13 de enero
CONMEMORACIÓN DEL
BAUTISMO DEL SEÑOR
II clase, blanco
Gloria, Credo, prefacio de Epifanía
La textos de la misa son los mismos que
los del día de la Epifanía, exceptuando las oraciones y el Evangelio que son lo
único que se conserva del antiguo oficio que celebraba en este día el Bautismo
de Jesús y la gloriosa manifestación que el Padre celestial hizo de su
divinidad. El mundo entero esperaba al Mesías, y ahora “que ha venido este
soberano Señor que tiene en su mano el reino, el poder y el imperio sobre todos
los corazones (Int.), es tiempo que aparezca Juan, el hombre enviado por Dios
(Ultm. Ev.) y que manifieste a Jesús a Israel (Ev.) La Santidad del Precursor
es reconocida por todos los judíos y gentiles que acuden en tropel (Ep) a
recibir su bautismo de penitencia. Tiene sobre ellos todo el ascendiente
requerido para cumplir su misión, que consiste en presentar oficialmente el
Esposo a la Esposa, o sea, a Jesucristo a las almas.
Nos dice el Evangelio que Juan vió al
Espíritu Santo reposar sobre Jesús y que entonces dio testimonio de que Aquel
era el Hijo de Dios que se ha manifestado en la tierra revestido de nuestra
carne. (Or)
Las aguas están ya santificadas por su
contacto con el Hijo de Dios. El bautismo será efectivamente el que someterá a
Jesús todas las naciones. (Of)
TEXTOS DE LA MISA
Introito.- Mal. 3.1; 1 Par. 29.12. Ya viene el Señor,
el Dominador, y en su mano están el reino, y la potestad, y el imperio. Salmo.- 71.1. ¡Oh Dios!, da al
Rey tu juicio, y al Hijo del Rey tu justicia. Gloria al Padre.
Colecta.- Oh Dios, cuyo Unigénito
se manifestó revestido de nuestra carne: haz que merezcamos ser renovados en
nuestro interior por Aquel que como conocimos exteriormente semejante a
nosotros. Él, que vive y reina contigo...
Epístola.- Is. 60.1-6. El profeta se dirige a Jerusalén. La imagen
está tomada del espectáculo que ofrece todas las mañanas la ciudad santa:
iluminada por los resplandores del sol, parece convertida en un horno
centelleante de luz. Jerusalén, figura de la Iglesia, será la «luz de las
naciones»; de todas partes vendrán a ella los reyes y los pueblos, atraídos por
los destellos de su gloria y trayendo las riquezas del mundo. Levántate, Jerusalén,
resplandece!, que ya se alza tu luz y se levanta sobre ti la gloria del Señor.
Las tinieblas cubren la tierra y los pueblos están en tinieblas, mientras viene
a ti el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Las naciones caminan hacia tu
luz y los reyes hacia la claridad de tu aurora. Levanta los ojos y mira en tomo
de ti: todos se reúnen y vienen a ti; de lejos llegan tus hijos y tus hijas son
traídas en brazos. A esta vista, resplandecerás, tu corazón palpitará y se
dilatará; porque hacia ti afluirán los tesoros del mar y las riquezas de los
pueblos llegarán a ti. Una oleada de camellos de dromedarios de Madián y de Efá
te inundarán; de Sabá vendrán todos trayendo oro e incienso y cantando
los loores del Señor.
Gradual.- De Sabá vendrán todos trayendo
oro e incienso y cantando los loores del Señor. ¡Levántate, Jerusalén,
resplandece!, porque se levanta sobre ti la gloria del Señor.
Aleluya.- Aleluya, aleluya.
Vimos su estrella en el oriente, y venimos con presentes a adorar al Señor.
Aleluya.
Evangelio. Jn 1, 29-34.- Al día siguiente vio
Juan a Jesús que venía a encontrarle, y dijo: He aquí el cordero de Dios, ved
aquí el que quita los pecados del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Detrás
de mí viene un varón, el cual ha sido preferido a mí; por cuanto era antes que
yo. Yo no le conocía; pero yo he venido
a bautizar con agua; para que él sea reconocido por Mesías en Israel. Y dio entonces Juan este testimonio de Jesús,
diciendo: Yo he visto al Espíritu Santo descender del cielo en forma de paloma,
y reposar sobre él. Yo antes no le
conocía, mas el que me envió a bautizar con agua, me dijo: Aquel sobre quien
vieres que baja el Espíritu Santo, y reposa sobre él, ése es el que bautiza con
el Espíritu Santo. Yo le he visto; y por
eso doy testimonio de que él es el Hijo de Dios.
Se dice Credo.
Ofertorio. Salmo 71. 10-11- Los reyes de
Tarsis y de las islas le pagarán el tributo; los reyes de Arabia y de Sabá le
traerán presentes. Le adorarán todos los reyes de tierra, todos los pueblos
servirán.
Secreta.- Señor, te ofrecemos estos dones el día en
que tu Hijo se manifestó hecho hombre, y te pedimos fervorosamente que lo
recibas con agrado, pues es él el autor de nuestro dones, Jesucristo nuestro
Señor, que contigo vive y reina...
Prefacio de Epifanía.- En verdad es digno y
justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor,
santo Padre, omnipotente y eterno Dios, pues tu unigénito Hijo, apareciendo en
la condición de nuestra mortalidad, nos ha regenerado con la nueva luz de su
inmortalidad; y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las
Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos un himno a
tu gloria, diciendo sin cesar:
Comunión.- Hemos visto su estrella
en el Oriente, y venimos con presentes a adorar al Señor.
Poscomunión.- TE rogamos, Señor, nos prevengas siempre y en todas partas con tu luz
celestial, para que contemplemos con más pureza y recibamos con más amor este
misterios eucarístico del que nos invitas a tomar parte. Por nuestro Señor.
TEXTOS DE LA MISA EN LATÍN
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Epiphany of the Lord - Epistle
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TEXTOS EN LATÍN
Die 13 Januarii
In Octava Epiphania Dómini
Introitus: Mal. iii: 1; 1 Par. xxiix: 12
Ecce advénit dominátor Dóminus: et regnum in manu ejus, et potéstas, et impérium. [Ps. lxxi: 1] Deus, judícium tuum Regi da: et justítiam tuam Fílio regis. V. Glória Patri. Ecce advénit.
Oratio:
Deus, cujus Unigénitus in substántia nostræ carnis appáruit: præsta, quǽsumus; ut per eum, quem símilem nobis foris agnóvimus, intus reformári mereámur: Qui tecum
Isai. llx: 1-6
Léctio Isaíæ Prophétæ.
Surge, illumináre, Jerúsalem: quia venit lumen tuum, et glória Dómini super te orta est. Quia ecce tenébræ opérient terram, et calígo pópulos: super te autem oriétur Dóminius, et glória ejus in te vidébitur. Et ambulábunt gentes in lúmine tuo, et reges in splendóre ortus tui. Leva in circúitui óculos tuos, et vide: omnes isti congregáti sunt, venérunt tibi: fílii tui de longe vénient, et fíliæ tuæ de látere surgent. Tunc vidébis, et áfflues, mirábitur et dilatábitur cor tuum, quando convérsa fúerit ad te multitúdo maris, fortitúdo géntium venerit tibi. Inundátio camelórum opériet te, dromedárii Mádian et Epha: omnes de Saba vénient, aurum et thus deferéntes, et laudem Dómino annuntiántes.
Graduale Ibid: 6 et 1
Omnes de Saba vénient, aurum et thus deferéntes, et laudem Dómino annuntiántes. V. Surge, et illumináre, Jerúsalem: quia glória Dómini super te orta est.
Allelúja, allelúja. [Matth. ii: 2] Vídimus stellam ejus in Oriénte, et vénimus cum munéribus adoráre Dóminium. Allelúja.
Joannn. i: 29-34
+ Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem.
In illo témpore: Vidit Joánnes Jesum veniéntem ad se, et ait: «Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit peccátum mundi. Hic est, de quo dixi: Post me venit vir, qui ante me factus est: quia prior me erat. Et ego nesciébam eum, sed ut manifestétur in Israël, proptérea veni ego in aqua baptízans.» Et testimónium perhíbuit Joánnes, dicens: «Quia vidi Spíritum descendéntem quasi colúmbam de cælo, et mansit super eum. Et ego nesciébam eum; sed qui misit me baptizare in aqua ille mihi dixit: “Super quem víderis Spíritum descendéntem, et manéntem super eum, hic est, qui baptizat in Spíritu Sancto.” Et ego vidi: et testimónium perhíbuit quia hic est Fílius Dei.»
Credo.
Offertorium: Ps. lxxi: 10-11.
Reges Tharsis et ínsulæ múnera ófferent: reges Arabum et Saba dona addúcent: et adorábunt eum omnes reges terræ; omnes gentes sérvient ei.
Secreta:
Hóstias tibi, Dómine, pro nati Fílii tui apparitióne deférimus, supplíciter exorántes: ut, sicut ipse nostrórum auctor est múnerum, ita sit ipse miséricors et suscéptor, Jesus Christus Dóminus noster: Qui tecum.
¡
Communio: Matth. 2: 2
Vídimus stellam ejus in Oriénte, et vénimus cum munéribus adoráre Dóminium.
Postcommunio:
Cælésti lúmine, quǽsumus, Dómine, semper et ubíque nos prǽveni: ut mystérium, cujus nos partícipes esse voluísti, et puro cernámus intúitu, et digno percipiámus afféctu. Per Dóminum.
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REFLEXIÓN
La Iglesia
celebra hoy la Conmemoración del Bautismo del Señor a los ocho día de la
Epifanía.
La fiesta
del Bautismo del Señor tiene su origen en el siglo II por el grupo de los
ebionitas -grupo judeo cristiano heterodoxo- que seguía ligado a las
tradiciones judías. Su cristología era "baja", es decir, afirmaban
que Jesús era el Mesías ("Cristo"), pero rechazaban su preexistencia,
que tuviera naturaleza divina y también negaban su nacimiento virginal. Que
Cristo se bautizase indicaba que era un pecador más. Por otro lado, otros
grupos heterodoxos adopcionistas afirmaban que el hombre Jesús habría sido
adoptado (poseído) por el Logos en el momento del Bautimo.
La Iglesia
unió esta fiesta del Bautismo del Señor con la Epifanía y también con las Bodas
de Caná -como expresa la antífona del Magnificat del día 6 de enero y otros
elementos como el Himno y los responsorios...
"Veneramos este día santo, honrado con tres prodigios: hoy la estrella
condujo a los magos al pesebre; hoy el agua se convirtió en vino en las bodas
de Caná; hoy Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán, para salvarnos.
Aleluya."
¿Cuál puede
ser la razón de que estos tres momentos diferentes de la vida de Cristo se
celebren en un solo día?
La razón
puede ser la defensa de la divinidad de Cristo. El Niño nacido de la Virgen en
Belén es adorado por los Magos de Oriente que le reconocen Dios (incienso), Rey
(oro) y Redentor (mirra). Este mismo niño es el que treinta años más tarde, se
introduce en el Jordán para recibir el Bautimo y Dios y su profeta dan
testimonio de él:
Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque
existía antes que yo. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua
para que él sea manifestado a Israel.» Y Juan dio testimonio diciendo: «He
visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. Y
yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: "Aquel
sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que
bautiza con Espíritu Santo." Y yo le he visto y doy testimonio de que éste
es el Elegido de Dios.»
Ese Niño nacido de la Virgen, adorado por los magos, bautizado en el Jordán es
el mismo que en las Bodas de Caná realiza el primer signo-milagro como muestra
de su divinidad y de su misión redentora.
Reconozcamos
a Cristo como nuestro Dios, Rey y Redentor y pidámosle que "merezcamos
ser reformados interiormente por Aquel que en el exterior conocimos ser
semajante a nosotoros" -como pide la oración colecta de este
día.