4 de mayo
Santa Mónica, viuda
III clase, blanco
Gloria y prefacio de Pascua
Santa
Mónica, madre de San Agustín, derramó tantas lágrimas y oró a Dios con tanto
fervor por la conversión de su hijo, que vio realizarse la palabra de San
Ambrosio que le aseguró que un hijo de tantas lágrimas no podía perderse.
Siguió a su hijo por todas partes para exhortarlo a que renunciara a sus
desórdenes y a la herejía de los maniqueos. Cuando por fin lo vio convertido,
exclamó: Ahora moriré contenta, hijo mío, porque ya nada me queda por desear en
la tierra. Murió en el año 387.
INTROITO
Salmo 118, 75; 120,1
Cognóvi,
Dómine, quia ǽquitas judícia tua, et in veritáte tua humiliásti me: confíge
timóre tuo carnes meas, a mandátis tuis tímui. Allelúja, allelúja. V/. Beáti
immaculáti in via : qui ámbulant in lege Dómini. V/. Glória Patri et Filio et
Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula
saeculorum. Amén
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Reconozco,
Señor, que tus juicios son justos, que me has afligido con razón; tiembla de
terror ante ti mi carne; temo tus juicios. Aleluya, aleluya. V/. Bienaventurados
los que, euros en sus sendas, caminan en la ley del Señor. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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COLECTA
Deus,
mæréntium consolátor et in te sperántium salus, qui beátæ Mónicæ pias
lácrimas in conversióne fílii sui Augustíni misericórditer suscepísti: da
nobis utriúsque intervéntu, peccáta nostra deploráre, et grátiæ tuæ indulgéntiam
invénire. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat
in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
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¡Oh
Dios!, consolador de los afligidos y salvación de los que en ti esperan, que acogiste
misericordioso las piadosas lágrimas de santa Mónica por la conversión de su
hijo Agustín; concédenos, por la intercesión de entrambos, que lloremos
nuestros pecados y hallemos el perdón de tu gracia. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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EPÍSTOLA
1 Timoteo 5, 3-10
Léctio
Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Timótheum.
Carissime:
Víduas honóra quæ vere víduæ sunt. Si qua autem vídua fílios, aut nepótes
habet: discat primum domum suam régere, et mútuam vicem réddere paréntibus:
hoc enim accéptum est coram Deo. Quæ
autem vere vídua est, et desoláta, speret in Deum, et instet obsecratiónibus,
et oratiónibus nocte ac die. Nam quæ in delíciis est, vivens mórtua est. Et
hoc prǽcipe, ut irreprehensíbiles sint. Si quis autem suórum, et máxime
domesticórum curam non habet, fidem negávit, et est infidélí detérior. Vídua
eligátur non minus sexagínta annórum, quæ fúerit unius viri uxor, in opéribus
bonis. testimónium habens, si fílios educávit, si hospítio recépit, si
sanctórum pedes lavit, si tribulatiónem patiéntibus subministrávit, si omne
opus bonum subsecúta est.
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Lectura
de la Carta del Apóstol san Pablo a Timoteo.
Carísimo:
Honra a las viudas que en verdad lo sean. Si una viuda tiene hijos o nietos,
enséñeles primero a ser piadosos con su propia familia y a correspondes a sus
padres, porque esto es lo que agrada a Dios. La viuda verdadera, la que ha
quedado cola, pone su esperanza en Dios y pasa día y noche en la plegaria y
en la oración. En cambio, la que se da a los placeres, aunque viva, está
muerta. Hazles estas recomendaciones para que sean irreprensibles. El que no
mira por los suyos, mayormente por los de su casa, ha negado la fe; es peor que
un infiel. Para ser inscrita en la lista de las viudas, una mujer ha de tener
al menos sesenta años ni ha de haber sido casada más de una vez; sus buenas obras
den testimonio de ella; que haya educado hijos, ejercido la hospitalidad,
lavado los pies de los santos, socorrido a los afligidos, practicado el bien
en todas sus formas.
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ALELUYA
PASCUAL. Salmo 44, 5
En
Pascua, omitido el gradual, se dice:
Allelúja,
allelúja. V/. Spécie tua, et pulchritúdine tua inténde,
próspere procéde, et regna. Allelúja. V/. Propter veritátem, et mansuetúdinem, et
justítiam: et dedúcet te mirabíliter déxtera tua. Allelúja.
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Aleluya,
aleluya. V/. Con tu gracia y tu hermosura camina, sé feliz y
reina. Aleluya. V/. Por la justicia y
la verdad, que tu diestra se distinga por sus brillantes acciones. Aleluya.
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EVANGELIO
Lucas 7, 11-16
Sequéntia
sancti Evangélii secúndum Lucam.
In
illo témpore: Ibat Jesus in civitátem quæ vocátur Naim: et ibant cum eo
discípuli ejus, et turba copiósa. Cum autem appropinquáret portæ civitátis,
ecce defúnctus efferebátur, fílius únicus matris suæ: et hæc vídua erat: et
turba civitátis multa cum illa. Quam cum vidíssit Dóminus, misericórdia motus
super eam, dixit illi: «noli flere.» Et accéssit, et tetígit lóculum (hi
autem qui portábant stetérunt). Et ait: «Adoléscens, tibi dico, surge.» Et
resédit qui erat mórtuus, et cœpit loqui. Et dedit illum matri suæ. Accépit
autem omnes timor: et magnificábant Deum, dicéntes: Quia Prophéta magnus
surréxit in nobis: et quis Deus visitávit plebem suam.
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Lectura
del Santo Evangelio según san Lucas.
En
aquel tiempo: Iba Jesús a una ciudad llamada Naím, y le acompañaban sus discípulos
y una gran muchedumbre. Al acercarse a la puerta de la ciudad, he aquí que
sacaban a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; e iba con ella
gran acompañamiento de gente de la ciudad. Viéndola el Señor, movido de
compasión por ella, le dijo: No llores, y se acercó y tocó el féretro. Los
que lo llevaban se detuvieron. Dijo entonces: Joven, a ti te digo, levántate,
y se sentó el muerto, y comenzó a hablar, y le entregó a su madre. Sobrecogió
a todos gran pavor, y glorificaban a Dios diciendo: ¡Un gran profeta ha surgido
entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo!
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OFERTORIO
Salmo 44, 3
Diffúsa est
grátia in lábiis tuis : proptérea benedíxit te Deus in ætérnum, et in sǽculum
sǽculi. Allelúja.
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Se
ha derramado la gracia en tus labios; por eso te ha bendecido Dios para
siempre y por los siglos de los siglos. Aleluya.
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SECRETA
Accépta
tibi sit, Dómine, sacrátæ plebis oblátio pro tuórum honóre Sanctórum: quorum
se méritis, de tribulatióne percepísse cognóscit auxílium. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,
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TE
sea, Señor, acepta la ofrenda que para honrar a tus santos te hace el pueblo
fiel, a sabiendas de que debe a sus méritos el auxilio recibido en las
pruebas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios
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PREFACIO
PASCUAL
Vere dignum et justum est, aequum et salutare: Te
quidem, Domine, omni tempore, sed in in hoc potissimum gloriosius praedicare,
cum Pascha nostrum immolatus es Christus. Ipse enim verus es Agnus, qui
abstulit peccata mundi. Qui mortem nostram moriendo destruxit, et vitam
resurgendo reparavit. Et ideo cum Angelis et Archangelis, cum Thronis et
Dominationibus, cumque omni militia caelestis exercitus, hymnum gloriae tuae
canimus, sine fine dicentes:
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Verdaderamente es digno y justo, debido y saludable,
que en todo tiempo, Señor, te alabemos; pero principalmente con mayor
magnificencia en éste tiempo, en que Jesucristo inmolado es, nuestra Pascua.
Porque Él es el verdadero Cordero que quita los pecados del mundo. El cual
muriendo, destruyó nuestra muer te, y resucitando, reparó nuestra vida. Por
esto, con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y Dominaciones, y con toda
la milicia del ejército celestial, can tamos un himno a tu gloria, diciendo sin
cesar:
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COMUNIÓN
Salmo 44.8
Diléxisti
justítiam, et odísti iniquitátem: proptérea unxit te Deus, Deus tuus, óleo
lætítiæ præ consórtibus tuis. Allelúja.
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Has
amado la justicia y odiado la iniquidad; por eso el Señor, tu Dios, te ha
ungido con el óleo de la alegría, con preferencia a tus compañeras. Aleluya.
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POSCOMUNIÓN
Satiásti,
Dómine, famíliam tuam munéribus sacris: ejus, quǽsumus, semper interventióne
nos réfove, cujus solémnia celebrámus. Per Dóminum. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit
et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
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Señor,
que has saciado a tu familia, te suplicamos renueves sin cesar nuestras
fuerzas, por la intercesión de aquélla cuya solemnidad celebramos. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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Folleto
PDF 3 – Santa Mónica