18 de mayo
SAN
VENANCIO, MARTIR
III clase, rojo
Gloria y prefacio de
Pascua
San Venancio, después de haber
sufrido los tormentos más espantosos, fue arrojado a un estercolero. Curado
milagrosamente por un ángel, se presentó nuevamente ante el juez que lo había
condenado. Mientras el santo hablaba, cayó el juez boca arriba y expiró
exclamando: “El Dios de Venancio es el solo Dios verdadero, destruid vuestros
ídolos”. Los leones a los que fuera arrojado como alimento, enseguida
posternáronse a sus pies, mientras el santo predicaba la fe a los espectadores.
En fin, después de haber sido arrastrado por entre zarzales y precipitado desde
lo alto de una roca sin que sufriese mal alguno, fue decapitado a la edad de 17
años.
INTROITO
Salmo 63, 3.2
Protexisti
me, Deus, a convéntu malignántium, allelúja: a multitúdine operántium
iniquitátem, allelúja, allelúja. V/.
Exáudi, Deus, oratiónem meam cum déprecor: a timóre inimíci éripe
ánimam meam. V/. Glória Patri et Filio et
Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula
saeculorum. Amén
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Me
has librado, Señor, de la conspiración de los malvados, aleluya; de las
maquinaciones de los que obran el mal, aleluya, aleluya. V/. Escucha, Dios mío, mi oración cuando a ti
clamo; libra mi alma del temor al enemigo. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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COLECTA
Deus,
qui hunc diem beáti Venántii Mártyris tui triúmpho consecrásti: exáudi preces
pópuli tui, et præsta; ut, qui ejus mérita venerámur, fídei constántiam
imitémur. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula
saeculorum. Amen.
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Oh
Dios!, que has consagrado este día con el triunfo de tu santo mártir
Venancio; oye las súplicas de tu pueblo, y haz que, venerando sus méritos,
imitemos la constancia de su fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos. Amén.
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EPÍSTOLA Sabiduría 5, 1-5
Léctio
libri Sapiéntiæ.
Stabunt
justi in magna constántia advérsus eos, qui se angustiavérunt, et qui
abstulérunt labóres eórum. Vidéntes turbabúntur timóre horríbili, et
mirabúntur in subitatióne, insperátæ salútis, dicéntes intra se, pœniténtiam
agéntes, et præ angústia spíritus geméntes: Hi sunt, quos habúimus aliquándo
in derísum, et in similitúdinem impropérii. Nos insensáti vitam illórum
æstimabámus insániam, et finem illórum sine honóre: ecce quómodo computáti
sunt inter fílios Dei, et inter sanctos sors illórum est.
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Lectura
del libro de la Sabiduría.
Estarán
entonces los justos en pie con gran confianza en presencia de los que les
afligieron y despreciaron sus trabajos. Al verles, quedarán estremecidos de
terrible espanto, estupefactos por lo inesperado de su salvación. Se dirán
mudando de parecer, gimiendo en la angustia de su espíritu: «Estos son
aquellos a quienes hicimos entonces objeto de nuestras burlas, a quienes
dirigíamos, insensatos, nuestros insultos. Locura nos pareció su vida y su
muerte, una ignominia. Han sido contado
entre los hijos de Dios y tienen su herencia entre los santos.
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ALELUYA
PASCUAL. Salmo 88, 6. 20, 4.
En
Pascua, omitido el gradual, se dice:
Allelúja,
allelúja. V/. Confitebúntur cœli mirabília tua, Dómine:
étenim veritátem tuam in ecclésia sanctórum. Allelúja. V/. Posuísti, Dómine, super caput ejus corónam
de lápide pretióso. Allelúja.
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Aleluya,
aleluya. V/. Los cielos, Señor,
celebran tus maravillas y tu verdad la asamblea de los santos. Aleluya. V/. Has puesto, Señor, sobre su cabeza una
corona
de
piedras preciosas. Aleluya.
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EVANGELIO
Juan 15, 1-7
Sequéntia
sancti Evangélii secúndum Joánnem.
In illo
tempore: Dixit Jesus discípulis suis: «Ego sum vitis vera: et Pater meus
agrícola est. Omnem pálmitem in me non feréntem fructum, tollet eum: et
omnem, qui fert fructum, purgábit eum, ut fructum plus áfferat. Jam vos
mundi estis propter sermónem, quem locútus sum vobis. Manéte in me: et ego in vobis. Sicut palmes non
potest ferre fructum a semetipso, nisi mánserit in vite: sic nec vos, nisi in
me manséritis. Ego sum vitis, vos pálmites: qui manet in me, et ego in eo,
hic fert fructum multum: quia sine me nihil potéstis fácere. Si quis in me
non mánserit, mittétur foras sicut palmes, et aréscet, et cólligent eum, et
in ignem mittent, et ardet. Si manséritis in me, et verba mea in vobis
mánserint: quodcúmque voluéritis, petétis, et fiet vobis.»
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Lectura
del Santo Evangelio según san Juan.
En
aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Yo soy la vid verdadera, y mi
Padre es el labrador. Todo sarmiento que en mí no lleve fruto, lo corta; y
todo el que da fruto, lo poda para que dé fruto más copioso. Ya vosotros
estáis limpios, gracias a la palabra que os he anunciado. Permaneced en mí,
como yo en vosotros. Como el sarmiento no puede de suyo producir fruto no
estando adherido a la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo
soy la vid, vosotros los sarmientos; quien permanece en mí y yo en él, ése da
mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer. El que no permanece en mí, es
echado fuera como sarmiento y se seca, y lo cogen y lo arrojan al fuego, y
arde. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis
lo que queráis y lo conseguiréis.
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OFERTORIO
Salmo 88, 6
Confitebúntur
cœli mirabília tua, Dómine, et veritátem tuam in ecclésia sanctórum,
allelúja, allelúja.
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Los
cielos, Señor, celebran tus maravillas y tu lealtad la asamblea de los
santos, aleluya, aleluya.
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SECRETA
Hanc
oblatiónem, omnípotens Deus, beáti Venántii mérita tibi reddant accéptum: ut,
ipsíus subsídiis adjúti, glóriæ ejus consórtes efficiámur. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,
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Hágante
acepta, ¡oh Dios todopoderoso!, esta ofrenda los méritos de tu santo
Venancio, para que, ayudados con su protección, nos hagamos participes de su
gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios
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PREFACIO
PASCUAL
Vere
dignum et justum est, aequum et salutare: Te quidem, Domine, omni tempore,
sed in in hoc potissimum gloriosius praedicare, cum Pascha nostrum immolatus
es Christus. Ipse enim verus es Agnus, qui abstulit peccata mundi. Qui mortem
nostram moriendo destruxit, et vitam resurgendo reparavit. Et ideo cum
Angelis et Archangelis, cum Thronis et Dominationibus, cumque omni militia
caelestis exercitus, hymnum gloriae tuae canimus, sine fine dicentes:
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Verdaderamente
es digno y justo, debido y saludable, que en todo tiempo, Señor, te alabemos;
pero principalmente con mayor magnificencia en éste tiempo, en que Jesucristo
inmolado es, nuestra Pascua. Porque Él es el verdadero Cordero que quita los
pecados del mundo. El cual muriendo, destruyó nuestra muer te, y resucitando,
reparó nuestra vida. Por esto, con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y
Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, can tamos un himno
a tu gloria, diciendo sin cesar:
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COMUNIÓN
Salmo 63, 11
Lætábitur
justus in Dómino, et sperábit in eo: et laudabúntur omnes recti corde,
allelúja, allelúja.
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El
justo pondrá su gozo y su confianza en el Señor; se alegrarán todos los
rectos de corazón, aleluya, aleluya.
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POSCOMUNIÓN
Súmpsimus,
Dómine, ætérnæ vitæ sacraménta te humíliter deprecántes: ut, beáto Venántio
Mártyre tuo pro nobis deprecánte, véniam nobis concílient, et grátiam. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula
saeculorum. Amen.
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Recibidos,
Señor, los sacramentos de la vida eterna, te pedimos humildemente que, por la
intercesión de tu santo mártir Venancio, nos alcancen el perdón y la gracia. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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Folleto
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