24
de abril
San Fidel de
Sigmaringa, mártir
III clase, rojo
Gloria y prefacio pascual
Gloria y prefacio pascual
Nació en Alemania en 1577, en un hogar
católico y noble. Fue un excelente abogado que defendió a los pobres. A los 35
años, dejó su profesión y se entregó a Dios entrando en la Orden de los
Hermanos Menores Capuchinos. Fue un excelente predicador y un verdadero pastor
para los más desfavorecidos. Llevó una vida observante de vigilias y oraciones.
Fue enviado a predicar a la región suiza de Seewis. Un día, un grupo de
protestantes le invitaron a que les predicara y, en medio de su predicación, la
emprendieron a balazos con él. Logró escapar, pero fue alcanzado a las afueras
del pueblo y le instaron a que se hiciera protestante. Se negó a ello y fue
muerto a palos y con espadas. Sus últimas palabras fueron de perdón para sus
asesinos. Murió el 24 de abril de 1622, a los 45 años. En 1729 fue beatificado
por Benedicto XIII y Benedicto XIV lo canonizó en 1748. Es patrón de los
abogados.
INTROITO
Salmo 63, 3.2
Protexisti
me, Deus, a convéntu malignántium, allelúja: a multitúdine operántium
iniquitátem, allelúja, allelúja. V/.
Exáudi, Deus, oratiónem meam cum déprecor: a timóre inimíci éripe
ánimam meam. V/. Glória Patri et Filio et
Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula
saeculorum. Amén
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Me
has librado, Señor, de la conspiración de los malvados, aleluya; de las
maquinaciones de los que obran el mal, aleluya, aleluya. V/. Escucha, Dios mío, mi oración cuando a ti
clamo; libra mi alma
del
temor al enemigo. V/.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el
principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
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COLECTA
Deus,
qui beátum Fidelem, seráphico spíritus ardore succénsum, in veræ fídei
propagatióne martýrii palma et gloriósis miráculis decoráre dignátus es:
ejus, quǽsumus, méritis
et intercessióne, ita nos per grátiam
tuam in fide et caritáte confírma;
ut in serívtio tuo fidéles usque ad mortem inveníri mereámur. Per Dominum
Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus
Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
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Oh
Dios, que habiendo abrasado al glorioso san Fidel con el ardor de los
serafines para que propagase la verdadera fe, te dignaste condecorarle con la
palma del martirio y el esplendor de los milagros, os rogamos que, por sus merecimientos
e intercesión, de tal suerte nos confirmes por tu gracia en la fe y la
caridad, que merezcamos perseverar siempre fieles en tu servicio hasta la
muerte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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EPÍSTOLA
Sabiduría 5, 1-5
Léctio
libri Sapiéntiæ.
Stabunt
justi in magna constántia advérsus eos, qui se angustiavérunt, et qui
abstulérunt labóres eórum. Vidéntes turbabúntur timóre horríbili, et
mirabúntur in subitatióne, insperátæ salútis, dicéntes intra se, pœniténtiam
agéntes, et præ angústia spíritus geméntes: Hi sunt, quos habúimus aliquándo
in derísum, et in similitúdinem impropérii. Nos insensáti vitam illórum
æstimabámus insániam, et finem illórum sine honóre: ecce quómodo computáti
sunt inter fílios Dei, et inter sanctos sors illórum est.
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Lectura
del libro de la Sabiduría.
Estarán
entonces los justos en pie con gran confianza en presencia de los que les
afligieron y despreciaron sus trabajos. Al verles, quedarán estremecidos de
terrible espanto, estupefactos por lo inesperado de su salvación. Se dirán
mudando de parecer, gimiendo en la angustia de su espíritu: «Estos son aquellos
a quienes hicimos entonces objeto de nuestras burlas, a quienes dirigíamos,
insensatos, nuestros insultos. Locura nos pareció su vida y su muerte, una ignominia.
Han sido contado entre los hijos de
Dios y tienen su herencia entre los santos.
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ALELUYA
PASCUAL. Salmo 88, 6. 20, 4.
En
Pascua, omitido el gradual, se dice:
Allelúja,
allelúja. V/. Confitebúntur cœli mirabília tua, Dómine:
étenim veritátem tuam in ecclésia sanctórum. Allelúja. V/. Posuísti, Dómine, super caput ejus corónam
de lápide pretióso. Allelúja.
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Aleluya,
aleluya. V/. Los cielos, Señor,
celebran tus maravillas y tu verdad la asamblea de los santos. Aleluya. V/. Has puesto, Señor, sobre su cabeza una
corona
de
piedras preciosas. Aleluya.
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EVANGELIO
Juan 15, 1-7
Sequéntia
sancti Evangélii secúndum Joánnem.
In illo
tempore: Dixit Jesus discípulis suis: «Ego sum vitis vera: et Pater meus
agrícola est. Omnem pálmitem in me non feréntem fructum, tollet eum: et
omnem, qui fert fructum, purgábit eum, ut fructum plus áfferat. Jam vos
mundi estis propter sermónem, quem locútus sum vobis. Manéte in me: et ego in vobis. Sicut palmes non
potest ferre fructum a semetipso, nisi mánserit in vite: sic nec vos, nisi in
me manséritis. Ego sum vitis, vos pálmites: qui manet in me, et ego in eo,
hic fert fructum multum: quia sine me nihil potéstis fácere. Si quis in me
non mánserit, mittétur foras sicut palmes, et aréscet, et cólligent eum, et
in ignem mittent, et ardet. Si manséritis in me, et verba mea in vobis
mánserint: quodcúmque voluéritis, petétis, et fiet vobis.»
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Lectura
del Santo Evangelio según san Juan.
En
aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Yo soy la vid verdadera, y mi
Padre es el labrador. Todo sarmiento que en mí no lleve fruto, lo corta; y
todo el que da fruto, lo poda para que dé fruto más copioso. Ya vosotros
estáis limpios, gracias a la palabra que os he anunciado. Permaneced en mí,
como yo en vosotros. Como el sarmiento no puede de suyo producir fruto no
estando adherido a la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo
soy la vid, vosotros los sarmientos; quien permanece en mí y yo en él, ése da
mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer. El que no permanece en mí, es
echado fuera como sarmiento y se seca, y lo cogen y lo arrojan al fuego, y
arde. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis
lo que queráis y lo conseguiréis.
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OFERTORIO
Salmo 88, 6
Confitebúntur
cœli mirabília tua, Dómine, et veritátem tuam in ecclésia sanctórum,
allelúja, allelúja.
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Los
cielos, Señor, celebran tus maravillas y tu lealtad la asamblea de los
santos, aleluya, aleluya.
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SECRETA
Munéribus
nostris, quǽsumus, Dómine,
precibúsque suscéptis:
et cœléstibus nos
munda mystériis, et cleménter exáudi. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula
saeculorum. Amen.
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Recibidas,
oh Señor, nuestras ofrendas y plegarias, concédenos la pureza de corazón por los
misterios celestiales y escúchanos clemente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos. Amén.
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PREFACIO
PASCUAL
Vere
dignum et justum est, aequum et salutare: Te quidem, Domine, omni tempore,
sed in in hoc potissimum gloriosius praedicare, cum Pascha nostrum immolatus
es Christus. Ipse enim verus es Agnus, qui abstulit peccata mundi. Qui mortem
nostram moriendo destruxit, et vitam resurgendo reparavit. Et ideo cum
Angelis et Archangelis, cum Thronis et Dominationibus, cumque omni militia
caelestis exercitus, hymnum gloriae tuae canimus, sine fine dicentes:
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Verdaderamente
es digno y justo, debido y saludable, que en todo tiempo, Señor, te alabemos;
pero principalmente con mayor magnificencia en éste tiempo, en que Jesucristo
inmolado es, nuestra Pascua. Porque Él es el verdadero Cordero que quita los
pecados del mundo. El cual muriendo, destruyó nuestra muer te, y resucitando,
reparó nuestra vida. Por esto, con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y
Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, can tamos un
himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
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COMUNIÓN
Salmo 63, 11
Lætábitur
justus in Dómino, et sperábit in eo: et laudabúntur omnes recti corde,
allelúja, allelúja.
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El
justo pondrá su gozo y su confianza en el Señor; se alegrarán todos los
rectos de corazón, aleluya, aleluya.
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POSCOMUNIÓN
Da,
quǽsumus, Dómine,
Deus noster: ut, sicut tuórum
commemoratióne Sanctórum
temporáli gratulámur officio; ita perpétuo
lætémur aspéctu. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula
saeculorum. Amen.
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Te
pedimos, Señor Dios nuestro: que así como nos alegramos en la tierra conmemorando
el nacimiento de vuestros santos, así también nos regocijemos con él en el
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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Folleto
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