martes, 11 de abril de 2017

MIÉRCOLES SANTO


MIÉRCOLES SANTO
Estación en Santa María la Mayor
Idea dominante de la Misa de esta Feria: Rindamos sinceros homenajes al Salvador que padece por amor nuestro

INTROITO     Filipenses 2, 10, 8 y 11
In nómine Jesu omne genu flectátur, cæléstium, terréstrium et infernórum: quia Dóminus factus est obǿdiens usque ad mortem, mortem autem crucis: ideo Dóminus Jesus Christus in glória est Dei Patris. Ps. 101, 2. Dómine, exáudi oratiónem meam: et clamor meus ad te véniat. In nómine.
Al nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el infierno; porque el Señor se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz; por esto el Señor Jesucristo esta en la gloria de Dios Padre. (S). Oye, Señor, mi oración y llague mi clamor hasta ti. Al nombre…

Después de los Kyries, se dice:
Oremus. Flectámus genua.
R/. Levate.
Præsta, quaésumus, omnípotens Deus: ut, qui nostris excéssibus incessánter afflígimur, per unigéniti Fílii tui passiónem liberémur: Qui tecum.
Oremos. v/. Arrodillémonos  R/: Levantaos
Te rogamos Dios todopoderoso, que pues nos vemos, incesantemente afligidos por nuestros desordenes, nos veamos libres por la pasión de tu Unigénito Hijo. Que contigo vive…


LECCION  Is. 62, 11; 63, 1-7
Léctio Isaíæ Prophétæ
Hæc dicit Dóminus Deus: Dícite fíliæ Sion: Ecce, Salvátor tuus venit: ecce, merces ejus cum eo. Quis est iste, qui venit de Edom, tinctis véstibus de Bosra? Iste formósus in stola sua, grádiens in multitúdine fortitúdinis suæ. Ego, qui loquor justítiam, et propugnátor sum ad salvándum. Quare ergo rubrum est induméntum tuum, et vestiménta tua sicut calcántium in torculári? Tórcular calcávi solus, et de géntibus non est vir mecum : calcávi eos in furóre meo, et conculcávi eos in ira mea: et aspérsus est sanguis eórum super vestiménta mea, et ómnia induménta mea inquinávi. Dies enim ultiónis in corde meo, annus redemptiónis meæ venit. Circumspéxi, et non erat auxiliátor: quæsívi, et non fuit, qui adjuváret: et salvávit mihi bráchium meum, et indignátio mea ipsa auxiliáta est mihi. Et conculcávi pópulos in furóre meo, et inebriávi eos in indignatióne mea, et detráxi in terram virtútem eórum. Miseratiónum Dómini recordábor, laudem Dómini super ómnibus, quæ réddidit nobis Dóminus, Deus noster.
Lectura del Profeta Isaías.
El Señor hace oír esto hasta el confín de la tierra: Decid a la hija de Sión: Mira a tu salvador que llega, el premio de su victoria lo acompaña, la recompensa lo precede. ¿Quién es ése que viene de Edom, de Bosrá, con ropaje teñido de rojo?¿Ése del vestido esplendoroso, y de andar tan esforzado? -Soy yo que hablo con justicia, un gran libertador. -Y ¿por qué está de rojo tu vestido, y tu ropaje como el de un lagarero? -El lagar he pisado yo solo; de mi pueblo no hubo nadie conmigo. Los pisé con ira, los pateé con furia, y salpicó su sangre mis vestidos, y toda mi vestimenta he manchado. ¡Era el día de la venganza que tenía pensada, el año de mi desquite era llegado! Miré bien y no había auxiliador; me asombré de que no hubiera quien apoyase. Así que me salvó mi propio brazo, y fue mi furia la que me sostuvo. Pisoteé a pueblos en mi ira, los pisé con furia e hice correr por tierra su sangre. Las misericordias del Señor quiero recordar, las alabanzas del Señor,
por todo, lo que nos ha premiado el Señor Dios nuestro.

GRADUAL    Salmo 68, 18, 2-3
Ne avértas fáciem tuam a púero tuo, quóniam tríbulor: velóciter exáudi me. V/. Salvum me fac, Deus, quóniam intravérunt aquæ usque ad ánimam meam: infíxus sum in limo profúndi, et non est substántia.
No pierdas de vista a tu siervo: oye presto mis suplicas, por que me veo atribulado. v/.Sálvame, oh Dios, porque las aguas han penetrado hasta mi alma. Atollado estoy en un profundísimo cieno, sin hallar donde afirmar el pie.

Aquí el Celebrante dice: Dominus vobiscum
COLECTA
Deus, qui pro nobis Fílium tuum Crucis patíbulum subire voluísti, ut inimíci a nobis expélleres potestatem: concéde nobis fámulis tuis; ut resurrectiónis grátiam consequámur. Per eúndem Dóminum.
Oh Dios, que quisiste que tu Hijo sufriese por nosotros muerte de cruz, para librarnos del poder del enemigo; concede a tus siervos la gracia de tener parte en su resurrección. Por el mismo Señor nuestro

EPISTOLA Is 53, 1-12
Léctio Isaíæ Prophétæ.
In diébus illis: Dixit Isaías: Dómine, quis crédidit audi tui nostro? et bráchium Dómini cui revelátum est? Et ascéndet sicut virgúltum coram eo, et sicut radix de terra sitiénti: non est spécies ei neque decor: et vídimus eum, et non erat aspéctus, et desiderávimus eum: despéctum et novíssimum virórum, virum dolórum, et sciéntem infirmitátem: et quasi abscónditus vultus ejus et despéctus, unde nec reputávimus eum. Vere languóres nostros ipse tulit, et dolóres nostros ipse portávit: et nos putávimus eum quasi leprósum, et percússum a Deo, et humiliátum. Ipse autem vulnerátus est propter iniquitátes nostras, attrítus est propter scélera nostra: disciplína pacis nostræ super eum, et livóre ejus sanáti sumus. Omnes nos quasi oves errávimus, unusquísque in viam suam declinávit: et pósuit Dóminus in eo iniquitátem ómnium nostrum. Oblátus est, quia ipse vóluit, et non apéruit os suum: sicut ovis ad occisiónem ducátur, et quasi agnus coram tondénte se obmutéscet, et non apériet os suum. De angústia et de judício sublátus est: generatiónem ejus quis enarrábit? quia abscíssus est de terra vivéntium: propter scelus pópuli mei percússi eum. Et dabit ímpios pro sepultúra, et dívitem pro morte sua: eo quod iniquitátem non fécerit, neque dolus fúerit in ore ejus. Et Dóminus vóluit contérere eum in infirmitáte : si posúerit pro peccáto ánimam suam, vidébit semen longaévum, et volúntas Dómini in manu ejus dirigátur. Pro eo, quod laborávit ánima ejus, vidébit, et saturábitur: in sciéntia sua justificábit ipse justus servus meus multos, et iniquitátes eórum ipse portábit. Ideo dispértiam ei plúrimos: et fórtium dívidet spólia, pro eo, quod trádidit in mortem ánimam suam, et cum scelerátis reputátus est : et ipse peccáta multórum tulit, et pro transgressóribus rogávit.
Lectura del Profeta Isaías.
En aquellos días, dijo Isaías:¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le revelará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. El soportó el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados. Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos. Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió por los pecadores.

TRACTO   Salmo 101, 2-5 y 14
Domine exaudi orationem meam: et clamor meus ad te veniat.  v/.Non avertas faciem tuam a me: in quacumque die tribulor, inclina ad me aurem tuam.  v/.In quacumque die invocavero te: velociter exaudi me.  v/.Quia defecerunt sicut fumus, dies mei: et ossa mea sicut gremium aruerunt.  v/.Percussus sum, ut faenum, et aruit cor meum: quia oblitus sum comedere panem meum.  v/.Tu exsurgens Domine misereberis Sion: quia tempus miserendi eius, quia venit tempus.
Escucha, oh Señor, benignamente mis ruegos; y lleguen hasta ti mis clamores. v/.No apartes de mi tu rostro: en cualquier ocasión en que me halle atribulado, dígnate oírme. v/. Acude luego a mí siempre que te invocare;  v/.Porque como humo han desaparecido mis días, y áridos están mis huesos como leña seca. v/.Estoy marchito como el heno, árido esta mi corazón, pues hasta de comer mi pan me he olvidado. v/. Tú te levantaras y tendrás lastima de Sión; porque tiempo es de apiadarte de ella.

PASIÓN Lc 22, 39-71; 23, 1-53.
Pássio Dómini nostri Jesu Christi
secúndum Lucam
In illo témpore : Et egréssus ibat secúndum consuetúdinem in montem Olivárum. Secúti sunt autem illum et discípuli. Et cum pervenísset ad locum, dixit illis: + Oráte, ne intrétis in tentatiónem. C. Et ipse avúlsus est ab eis, quantum jactus est lápidis, et pósitis génibus orábat, dicens: + Pater, si vis, transfer cálicem istum a me: verúmtamen non mea volúntas, sed tua fiat. C. Appáruit autem illi Angelus de cælo, confórtans eum. Et factus in agónia, prolíxius orábat. Et factus est sudor ejus, sicut guttæ sánguinis decurréntis in terram. Et cum surrexísset ab oratióne, et venísset ad discípulos suos, invénit eos dormiéntes præ tristítia. Et ait illis: +Quid dormítis? súrgite, oráte, ne intrétis in tentatiónem. C. Adhuc eo loquénte, ecce turba: et qui vocabátur Judas, unus de duódecim, antecedébat eos : et appropinquávit Jesu, ut oscularétur eum. Jesus autem dixit illi: + Juda, ósculo Fílium hóminis tradis? C. Vidéntes autem hi, qui circa ipsum erant, quod futúrum erat, dixérunt ei: S. Dómine, si percútimus in gladio? C. Et percússit unus ex illis servum príncipis sacerdótum, et amputávit aurículam ejus déxteram. Respóndens autem Jesus, ait: + Sínite usque huc. C. Et cum tetigísset aurículam ejus, sanávit eum. Dixit autem Jesus ad eos, qui vénerant ad se, príncipes sacerdótum et magistrátus templi et senióres: + Quasi ad latrónem exístis cum gládiis et fústibus? Cum cotídie vobíscum fúerim in templo, non extendístis manus in me: sed hæc est hora vestra et potéstas tenebrárum. C. Comprehendéntes autem eum, duxérunt ad domum príncipis sacerdótum: Petrus vero sequebátur a longe. Accénso autem igne in médio átrii, et circumsedéntibus illis, erat Petrus in médio eórum. Quem cum vidísset ancílla quædam sedéntem ad lumen, et eum fuísset intúita, dixit: S. Et hic cum illo erat. C. At ille negávit eum, dicens: S. Múlier, non novi illum. C. Et post pusíllum álius videns eum, dixit: S. Et tu de illis es. C. Petrus vero ait : S. O homo, non sum. C. Et intervállo facto quasi horæ uníus, álius quidam affirmábat, dicens : S. Vere et hic cum illo erat: nam et Galilaéus est. C. Et ait Petrus: S. Homo, néscio, quid dicis. C. Et contínuo adhuc illo loquénte cantávit gallus. Et convérsus Dóminus respéxit Petrum. Et recordátus est Petrus verbi Dómini, sicut díxerat : Quia priúsquam gallus cantet, ter me negábis. Et egréssus foras Petrus flevit amáre. Et viri, qui tenébant illum, illudébant ei, cædéntes. Et velavérunt eum et percutiébant fáciem ejus : et interrogábant eum, dicéntes: S. Prophetíza, quis est, qui te percússit? C. Et alia multa blasphemántes dicébant in eum. Et ut factus est dies, convenérunt senióres plebis et príncipes sacerdótum et scribæ, et duxérunt illum in concílium suum, dicente? S. Si tu es Christus, dic nobis. C. Et ait illis: + Si vobis díxero, non credétis mihi: si autem et interrogávero, non respondébitis mihi, neque dimíttetis. S. Ex hoc autem erit Fílius hóminis sedens a dextris virtútis Dei. C. Dixérunt autem omnes: S. Tu ergo es Fílius Dei? C. Qui ait: + Vos dicitis, quia ego sum. C. At illi dixérunt: S. Quid adhuc desiderámus testimónium? Ipsi enim audívimus de ore ejus. C. Et surgens omnis multitúdo eórum, duxérunt illum ad Pilátum. Cœpérunt autem illum accusáre, dicéntes: S. Hunc invénimus subverténtem gentem nostram, et prohibéntem tribúta dare Caésari, et dicéntem se Christum regem esse. C. Pilátus autem interrogávit eum, dicens: S. Tu es Rex Judæórum? C. At ille respóndens, ait: + Tu dicis. C. Ait autem Pilátus ad príncipes sacerdótum et turbas: S. Nihil invénio causæ in hoc hómine. C. At illi invalescébant, dicéntes: S. Cómmovet pópulum, docens per univérsam Judaéam, incípiens a Galilaéa usque huc. C. Pilátus autem áudiens Galilaéam, interrogávit, si homo Galilaéus esset. Et ut cognóvit, quod de Heródis potestáte esset, remísit eum ad Heródem, qui et ipse Jerosólymis erat illis diébus. Heródes autem, viso Jesu, gavísus est valde. Erat enim cúpiens ex multo témpore vidére eum, eo quod audíerat multa de eo, et sperábat signum áliquod vidére ab eo fíeri. Interrogábat autem eum multis sermónibus. At ipse nihil illi respondébat. Stabant autem príncipes sacerdótum et scribæ, constánter accusántes eum. Sprevit autem illum Heródes cum exércitu suo: et illúsit indútum veste alba, et remísit ad Pilátum. Et facti sunt amíci Heródes et Pilátus in ipsa die: nam ántea inimíci erant ad ínvicem. Pilátus autem, convocátis princípibus sacerdótum et magistrátibus et plebe, dixit ad illos: S. Obtulístis mihi hunc hóminem, quasi averténtem pópulum, et ecce, ego coram vobis intérrogans, nullam causam invéni in hómine isto ex his, in quibus eum accusátis. Sed neque Heródes: nam remísi vos ad illum, et ecce, nihil dignum morte actum est ei. Emendátum ergo illum dimíttam. C. Necésse autem habébat dimíttere eis per diem festum, unum. Exclamávit autem simul univérsa turba, dicens: S. Tolle hunc, et dimítte nobis Barábbam. C. Qui erat propter seditiónem quandam fáciam in civitáte et homicídium missus in cárcerem. Iterum autem Pilátus locútus est ad eos, volens dimíttere Jesum. At illi succlamábant, dicéntes: S. Crucifíge, crucifíge eum. C. Ille autem tértio dixit ad illos: S. Quid enim mali fecit iste? Nullam causam mortis invénio in eo: corrípiam ergo illum et dimíttam. C. At illi instábant vócibus magnis, postulántes, ut crucifigerétur. Et invalescébant voces eórum. Et Pilátus adjudicávit fíeri petitiónem eórum. Dimísit autem illis eum, qui propter homicídium et seditiónem missus fúerat in cárcerem, quem petébant: Jesum vero trádidit voluntáti eórum. Et cum dúcerent eum, apprehendérunt Simónem quendam Cyrenénsem, veniéntem de villa: et imposuérunt illi crucem portáre post Jesum. Sequebátur autem illum multa turba pópuli, et mulíerum, quæ plangébant et lamentabántur eum. Convérsus autem ad illas Jesus dixit: + Filiæ Jerúsalem, nolíte flere super me, sed super vos ipsas flete et super fílios vestros. Quóniam ecce vénient dies, in quibus dicent: Beátæ stériles, et veníres, qui non genuérunt, et úbera, quæ non lactavérunt. Tunc incípient dícere móntibus: Cádite super nos; et cóllibus: Operíte nos. Quia si in víridi ligno hæc fáciunt, in árido quid fiet? C. Ducebántur autem et alii duo nequam cum eo, ut interficeréntur. Et postquam venérunt in locum, qui vocátur Calváriæ, ibi crucifixérunt eum: et latrónes, unum a dextris et álterum a sinístris. Jesus autem dicebat: + Pater, dimítte illis: non enim sciunt, quid fáciunt. C. Dividéntes vero vestiménta ejus, misérunt sortes. Et stabat pópulus spectans, et deridébant eum príncipes cum eis, dicéntes: S. Alios salvos fecit: se salvum fáciat, si hic est Christus Dei electus. C. Illudébant autem ei et mílites accedéntes, et acétum offeréntes ei, et dicéntes: S. Si tu es Rex Judæórum, salvum te fac. C. Erat autem et superscríptio scripta super eum lítteris græcis et latínis et hebráicis: Hic est Rex Judæórum. Unus autem de his, qui pendébant, latrónibus, blasphemábat eum, dicens: S. Si tu es Christus, salvum fac temetípsum, et nos. C. Respóndens autem alter increpábat eum, dicens: S. Neque tu times Deum, quod in eadem damnatióne es. Et nos quidem juste, nam digna factis recípimus: hic vero nihil mali gessit. C. Et dicebat ad Jesum: S. Dómine, meménto mei, cum véneris in regnum tuum. C. Et dixit illi Jesus: + Amen, dico tibi: Hódie mecum eris in paradíso. C. Erat autem fere hora sexta, et ténebræ factæ sunt in univérsam terram usque in horam nonam. Et obscurátus est sol: et velum templi scissum est médium. Et clamans voce magna Jesus, ait: + Pater, in manus tuas comméndo spíritum meum. C. Et hæc dicens, exspirávit. (Hic genuflectitur, et pausatur aliquántulum) Videns autem centúrio quod factum fúerat, glorificávit Deum, dicens: S. Vere hic homo justus erat. C. Et omnis turba eórum, qui simul áderant ad spectáculum istud et vidébant, quæ fiébant, percutiéntes péctora sua revertebántur. Stabant autem omnes noti ejus a longe, et mulíeres, quæ secútæ eum erant a Galilaéa, hæc vidéntes.
Quod sequitur, cantatur in tono Evangelii, et alia fiunt ut supra in Dominica.
Et ecce, vir nómine Joseph, qui erat decúrio, vir bonus et justus: hic non consénserat consílio et áctibus eórum, ab Arimathaéa civitáte Judaéæ, qui exspectábat et ipse regnum Dei. Hic accéssit ad Pilátum et pétiit corpus Jesu: et depósitum invólvit síndone, et pósuit eum in monuménto excíso, in quo nondum quisquam pósitus fúerat.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
C. En aquel tiempo, salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos. Al llegar al sitio, les dijo:
+ - «Orad, para no caer en la tentación.»
C . Él se arrancó de ellos, alejándose como a un tiro de piedra y, arrodillado, oraba, diciendo:
+ - «Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
C - Y se le apareció un ángel del cielo, que lo animaba. En medio de su angustia, oraba con más insistencia. Y le bajaba hasta el suelo un sudor como de gotas de sangre. Y, levantándose de la oración, fue hacia sus discípulos, los encontró dormidos por la pena, y les dijo:
+ - «¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para no caer en la tentación.»
Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
C. Todavía estaba hablando, cuando aparece gente; y los guiaba el llamado Judas, uno de los Doce. Y se acercó a besar a Jesús.
Jesús le dijo:
+ - «Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?»
C. Al darse cuenta los que estaban con él de lo que iba a pasar, dijeron:
S. - «Señor, ¿herimos con la espada?»
C. Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino, diciendo:
+ - «Dejadlo, basta.»
C. Y, tocándole la oreja, lo curó. Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los oficiales del templo, y a los ancianos que habían venido contra él:
+ - «¿Habéis salido con espadas y palos, como a caza de un bandido? A diario estaba en el templo con vosotros, y no me echasteis mano. Pero ésta es vuestra hora: la del poder de las tinieblas.»
Pedro, saliendo afuera, lloró amargamente
C. Ellos lo prendieron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía desde lejos. Ellos encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor, y Pedro se sentó entre ellos.
Al verlo una criada sentado junto a la lumbre, se lo quedó mirando y dijo:
S. - «También éste estaba con él.»
C. Pero él lo negó, diciendo:
S. - «No lo conozco, mujer.»
C. Poco después lo vio otro y le dijo:
S. - «Tú también eres uno de ellos.»
C. Pedro replicó:
S. - «Hombre, no lo soy.»
C. Pasada cosa de una hora, otro insistía:
S. - «Sin duda, también éste estaba con él, porque es galileo.»
C. Pedro contestó:
S. - «Hombre, no sé de qué me hablas.»
C. Y, estaba todavía hablando, cuando cantó un gallo. El Señor, volviéndose, le echó una mirada a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra que el Señor le había dicho: «Antes de que cante hoy el gallo, me negarás tres veces.» Y, saliendo afuera, lloró amargamente.
Haz de profeta; ¿quién te ha pegado?
C. Y los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de él, dándole golpes.
Y, tapándole la cara, le preguntaban:
S. - «Haz de profeta; ¿quién te ha pegado?»
C. Y proferían contra él otros muchos insultos.
Lo hicieron comparecer ante su Sanedrín
C. Cuando se hizo de día, se reunió el senado del pueblo, o sea, sumos sacerdotes y escribas, y, haciéndole comparecer ante su Sanedrín, le dijeron:
S. - «Si tú eres el Mesías, dínoslo.»
C. Él les contesto:
+ - «Si os lo digo, no lo vais a creer; y si os pregunto, no me vais a responder.
Desde ahora, el Hijo del hombre estará sentado a la derecha de Dios todopoderoso.»
C. Dijeron todos:
S. - «Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?»
C. Él les contestó:
+ - «Vosotros lo decís, yo lo soy.»
C. Ellos dijeron:
S. - «¿Qué necesidad tenemos ya de testimonios? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca.»
C. Se levantó toda la asamblea, y llevaron a Jesús a presencia de Pilato.
No encuentro ninguna culpa en este hombre
C. Y se pusieron a acusarlo, diciendo:
S. - «Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos al César, y diciendo que él es el Mesías rey.»
C. Pilato preguntó a Jesús:
S. - «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Él le contestó:
+, - «Tú lo dices.»
C. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente:
S. - «No encuentro ninguna culpa en este hombre.»
C. Ellos insistían con más fuerza, diciendo:
S. - «Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí.»
C. Pilato, al oírlo, preguntó si era galileo; y, al enterarse que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió. Herodes estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días.
Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio
C. Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento; pues hacía bastante tiempo que quería verlo, porque oía hablar de él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hizo un interrogatorio bastante largo; pero él no le contestó ni palabra.
Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándolo con ahínco. Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él; y, poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes se llevaban muy mal.
Pilato entregó a Jesús a su arbitrio
C. Pilato, convocando a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, les dijo:
S. - «Me habéis traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; y resulta que yo lo he interrogado delante de vosotros, y no he encontrado en este hombre ninguna de las culpas que le imputáis; ni Herodes tampoco, porque nos lo ha remitido: ya veis que nada digno de muerte se le ha probado. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré.»
C. Por la fiesta tenía que soltarles a uno. Ellos vociferaron en masa, diciendo:
S. - «¡Fuera ése! Suéltanos a Barrabás.»
C. A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra con intención de soltar a Jesús. Pero ellos seguían gritando:
S. - «¡Crucifícalo, crucifícalo!»
C. Él les dijo por tercera vez:
S. - «Pues, ¿qué mal ha hecho éste? No he encontrado en él ningún delito que merezca la muerte. Así es que le daré un escarmiento y lo soltaré.»
C. Ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo el griterío.
Pilato decidió que se cumpliera su petición: soltó al que le pedían (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí
C. Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se daban golpes y lanzaban lamentos por él.
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
+ - «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en que dirán: "Dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado." Entonces empezarán a decirles a los montes: "Desplomaos sobre nosotros", y a las colinas: "Sepultadnos"; porque, si así tratan al leño verde, ¿qué pasara con el seco?»
C. Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
C. Y, cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía:
+ - «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»
C. Y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte.
Éste es el rey de los judíos
C. El pueblo estaba mirando.
Las autoridades le hacían muecas, diciendo:
S - «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»
C. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:
S. - «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.»
C. Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.»
Hoy estarás conmigo en el paraíso
C. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
S. - «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
C. Pero el otro le increpaba:
S. - «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.»
C Y decía:
S. - «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»
C. Jesús le respondió:
+ - «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
C. Era ya eso de mediodía, y vinieron las tinieblas sobre toda la región, hasta la media tarde; porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:
+ - «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.»
C. Y, dicho esto, expiró.
Todos se arrodillan, y se hace una pausa
C. El centurión, al ver lo que pasaba, daba gloria a Dios, diciendo:
S. - «Realmente, este hombre era justo.»
C. Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, habiendo visto lo que ocurría, se volvía dándose golpes de pecho. Todos sus conocidos se mantenían a distancia, y lo mismo las mujeres que lo habían seguido desde Galilea y que estaban mirando. José colocó el cuerpo de Jesús en un sepulcro excavado C. Un hombre llamado José, que era senador, hombre bueno y honrado (que no había votado a favor de la decisión y del crimen de ellos), que era natural de Arimatea, pueblo de Judea, y que aguardaba el reino de Dios, acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y, bajándolo, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía.

OFERTORIO     Salmo 101, 2-3
Dómine, exáudi oratiónem meam, et clamor meus ad te pervéniat : ne avértas fáciem tuam a me.
Escucha, oh Señor, benignamente mis ruegos, y lleguen hasta ti mis clamores: no apartes de mí tu rostro.

SECRETA
Súscipe, quaésumus, Dómine, munus oblátum, et dignánter operáre: ut, quod passiónis Fílii tui, Dómini nostri, mystério gérimus, piis afféctibus consequámur. Per eúndem Dóminum.
Acepta, oh Señor, te rogamos, el don ofrecido, y dígnate hacer que consigamos con piadosos efectos lo que celebramos en el misterio de la pasión de tu Hijo, nuestro Señor. Por el mismo Señor…

PREFACIO DE LA SANTA CRUZ
Vere dignum et justum est, aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui salutem humani generis in ligno crucis constituisti: ut, unde mors oriebatur, inde vita resurgeret: et qui in ligno vincebat, in ligno quoque vinceretur, per Christum Dominum nostrum. Per quem majestatem tuam laudant Angeli, adorant Dominationes, tremunt Potestates. Coeli, coelorumque Virtutes, ac beata Seraphim, socia exsultatione concelebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admitti jubeas, deprecamur, supplici confessione dicentes.
En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que pusiste la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que de donde salió la muerte, saliese la vida, y el que en un árbol venció, en un árbol fuese vencido por Cristo nuestro Señor; por quien alaban los Ángeles a tu majestad, la adoran las dominaciones, la temen las Potestades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Vírgenes de los cielos y los bienaventurados Serafines. Te rogamos, que, con sus voces admitas también las de los que decimos, con humilde confesión.

COMUNION     Salmo 101, 10, 13 y 14
Potum meum cum fletu temperábam: quia élevans allisísti me: et ego sicut fænum árui : tu autem, Dómine, in ætérnum pérmanes : tu exsúrgens miseréberis Sion, quia venit tempus miseréndi ejus.
Mis lagrimas se mezclan con mi bebida, pues me levantaste en alto para estrellarme; y me ha secado como el heno; pero tú, Señor, permaneces para siempre; tú te levantas y tendrás lastima de Sión, porque tiempo es de apiadarte de ella.

POSCOMUNION
Largíre sénsibus nostris, omnípotens Deus : ut, per temporálem Fílii tui mortem, quam mystéria veneránda testántur, vitam te nobis dedísse perpétuam confidámus. Per eúndem Dóminum.
Concede a nuestros sentidos, omnipotente Dios, que por la muerte temporal de tu Hijo, representada en estos venerables misterios, confiemos que nos has concedido la vida perdurable. Por el mismo Señor…

SOBRE EL PUEBLO

Oremus. Humiliáte cápita vestra Deo.
Réspice, quaésumus, Dómine, super hanc famíliam tuam, pro qua Dóminus noster Jesus Christus non dubitávit mánibus tradi nocéntium, et Crucis subíre torméntum: Qui tecum vivit et regnat in unitate.
 Oremos. Humillad ante Dios vuestras cabezas. Te suplicamos, oh Señor, que mires a esta tu familia, por la cual nuestro Señor Jesucristo no vacilo en ser entregado a manos de pecadores y en padecer el suplicio de la cruz.
El cual contigo vive….