus dedérunt, dicéntes: [S.] Prophetíza nobis, Christe, quis est qui te percússit? [C.] Petrus vero sedébat foris in átrio: et accéssit ad eum una ancílla, dicens: [S.] Et tu cum Jesu Galilæo eras. [C.] At ille negávit coram ómnibus, dicens: [S.] Néscio quid dicis. [C.] Exeúnte autem illo jánuam, vidit eum ália ancílla, et ait his, qui erant ibi: [S.] Et hic erat cum Jesu Nazaréno. [C.] Et íterum negávit cum juraménto: Quia non novi hóminem. Et post pusíllum accessérunt qui stabant, et dixérunt Petro: [S.] Vere et tu ex illis es: nam et loquéla tua maniféstum te facit. [C.] Tunc cæpit detestári et juráre quia non novísset hóminem. Et contínuo gallus cantávit. Et recordátus est Petrus verbi Jesu, quod díxerat: Priúsquam gallus cantet, ter me negábis. Et egréssus foras, flevit amáre.

Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon diciendo: «Haz de profeta, Mesías; dinos quién te ha pegado». Pedro estaba sentado fuera en el patio y se le acercó una criada y le dijo: «También tú estabas con Jesús el Galileo». Él lo negó delante de todos diciendo: «No sé qué quieres decir». Y al salir al portal lo vio otra y dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazareno». Otra vez negó él con juramento: «No conozco a ese hombre». Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «Seguro; tú también eres de ellos, tu acento te delata». Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar diciendo: «No conozco a ese hombre». Y enseguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: «Antes de que cante el gallo me negarás tres veces». Y, saliendo afuera, lloró amargamente.

Jesús presentado a Pilato. Fin del traidor

Mane autem facto, consílium iniérunt omnes príncipes sacerdótum et senióres pópuli advérsus Jesum, ut eum morti tráderent. Et vinctum adduxérunt eum, et tradidérunt Póntio Piláto præsidi. Tunc videns Judas, qui eum trádidit, quod damnátus esset, pæniténtia ductus, rétulit trigínta argénteos princípibus sacerdótum, et senióribus, dicens: [S.] Peccávi, tradens sánguinem justum. [C.] At illi dixérunt: [S.] Quid ad nos? Tu víderis. [C.] Et projéctis argénteis in templo, recéssit: et ábiens, láqueo, se suspéndit. Príncipes autem sacerdótum, accéptis argénteis, dixérunt: [S.] Non licet eos míttere in córbonam: quia prétium sánguinis est. [C.] Consílio autem ínito, emérunt ex illis agrum fíguli, in sepultúram, peregrinórum. Propter hoc vocátus est ager ille, Hacéldama, hoc est, ager sánguinis, usque in hodiérnum diem. Tunc implétum est quod dictum est per Jeremíam prophétam, dicéntem: Et accepérunt trigínta argénteos prétium appretiáti, quem appretiavérunt a fíliis Israel: et dedérunt eos in agrum fíguli, sicut constítuit mihi Dóminus.

Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para preparar la condena a muerte de Jesús. Y atándolo lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador. Entonces Judas, el traidor, viendo que lo habían condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos diciendo: «He pecado entregando sangre inocente». Pero ellos dijeron: «¿A nosotros qué? ¡Allá tú!». Él, arrojando las monedas de plata en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los sacerdotes, recogiendo las monedas de plata, dijeron: «No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas porque son precio de sangre». Y, después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía «Campo de Sangre». Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: «Y tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los hijos de Israel, y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor».

Jesús ante Pilato

Jesus autem stetit ante præsidem, et interrogávit eum præses, dicens: [S.] Tu es Rex Judæórum? [C.] Dicit illi Jesus: [+] Tu dicis. [C.] Et cum accusarétur a princípibus sacerdótum et senióribus, nihil respóndit. Tunc dicit illi Pilátus: [S.] Non audis quanta advérsum te dicunt testimónia? [C.] Et non respóndit ei ad ullum verbum, ita ut mirarétur præses veheménter. Per diem autem solémnem consuéverat præses pópulo dimíttere unum vinctum, quem voluíssent: habébat autem tunc vinctum insígnem, qui dicebátur Barábbas. Congregátis ergo illis, dixit Pilátus: [S.] Quem vultis dimíttam vobis: Barábbam, an Jesum, qui dícitur Christus? [C.] Sciébat enim quod per invídiam tradidíssent eum. Sedénte autem illo pro tribunáli, misit ad eum uxor eius, dicens: [S.] Nihil tibi, et justo illi: multa enim passa sunt hódie per visum propter eum. [C.] Príncipes autem sacerdótum et senióres persuasérunt pópulis ut péterent Barábbam, Jesum vero pérderent. Respóndens autem præses, ait illis: [S.] Quem vultis vobis de duóbus dimítti? [C.] At illi dixérunt: [S.] Barábbam. [C.] Dicit illis Pilátus: [S.] Quid ígitur fáciam de Jesu, qui dícitur Christus? [C.] Dicunt omnes: [S.] Crucifigátur. [C.] Ait illis Præses: [S.] Quid enim mali fecit? [C.] At illi Magis clamábant dicéntes: [S.] Crucifigátur. [C.] Videns autem Pilátus quia nihil profíceret, sed magis tumúltus fíeret: accépta aqua, lavit manus coram pópulo, dicens: [S.] Innocens ego sum a sánguine justi hujus: vos vidéritis. [C.] Et respóndens univérsus pópulus, dixit: [S.]Sanguis ejus super nos, et super fílios nostros. [C.] Tunc dimísit illis Barábbam: Jesum autem flagellátum trádidit eis ut crucifigerétur.

Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús respondió: «Tú lo dices». Y mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó: «¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?». Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía liberar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, dijo Pilato: «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?». Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir: «No te metas con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él». Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. El gobernador preguntó: «¿A cuál de los dos queréis que os suelte?». Ellos dijeron: «A Barrabás». Pilato les preguntó: «¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?». Contestaron todos: «Sea crucificado». Pilato insistió: «Pues, ¿qué mal ha hecho?». Pero ellos gritaban más fuerte: «¡Sea crucificado!». Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos ante la gente, diciendo: «Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!». Todo el pueblo contestó: «¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!». Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

Jesús azotado y coronado de espinas

Tunc mílites præsidis suscipiéntes Jesum in prætórium, congregavérunt ad eum univérsam cohórtem, et exuéntes eum, chlámydem coccíneam circumdedérunt ei, et plecténtes corónam de spinis, posuérunt super caput eius, et arúndinem in déxtera eius. Et genu flexo ante eum, illudébant ei, dicéntes: [S.] Ave Rex Judæórum. [C.] Et expuéntes in eum, accepérunt arúndinem, et percutiébant caput ejus. Et postquam illusérunt ei, exuérunt eum chlámyde, et induérunt eum vestiméntis ejus, et duxérunt eum ut crucifígerent.

Entonces los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: «¡Salve, rey de los judíos!». Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

Jesús sube al Calvario. Es crucificado

Exeúntes autem invenérunt hóminem Cyrenæum, nómine Simónem: hunc angariavérunt ut tólleret crucem ejus. Et venérunt in locum qui dícitur Gólgotha, quod est Calváriæ locus. Et dedérunt ei vinum bíbere cum felle mixtum. Et cum gustásset, nóluit bíbere. Postquam autem crucifixérunt eum, divisérunt vestiménta eius, sortem mitténtes: ut implerétur quod dictum est per prophétam dicéntem: Divisérunt sibi vestiménta mea, et super vestem meam misérunt sortem. Et sedéntes, servábant eum. Et imposuérunt super caput eius causam ipsíus scriptam: Hic est Jesus Rex Judæórum.

Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a llevar su cruz. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Este es Jesús, el rey de los judíos».

Jesús, clavado en la cruz, es insultado

Tunc crucifíxi sunt cum eo duo latrónes: unus a dextris, et unus a sinístris. Prætereúntes autem blasphemábant eum movéntes cápita sua, et dicéntes: [S.] Vah qui déstruis templum Dei, et in tríduo illud reædíficas: salva temetípsum: si Fílius Dei es, descénde de cruce. [C.] Simíliter et príncipes sacerdótum illudéntes cum scribis et senióribus dicébant: [S.] Alios salvos fecit, seípsum non potest salvunt facere: si Rex Israel est, descéndat nunc de cruce, et crédimus ei: confídit in Deo: líberet nunc, si vult eum: dixit enim: Quia Fílius Dei sum. [C.] Idípsum autem et latrónes, qui crucifíxi erant eum eo, improperábant ei.

A sexta autem hora ténebræ factæ sunt super univérsam terram usque ad horam nonam. Et circa horam nonam clamávit Jesus voce magna, dicens: [+] Eli, Eli, lamma sabactháni? [C.] Hoc est: [+] Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquísti me? [C.] Quidam autem illic stantes, et audiéntes, dicébant: [S.] Elíam vocat iste. [C.] Et contínuo, currens unus ex eis, accéptam spóngiam implévit acéto, et impósuit arúndini, et dabat ei bíbere. Cæteri vero dicébant: [S.] Sine, videámus an véniat Elías líberans eum[C.] Jesus autem íterum clamans voce, magna, emísit spíritum.

Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban, lo injuriaban, y meneando la cabeza, decían: «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz». Igualmente, los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también diciendo: «A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¡Es el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz y le creeremos. Confió en Dios, que lo libre si es que lo ama, pues dijo: “Soy Hijo de Dios”». De la misma manera los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.

Desde la hora sexta hasta la hora nona vinieron tinieblas sobre toda la tierra. A la hora nona, Jesús gritó con voz potente: Elí, Elí, lemá sabaqtaní (es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»). Al oírlo algunos de los que estaban allí dijeron: «Está llamando a Elías». Enseguida uno de ellos fue corriendo, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían: «Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo». Jesús, gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu.

(Todos de rodillas. Breve pausa.)

Et ecce velum templi scissum est in duas partes a summo, usque deórsum: et terra mota est, et petræ scissæ sunt, et monuménta apérta sunt: et multa córpora sanctórum, qui dormíerant, surrexérunt. Et exeúntes de monuméntis post resurrectiónem ejus, venérunt in sanctam civitátem, et apparuérunt multis. Centúrio autem, et qui cum eo erant, custodiéntes Jesum, viso terræmótu, et his, quæ fiébant, timuérunt valde, dicéntes: [S.] Vere Fílius Dei erat iste. [C.] Erant autem ibi mulíeres multæ a longe, quæ secútæ erant Jesum a Galilæa, ministrántes ei: inter quas erat María Magdaléne, et María Jacóbi, et Joseph mater, et mater filiórum Zebedæi. Cum autem sero factum esset, venit quidam homo dives ab Arimathæa, nómine Joseph, qui et ipse discípulus erat Jesu: hic accéssit ad Pilátum, et pédit corpus Jesu. Tunc Pilátus jussit reddi corpus. Et accépto córpore, Joseph invólvit illud in síndone munda. Et pósuit illud in monuménto suo novo, quod excíderat in petra. Et advólvit saxum magnum ad óstium monuménti, et ábiit.

Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se resquebrajaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron y, saliendo de las tumbas después que él resucitó, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados: «Verdaderamente este era Hijo de Dios». Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirlo; entre ellas, María la Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Este acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en su sepulcro nuevo que se había excavado en la roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó.

 

11. Los sacerdotes que digan una segunda o tercera misa rezada, no tienen que repetir la lectura de la Pasión del Señor, sino que en su lugar leen el siguiente Evangelio, como de costumbre:

Mateo 27, 45-52

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthǽum.

Postquam crucifixérunt Jesum, a sexta autem hora ténebræ factæ sunt super univérsam terram usque ad horam nonam. Et circa horam nonam clamávit Jesus voce magna, dicens: Eli, Eli, lamma sabactháni? Hoc est: Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquísti me? Quidam autem illic stantes et audiéntes dicébant: Elíam vocat iste. Et contínuo currens unus ex eis, accéptam spóngiam implévit acéto et impósuit arúndini, et dabat ei bíbere. Céteri vero dicébant: Sine, videámus an véniat Elías líberans eum. Jesus autem íterum clamans voce magna, emísit spíritum. (hic genuflectitur, et pausatur aliquantulum) Et ecce velum templi scissum est in duas partes a summo usque deórsum: et terra mota est, et petræ scissæ sunt, et monuménta apérta sunt: et multa córpora sanctórum, qui dormíerant, surrexérunt. Et exeúntes de monuméntis post resurrectiónem ejus, venérunt in sanctam civitátem, et apparuérunt multis.

Continuación del Santo Evangelio según San Mateo

Despues de crucificar a Jesús, desde la hora sexta hasta la hora nona vinieron tinieblas sobre toda la tierra. A la hora nona, Jesús gritó con voz potente: Elí, Elí, lemá sabaqtaní (es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»). Al oírlo algunos de los que estaban allí dijeron: «Está llamando a Elías». Enseguida uno de ellos fue corriendo, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían: «Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo». Jesús, gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu. Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se resquebrajaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron.

Se dice Credo

 

OFERTORIO Salmo 68, 21-22

Impropérium exspectávit cor meum et misériam: et sustínui qui simul mecum contristarétur, et non fuit: consolántem me quæsívi, et non invéni: et dedérunt in escam meam fel, et in siti mea potavérunt me aceto.

Oprobio y miseria esperó mi corazón: y aguardé que alguien se compadeciese conmigo, y no lo hubo; busqué quien me consolase, y no lo hallé; y me dieron hiel por comida, y en mi sed, me hicieron beber vinagre.

 

SECRETA

Concéde, quǽsumus, Dómine: ut óculis tuæ majestátis munus oblátum, et grátiam nobis devotiónis obtíneat, et efféctum beátæ perennitátis acquírat. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,

Concédenos, Señor, te rogamos, que este don ofrecido a los ojos de tu Majestad, nos consiga la gracia de la devoción, y nos merezca alcanzar la eterna felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

 

PREFACIO DE LA SANTA CRUZ

Vere dignum et justum est,

æquum et salutáre, nos tibi

semper et ubíque grátias ágere:

Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui salútem humáni géneris in ligno Crucis constituísti: ut, unde mors oriebátur, inde vita resúrgeret: et, qui in ligno vincébat, in ligno quoque vincerétur: per Christum, Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes ac beáta Séraphim socia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admítti júbeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias siempre y en todo lugar: Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno: Que pusiste la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que de donde salió la muerte, de allí renaciese la vida, y el que en un árbol venció, en un árbol fuese vencido: por Cristo, nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu Majestad, la adoran las Dominaciones y tiemblan las Potestades. Los Cielos y las Virtudes celestiales y los bienaventurados Serafines la celebran con el mismo júbilo. Te suplicamos, Señor, que con sus voces admitas también las nuestras, diciéndote con humilde confesión:

 

COMUNIÓN Mateo 26, 42

Pater, si non potest hic calix transíre nisi bibam illum: fiat volúntas tua.

Padre, si no puede pasar este Cáliz sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.

 

POSCOMUNIÓN

Per hujus, Dómine, operatiónem mystérii: et vítia nostra purgéntur, et justa desidéria compleántur. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

 

Por la virtud de este Sacramento, Señor, seamos purificados de nuestros vicios, y se cumplan nuestros justos deseos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

18. El celebrante, dará al fin de la misa, la bendición del modo acostumbrado, pero, omitido el último Evangelio regresará con los ministros o ayudantes a la Sacristía.

En las Misas en que no haya Bendición de Ramos, se leerá como último Evangelio el de la bendición de ramos Cum appropinquásset Jesus:

 

Último Evangelio Mateo 21, 1-9.

(Para las Misas en las que no haya habido bendición de ramos)

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthǽum.

In illo témpore: Cum appropinquásset Jesus Jerosólymis, et venísset Béthphage ad montem Olivéti: tunc misit duos discípulos suos, dicens eis: Ite in castéllum quod contra vos est, et statim inveniétis ásinam alligátam et pullum cum ea: sólvite et addúcite mihi: et si quis vobis áliquid díxerit, dícite quia Dóminus his opus habet, et conféstim dimíttet eos. Hoc autem totum factum est, ut adimplerétur quod dictum est per Prophétam, dicéntem: Dícite fíliae Sion: Ecce Rex tuus venit tibi mansuétus, sedens super ásinam et pullum, fílium subjugális. Eúntes autem discípuli, fecérunt sicut præcépit illis Jesus. Et adduxérunt ásinam et pullum: et imposuérunt super eos vestiménta sua, et eum désuper sedére fecérunt. Plúrima autem turba stravérunt vestiménta sua in via: álii autem cædébant ramos de arbóribus, et sternébant in via: turbæ autem, quæ præcedébant et quæ sequebántur, clamábant, dicéntes: Hosánna fílio David: benedíctus qui venit in nómine Dómini.

Lectura del santo Evangelio según S. Mateo.

En aquel tiempo, acercándose Jesús a Jerusalén, luego que llegó a Betfagé, en el monte de los Olivos, envió a dos discípulos, diciéndoles: Id a esa aldea en frente de vosotros, y en seguida encontraréis una asna atada, y su pollino con ella; desatadlos y traédmelos; y si alguno os dijere algo, respondedle que los necesita el Señor, y al punto, os los dejará llevar. Todo esto sucedió en cumplimiento de lo que dijo el Profeta: Decid a la hija de Sión: Mira, que viene a ti tu Rey, lleno de mansedumbre, sentado sobre una asna, y su pollino, hijo de la que está acostumbrada al yugo. Fuéronse los discípulos, e hicieron lo que Jesús les había mandado. Trajeron el asna y el pollino, y los aparejaron con sus vestidos, y le hicieron sentar encima. Y una gran muchedumbre de gentes tendían por el camino sus vestidos y otros cortaban ramas de los árboles, y las esparcían por el camino. Y tanto las gentes que iban delante, como las que venían detrás, clamaban, diciendo: Hosanna al hijo de David. Bendito sea el que viene en Nombre del Señor. 


II Domingo Pasión o Domingo de Ramos. Leccionario 1962

Dominica II Passionis seu in Palmis. Ad I & II Vesperas

Domingo de Ramos. Bendición de los ramos con el Propio y Ordinario de la santa misa

COMENTARIOS AL EVANGELIO

 


Partituras de las oraciones y lecciones
Grabaciones de las lecturas
 

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  Passion Sunday - Gospel
  Palm Sunday - Epistle
  Palm Sunday - The Passion



 

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