sábado, 26 de noviembre de 2022

7 de diciembre. SAN AMBROSIO, OBISPO, CONFESOR Y DOCTOR

 


7 de diciembre

SAN AMBROSIO, OBISPO, CONFESOR Y DOCTOR

III clase, blanco

Gloria y prefacio común o prefacio de adviento ad libitum

Ambrosio, obispo de Milán, hijo de Ambrosio, ciudadano romano, se educó en la ciudad en las artes liberales. Nombrado por el prefecto Probus para gobernar Liguria y Emilia a su orden y con su autoridad, Ambrosio fue a Milán, donde Auxentius, obispo arriano, había muerto y la gente deliberaba sobre la elección de un sucesor. En el ejercicio de su deber oficial, Ambrosio entró en la iglesia para sofocar los disturbios y, cuando habló elocuentemente sobre la paz del estado, de repente una voz de niño exclamó: "¡Ambrosio Obispo!" Entonces todos con una sola voz exigieron que fuera elegido. Y así recibió el bautismo, porque era un catecúmeno, los otros sacramentos, y todos los grados de órdenes según la costumbre de la Iglesia, siendo elevado al episcopado. En su oficio, defendió la fe y disciplina católica, tanto en el habla como en la escritura; y convirtió a muchos arrianos y otros herejes a la fe, entre los que estaba San Agustín, a quien engendró a Cristo Jesús como su hijo espiritual. Agotado por sus trabajos y preocupaciones por la Iglesia de Dios, murió el 4 de abril del 397.

 

INTROITO Eclesiástico 15, 5; Salmo 91,2

IN MÉDIO Ecclésiæ apéruit os ejus: et implévit eum Dóminus spiritu sapiéntiæ, et intelléctus: stolam glóriæ índuit eum. V/. Bonum est confitéri Dómino: et psállere nómini tuo, Altíssime. V/. Glória Patri et Fílio et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio et nunc et semper, et in sǽcula saeculórum. Amen.

En medio de la Iglesia le ha abierto su boca el Señor; lo ha llenado del espíritu de sabiduría y de entendimiento, y lo ha revestido de honor y de gloria. V/. Bueno es alabar al Señor, y cantar tu nombre, ¡oh Altísimo! V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

COLECTA

Deus, qui pópulo tuo ætérnæ salútis beátum Ambrósium minístrum tribuísti: præsta, quǽsumus; ut quem Doctórem vitæ habúimus in terris, intercessórem habére mereámur in cœlis. Per Dóminum nostrum Jesum Christum, lium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula saeculórum. Amen.

¡Oh Dios!, que hiciste a san Ambrosio ministro de la salvación eterna de tu pueblo, concédenos que merezcamos tener por intercesor en los cielos al que tuvimos por maestro de vida en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Se hace conmemoración de la feria de Adviento

 

EPÍSTOLA Timoteo 4, 1-8

Léctio Epistolæ beáti Pauli Apóstoli ad Timótheum.

Caríssime: Testíficor coram Deo, et Jesu Christo, qui judicatúrus est vivos et mórtuos, per advéntum ipsíus, et regnum ejus: praédica verbum, insta opportúne, importúne: árgue, óbsecra, íncrepa in omni patiéntia, et doctrína. Erit enim tempus, cum sanam doctrínam non sustinébunt, sed a sua desidéria coacervábunt sibi magístros pruriéntes áuribus: et a veritáte quidem audítum avértent, ad fábulas autem converténtur. Tu vero vígila, in ómnibus labóra, opus fac Evangelístæ, ministérium tuum imple. Sóbrius esto. Ego enim jam delíbor, et tempus resolutiónis meæ instat. Bonum certámen certávi, cursum consummávi, fidem servávi. In réliquo repósita est mihi coróna justítiæ, quam reddet mihi Dóminus in illa die justus judex: non solum autem mihi, sed et iis, qui díligunt advéntum ejus.

Lección de la carta del Apóstol san Pablo a san Timoteo.

Carísimo: Yo te conjuro delante de Dios y de Jesucristo, que ha de juzgar vivos y muertos, y por su aparición y su reino. Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo; reprende, ruega, exhorta, con paciencia siempre y afán de enseñar. Porque vendrá tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que en alas de sus pasiones y con la comezón en sus oídos, se elegirán maestros a granel y desviarán sus oídos de la verdad y se volverán hacia las fábulas. Tú, anda sobre ti en todo, soporta el sufrimiento; haz obra de predicador del Evangelio; cumple con tu ministerio. Sé sobrio. Pues yo estoy ya ofrecido en sacrificio y se acerca el tiempo de mi muerte. He luchado la buena lucha; he concluido la carrera; he guardado la fidelidad. Ya no me queda sino recibir la corona de justicia que me dará el Señor en aquel día, el justo juez, y no sólo a mí, sino también a los que hayan esperado su manifestación con amor.

 

GRADUAL Eclesiástico 44, 16, 20

Ecce sacérdos magnus qui in diébus suis plácuit Deo. V/.  Non est invéntus similis illi, qui conserváret legem Excélsi.

He aquí al gran sacerdote que supo agradar a Dios en los días de su vida. V/. No tuvo semejante en la observancia de la ley del Altísimo.

 

ALELUYA Salmo 109, 4

Allelúia, allelúia. V/. Iurávit Dominus, et non pœnitebit eum: Tu es sacérdos in ætérnum, secúndum órdinem Melchísedech. Allelúia.

Aleluya, aleluya. V/. Lo ha jurado el Señor, no ha de arrepentirse; Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec. Aleluya.

 

EVANGELIO Mateo 5, 13-19

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthéum.                

In illo témpore: Dixit Jesus discípulis suis: "Vos estis sal terræ. Quod si sal evanúerit, in quo saliétur? Ad níhilum valet ultra, nisi ut mittátur foras, et conculcétur ab homínibus. Vos estis lux mundi. Non potest cívitas abscóndi supra montem pósita. Neque accéndunt lucérnam, et ponent eam sub módio, sed super candelábrum, ut lúceat ómnibus qui in domo sunt. Sic lúceat lux vestra coram homínibus ut vídeant ópera vestra bona, et gloríficent Patrem vestrum, qui in cœlis est. Nolíte putáre, quóniam veni sólvere legem, aut prophétas: non veni sólvere sed adimplére. Amen quippe dico vobis, donec tránseat cœlum et terra, jóta unum, aut unus apex non præteríbit a lege, donec ómnia fiant. Qui ergo sólverit unum de mandátis istis mínimis, et dócuerit sic hómines mínimus vocábitur in regno cœlórum: qui autem fécerit et docúerit, hic magnus vocábitur in regno cœlórum.

Continuación del Santo Evangelio según san Mateo.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos. No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.

 

 

OFERTORIO Salmo 88. 25

Véritas mea et misericórdia mea cum ipso: et in nómine meo exaltábitur cornu eius.

Le acompañarán mi lealtad y mi gracia, y en mi nombre será ensalzado su poderío.

 

SECRETA

Omnípotens sempitérne Deus, múnera tuæ majestáti obláta, per intercessiónem beáti Ambrósii Confessóris tui atque Pontíficis, ad perpétuam nobis fac proveníre salútem. Per Dominum. Per Dóminum nostrum Jesum Christum, lium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus,

Omnipotente y sempiterno Dios, haz que los dones ofrecidos a tu majestad nos ayuden, por las súplicas del obispo y confesor san Ambrosio, para la eterna salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

Se hace conmemoración de la feria de Adviento

 

PREFACIO COMÚN

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: per Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable que te demos gracias en todo tiempo y lugar ¡Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Por Cristo nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu majestad, las Dominaciones la adoran, tiemblan las Potestades, los Cielos y las Virtudes de los cielos, y los bienaventurados serafines la celebran con igual júbilo. Te rogamos que con sus alabanzas recibas también las nuestras cuando te decimos con humilde confesión:

Ó  PREFACIO AD LIBITUM DE ADVIENTO

Vere dignum et iustum est, aequum et salutare, nos tibi  semper et ubique gratias agere: Domine, sancte Pater, omnipotens aeterne Deus: per Christum Dominum nostrum; Quem perdito hominum generi Salvatorem misericors et fidelis promisisti: cuius veritas instrueret inscios, sanctitas iustificaret impios, virtus adiuvaret infirmos. Dum ergo prope est ut veniat quem missurus es, et dies affulget liberationis nostrae, in hac promissionum tuarum fide, piis gaudiis exultamus.  Et ideo cum Angelis  et Archangelis, cum Thronis et Dominationibus, cumque  omni militia caelestis exercitus, hymnum gloriae tuae canimus,  sine fine dicentes:

Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar, Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios, por Jesucristo nuestro Señor; él es, Dios misericordioso y fiel, el Salvador que habías prometido al género humano perdido por  el pecado, para que la Verdad instruyese a los ignorantes, la Santidad justificara a los impíos, la Fortaleza ayudase a los débiles. Mientras está cerca aquel a quién tú nos envías, -ya  viene-, y el día de nuestra liberación ya brilla, llenos de confianza en tus promesas, nos llenamos de piadosos gozos. Y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, entonamos a tu gloria un himno, diciendo sin cesar:

 

COMUNIÓN Salmo 88, 36-38

Semel jurávi in sancto meo: semen ejus in ætérnum manébit: et sedes ejus sicut sol in conspéctu meo, et sicut luna perfécta in ætérnum, et testis in cœlo fidélis

Lo he jurado por mi santidad; su posteridad durará por siempre; su trono será ante mí como el sol, como la luna establecida para siempre, como el cielo, eternamente inmutable.

 

POSCOMUNIÓN

Sacraménta salútis nóstræ suscipiéntes, concéde, quæsumus omnípotens Deus: ut beáti Ambrósii Confessóris tui atque Pontíficis nos ubíque orátio ádjuvet, in cujus veneratióne hæc tuæ obtúlimus majestáti. Per Dóminum nostrum Jesum Christum, lium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula saeculórum. Amen.

Recibidos los sacramentos de nuestra salud, concédenos, ¡oh Dios omnipotente!, que nos auxilie en todas partes la oración de san Ambrosio, tu obispo y confesor, en cuyo honor los hemos ofrecido a tu majestad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Se hace conmemoración de la feria de Adviento

-BIOGRAFÍA Y TEXTOS DEL SANTO 7 de diciembre. San Ambrosio de Milán, obispo, confesor y doctor de la Iglesia

 

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