21 DE JUNIO
NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO
En la iglesia de San Mateo, sobre el Esquilino, en
Roma, se venera bajo esta gloriosa advocación una imagen milagrosa de la Virgen
María conocida desde el s. XII, y que, después de haber sido durante seis
siglos objeto de un culto popular, se perdió en el curso de las vicisitudes por
las que pasó la ciudad santa durante la primera mitad del s. XIX. El cuadro fue
encontrado de una manera providencial en 1866, y el Papa Pío IX, gran devoto de
María, restableció su culto secular con una fiesta litúrgica.
Atemorizado por la visión de dos ángeles que le
muestran los instrumentos de la Pasión, el Niño Jesús ha corrido hacia su
Madre, perdiendo casi una de sus pequeñas sandalias en su precipitada huida.
María lo sostiene en sus brazos de manera protectora y amorosa. Pero, si
prestas atención a sus ojos, su mirada esta fija no en Jesús sino en nosotros.
¿No es este detalle un toque de genialidad? ¿Qué mejor manera de expresar el
interés de Nuestra Señora en nuestras vidas y crecimiento espiritual?
Las pequeñas manos de Jesús también están sujetas a
las de María como una forma de recordarnos a nosotros que, así como en la
tierra él se puso enteramente en su manos buscando protección, así ahora en el
cielo él nos confía a cada uno de nosotros en sus tiernos y amorosos cuidados.
TEXTOS DE LA SANTA MISA
INTROITO
Gaudeámus
omnes in Dómino diem festum celebrántes sub honóre beátæ Maríæ Vírginis: de
cujus solemnitáte gaudent Angeli, et colláudant Fílium Dei. V/. Sal 44, 2.- Eructávit cor meum verbum bonum: dico
ego ópera mea Regi. V/. Glória Patri.
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Alegrémonos
todos en el Señor, celebrando la festividad de la Santísima Virgen María, de
cuya solemnidad se gozan los ángeles y alaban a coro al Hijo de Dios. V/. Rebosa en mi corazón un bello discurso, es a un
Rey a quien digo mi poema. V/. Gloria.
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COLECTA
Dómine Jesu Christe, qui
Genitrícem tuam Maríam, cujus insígnem venerámur imáginem, Matrem nobis
dedísti perpétuo succúrrere parátam: concéde quǽsumus; ut nos matérnam ejus
opem assídue implorántes, redemptiónis tuæ fructum perpétuo experíri
mereámur: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti, Deus,
per ómnia sæcula sæculórum. Amen.
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Señor
Jesucristo que nos has dado como madre dispuesta siempre a socorrernos, a tu
Madre María, cuya insigne imagen veneramos; concédenos, te suplicamos, que,
implorando asiduamente su maternal ayuda, merezcamos experimentar por siempre
el fruto de tu redención. TÚ, que vives y reinas con Dios Padre en la unidad
del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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EPISTOLA Ecli 24, 23-31
Léctio
Libri Sapiéntiæ.
Ego quasi
vitis fructificávi suavitátem odóris: et flores mei, fructus honóris et
honestátis. Ego mater pulchræ dilectiónis, et timóris, et agnitiónis, et
sanctæ spei. In me grátia omnis viæ et veritátis: in me
omnes spes vitæ et virtútis. Transíte ad me omnes qui concupíscitis me, et a generatiónibus meis
implémini. Spíritus enim meus super mel dulcis, et heréditas mea super mel et
favum. Memória mea in generatiónes sæculórum. Qui edunt me, adhuc esúrient: et
qui bibunt me, adhuc sítient. Qui audit me, non confundétur: et qui operántur
in me, non peccábunt. Qui
elúcidant me, vitam ætérnam habébunt.
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Lectura
del libro del Eclesiástico.
He dado,
como la vid, graciosos retoños y mis flores han dado frutos de gloria y de
riqueza. Yo soy la madre del amor puro, del temor, de la ciencia, y de la
santa esperanza. En mí se halla toda la gracia de la doctrina y de la verdad,
toda la esperanza de la vida y de la virtud. Venid a mí los que me deseáis y
hartaos de mis frutos, porque pensar en mí es más dulce que la miel y
poseerme, más que el panal de miel. Mi memoria vivirá de generación en
generación. Los que me coman tendrán
aún hambre, y quienes me beban tendrán aún sed. El que me escucha no sufrirá
decepción y los que obran por mí, no pecarán. Los que me dan a conocer,
tendrán la vida eterna.
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GRADUALE Cant 6, 3.9. Jdt 13, 22
Tota
formósa et suávis es, fília Sion, pulchra ut luna, elécta ut sol, terríblis
ut castrórum ácies ordináta. V/. Benedíxit te Dóminus in virtúte sua, quia
per te ad níhilum redégit inimícos nostros.
Alleluia, alleluia. V/.
.- Ave María, grátia plena: Dóminus tecum: benedícta
tu in muliéribus. Alleluia..
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Hermosa
eres y encantadora, hija de Sión, hermosa como la luna, brillante como el
sol, terrible como un ejército en orden de batalla. V/.
El Señor te ha bendecido en su potencia,
pues por tu medio ha aniquilado a nuestros enemigos.
Aleluya. Aleluya. V/. Dios te
salve María, llena de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú entre la
mujeres. Aleluya.
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EVANGELIO Jn 19, 25-27
Sequéntia
sancti Evangélii secúndum Joánnem.
In illo
témpore: Stabant juxta crucem Jesu mater ejus, et soror matris ejus María
Cléophæ, et María Magdaléne. Cum vidísset ergo Jesus matrem, et discípulum
stantem, quem diligébat, dicit matri suæ: "Múlier, ecce fílius
tuus." Deínde dicit discípulo: "Ecce mater tua." Et ex ílla
hora accépit eam discípulus in sua.
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Lectura del Santo
Evangelio según san Juan
En aquel tiempo; Estaban
junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María, mujer de
Cleofás, y María la Magdalena. Viendo, pues, Jesús, a su Madre, y junto a
ella al discípulo amado, dice a su madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Luego dice
al discípulo: He ahí a tu madre. Y desde aquella hora la recibió el discípulo en su casa.
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OFERTORIO Cfr. Jr 18, 20
Recordáre,
Virgo Mater Dei, dum stéteris in conspectu Dómini, ut loquáris pro nobis
bona, et ut avértat indignatiónem suam a nobis.
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Acuérdate
de nosotros, oh Virgen Madre de Dios, aboga en nuestro favor en la presencia
de Dios para que aparte de nosotros su indignación.
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SECRETA
Tua,
Dómine, propitiatióne, et beátæ Maríæ semper Vírginis intercessióne, ad
perpétuam atque præséntem hæc oblátio nobis profíciat prosperitátem et pacem.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum, qui tecum vívit et regnat in
unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sæcula sæculórum. Amen.
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Por su
bondad, Señor, y por la intercesión de la bienaventurada siempre Virgen y
Madre María, sírvanos esta ofrenda para conseguir la felicidad y la paz
presente y perdurable. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo
vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
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PREFACIO DE LA VIRGEN
MARÍA
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque
grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Et te in festivitate
beátæ Maríæ semper Vírginis collaudáre, benedícere, et predicáre. Quæ et
Unigénitum tuum Sancti Spíritus obumbratióne concépit: et virginitátis glória
permanénte lumen ætérnum mundo effúdit, Jesum Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt
Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne
concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur,
súpplici confessióne dicéntes:
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En verdad es digno y justo, equitativo y saludable que en todo tiempo y
lugar demos gracias, Señor Santo, Padre omnipotente, Dios eterno y alabarte y
bendecirte y glorificarte en la festividad de la bienaventurada siempre Virgen
María que concibió a tu Unigénito Hijo por obra del Espíritu Santo y
permaneciendo intacta la gloria de su virginidad dio al mundo la luz eterna,
Jesucristo Nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu majestad, las
dominaciones la adoran, tiemblan las potestades, los cielos y las virtudes de
los cielos, y los bienaventurados serafines la celebran con igual júbilo. Te
rogamos que con sus alabanzas recibas también las nuestras cuando te decimos
con humilde confesión.
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ANTÍFONA DE
COMUNIÓN
Regína mundi digníssima, María Virgo perpétua, intercéde pro nostra pace
et salúte, quæ genuísti Christum Dóminum Salvatórem ómnium.
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Dignísima Reina del mundo
y siempre Virgen María, consíguenos la paz y la salud, tú que has dado a luz
a Jesucristo, Señor nuestro, Salvador de todos
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ORACIÓN POSTCOMUNIÓN
Audjuvit nos quæsumus, Dómine, immaculátæ Genetrícis tuæ, sempérque Vírginis Mariæ, intercéssio veneránda: ut, quos perpétuis cumulávit benefíciis, a cunctis perículis absolútos, sua fáciat pietáte concórdes. Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sæcula sæculórum. Amen.
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Te pedimos. oh Señor, la ayuda de la santa intercesión de tu inmaculada Madre y siempre Virgen María, para que, libres de todo peligro, vivan en piadosa unión los que tan colmados se han visto siempre de sus beneficios. Tú, que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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