IV DOMINGO DE CUARESMA -DOMINGO LAETARE-
Dominica Quarta in Quadragesima
Statio ad S. Crucem in Jerusalem
Estación en la Santa Cruz de Jerusalén
I clase, rosa o morado
Sin Gloria. Tracto. Credo. Prefacio de Cuaresma
NORMAS GENERALES DE LA CUARESMA
Nos propone hoy la Iglesia en sus Oficios nocturnos una nueva figura del Salvador, el gran adalid y libertador del pueblo de Israel vejado y cautivo de los egipcios. Su historia viene a resumirse en estas dos ideas: Moisés libertó a pueblo de Dios y le hizo atravesar el Mar Rojo. Luego le alimentó en el desierto con el maná, anunciándole al propio tiempo que había de enviar Dios al Profeta, o sea, al Mesías (Evangelio). Además, Dios entregó a Moisés su santa Ley en las cimas del Sinaí, y le condujo hasta la Tierra de Promisión, tierra que fluía leche y miel. En medio de ella habrá de erguirse más tarde la ciudad de Jerusalén, con su templo hecho según la traza del Tabernáculo del desierto. A ella subirán las tribus de Israel para cantar las maravillas que con su pueblo ha obrado Dios (Introito, Gradual, Comunión). La misa de hoy nos muestra precisamente el cumplimiento de estas antiguas figuras. El verdadero Libertador es Jesucristo, pues, cual otro Moisés, nos libertó a todos del cautiverio del pecado. Las aguas del Mar Rojo son las aguas salvadoras del santo Bautismo. El maná llovido del cielo es la Eucaristía tan prodigiosamente multiplicada; y mediante la gracia sobreabundante que nos confieren estos dos Sacramentos, podemos llegar hasta el templo de Dios, que es la Iglesia, que es sobre todo la celestial Jerusalén, en donde sin cesar se canta el Cántico de Moisés y del Cordero. Parece, pues, muy natural que la estación se celebre en Santa Cruz de Jerusalén y por eso el Introito, la Comunión y el Tracto hablan de Jerusalén, comparada por San Pablo en la Epístola con el Monte Sinaí.
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En este día bendice el Papa la llamada Rosa de Oro, que simboliza el jardín ameno y aromático de la celestial Jerusalén, del Paraíso de delicias. De ahí los ornamentos de color rosa que hoy se emplean, como también en el Domingo 3º de Adviento. Se oyen en este día los acordes melodiosos del órgano, mudo los Domingos anteriores, y el altar se ve engalanado con flores. Así como el Domingo "Gaudete" (Regocijaos) viene en Adviento, animándonos a proseguir con generosidad en nuestra laboriosa preparación a las fiestas de Navidad, así también el Domingo "Laetare" (Alegraos) señala como un descanso en la carrera cuaresmal. La Iglesia quiere que brille en nuestras almas un rayo de alegría, que parte de la iglesia del Calvario esperanza nuestra, para animarnos a perseverar en la lucha contra el demonio, la carne y el mundo, hasta tanto que llegue la santa Pascua. El Evangelio nos habla de la multiplicación de los panes y de los peces, símbolos entrambos de la Eucaristía que recibiremos al celebrar nuestra Pascua. La Epístola, a su vez, nos habla de nuestra liberación por medio del Bautismo (que los Catecúmenos recibían por Pascua), o bien por el sacramento de la Penitencia, el cual nos permite recobrar la libertad cristiana. Los dos hijos de Abrahán significan entrambos Testamentos (Epístola): Ismael, hijo de Agar, es imagen de los Judíos esclavos de la Ley mosaica; Isaac, hijo de Sara, figura a los Gentiles, hechos por su fe herederos de las promesas mesiánicas. Pidamos al Señor que, en medio de las pruebas que tuviere a bien enviamos, o de las penitencias que nosotros mismos nos impusiéremos por nuestros pecados, nos sostenga siempre con sus divinos consuelos (Oración).
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Esta Domínica, conocida con el nombre de Laetare por ser ésta la primera palabra con que empieza el Introito de la Misa, es una de las más célebres del año litúrgico. La Iglesia en este día suspende las saludables tristezas de la Cuaresma: los cantos del Misa no hacen más que invitarnos al gozo santo, a una saludable consolación; el órgano, mudo en los tres domingos precedentes, deja oír sus melodiosas armonías; el diácono vuelve a vestir la dalmática y el subdiácono la túnica, en prueba del gozo de que quiere la Iglesia estemos poseídos en este día. En todo esto guarda perfecta semejanza esta Domínica con la tercera de Adviento, llamada Gaudete.
El motivo que ha inducido a la Iglesia para convidar a una santa alegría, ha sido a fin de felicitar a sus hijos por el celo con que han recorrido la mitad de la Cuaresma, así como para animarles a continuar el tiempo que resta hasta el santo día de Pascua. Esta Domínica de Cuaresma ha sido también denominada Domínica de los cinco panes, por razón del Evangelio de la Misa que nos relata su multiplicación. Este prodigio, obrado por la infinita virtud de Jesús, de vez, según la mente de la Iglesia, recordarnos otro prodigio mucho más grande, debe prepararnos para celebrar la institución de la Eucaristía, al propio tiempo que disponernos a su recepción. Si uno de los fines de la Cuaresma consiste en preparar a los cristianos para que se acerquen dignamente al convite de la Eucaristía, muy justo era recordarle este augusto misterio en día tan señalado, muy debido era proponerles el milagro que Jesucristo obró el día antes de hablar en Cafarnaúm de su real presencia en el Sacramento de su amor. Tanta bondad de nuestro divino Maestro debe llenarnos de saludable alegría, del espiritual gozo que expresar la Liturgia en cada una de las partes de la santa Misa. Fijándonos en ellas, observamos que así el Introito como el Gradual, Tracto y Ofertorio cantan alegría de que deben inundarse nuestras almas; en la Epístola de San Pablo nos manifiesta la dignidad y excelencia de nuestra Madre, y, por ende, la de nosotros sus hijos; el Evangelista nos refiere la misericordiosa bondad y el milagroso poder con que Jesús alimentó a los que en el desierto le seguían fieles para oír sus palabras y que entusiasmados le iban a proclamar por su rey; y en las Oraciones la Iglesia pide, y nosotros con ella, que nos hagamos dignos de las consolaciones divinas y de participar debidamente preparados de los misterios de la Redención.
Los catecúmenos que querían terminar su preparación para recibir el santo Bautismo, llamados competentes, en esta cuarta Domínica de Cuaresma, según el testimonio de San Agustín en el sermón 213, eran inscritos en el registro o matrícula de la Iglesia, y en esta ocasión se les daba el nombre espiritual, sin quitárseles el nombre de su familia. Esta imposición se hacía, no como ahora en el día del bautismo, sino antes de recibirle.
INTROITO Isaías 66, 10.11. Salmo 121, 1
Lætáre, Jerúsalem: et convéntum fácite, omnes qui dilígitis eam: gaudéte cum lætítia, qui in tristítia fuístis: ut exsultétis, et satiémini ab ubéribus consolatiónis vestræ. V/. Lætátus sum in his, quæ dicta sunt mihi: in domum Dómini íbimus. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén |
Alégrate, Jerusalén, y regocijaos con ella todos los que la amáis; regocijaos con ella, gozosos, cuantos por ella hacéis duelo; para que os saciéis del pecho de sus consuelos. V/. Me alegré cuando se me dijo: Vamos a la casa del Señor. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. |
COLECTA
Concéde, quǽsumus, omnípotens Deus: ut qui ex mérito nostræ actiónis afflígimur, tuæ grátiæ consolatióne respirémus. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. |
Concedednos, ¡oh Dios omnipotente!, que quienes sufrimos lo merecido por nuestras acciones, respiremos con el consuelo de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
EPÍSTOLA Gálatas 4, 22-31. 5,1
Con lenguaje alegórico, en que Agar figura a la Sinagoga y Sara a la Iglesia, interpreta san Pablo un pasaje célebre del Génesis (16; 21.1-21), para mostrar que en el orden de la salvación todo reposa sobre el don de Dios, sobre «la promesa». De esta promesa son auténticos herederos los cristianos, pues han sustituido a los judíos.
Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Gálatas. Fratres: Scriptum est: Quóniam Abraham duos fílios hábuit: unum de ancílla, et unum de líbera. Sed qui de ancílla, secúndum carnem natus est: qui autem de líbera, per repromissiónem: quæ sunt per allegoríam dicta. Hæc enim sunt duo testaménta. Unum quidem in monte Sina, in servitútem génerans: quæ est Agar: Sina enim mons est in Arábia, qui conjúnctus est ei, quæ nunc est Jerúsalem, et servit cum fíliis suis. Illa autem, quæ sursum est Jerúsalem, líbera est, quæ est mater nostra. Scriptum est enim: Lætáre, stérilis, quæ non paris: erúmpe, et clama, quæ non párturis: quia multi fílii desértæ, magis quam ejus, quæ habet virum. Nos autem, fratres, secúndum Isaac promissiónis fílii sumus. Sed quómodo tunc is, qui secúndum carnem natus fúerat, persequebátur eum, qui secúndum spíritum: ita et nunc. Sed quid dicit Scriptúra? Ejice ancíllam et fílium ejus: non enim hæres erit fílius ancíllæ cum fílio líberæ. Itaque, fratres, non sumus ancíllæ fílii, sed líberæ: qua libertáte Christus nos liberávit. |
Lección de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas Hermanos: Está escrito que Abrahán tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la libre; pero el hijo de la esclava nació según la carne y el de la libre en virtud de una promesa. Estas cosas son una alegoría: aquellas representan dos alianzas. Una, la del monte Sinaí, engendra para la esclavitud, y es Agar; en efecto, Agar significa la montaña del Sinaí, que está en Arabia, pero corresponde a la Jerusalén actual, pues está sometida a esclavitud junto con sus hijos. En cambio, la Jerusalén de arriba es libre; y esa es nuestra madre. Pues está escrito: Alégrate, estéril, la que no dabas a luz, rompe a gritar de júbilo, la que no tenías dolores de parto, porque serán muchos los hijos de la abandonada; más que los de la que tiene marido. Pero vosotros, hermanos, sois, como Isaac, hijos de la promesa. Ahora bien, lo mismo que entonces el que había sido engendrado según la carne perseguía al que había sido engendrado según el Espíritu, así ocurre ahora. Pero ¿qué dice la Escritura? Expulsa a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. Así, pues, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. Para la libertad nos ha liberado Cristo. |
GRADUAL Salmo 121, 1.7
Lætátus sum in his, quæ dicta sunt mihi: in domum Dómini íbimus. V/. Fiat pax in virtúte tua: et abundántia in túrribus tuis. |
Me alegré cuando se dijo: Vamos a la casa del Señor. V/. Reine la paz en tu recinto y la abundancia en tus palacios. |
TRACTO Salmo 124, 1-2
Qui confídunt in Dómino, sicut mons Sion: non commovébitur in ætérnum, qui hábitat in Jerúsalem. V/. Montes in circúitu ejus: et Dóminus in circúitu pópuli sui, ex hoc nunc et usque in sæculum. |
Los que confían en el Señor son como el monte Sión; jamás se tambaleará el que habita en Jerusalén. V/. Jerusalén está rodeada de montañas; así rodea el Señor a su pueblo desde ahora y para siempre. |
EVANGELIO Juan 6, 1-15
La multiplicación de los panes es anuncio y símbolo de la Eucaristía, el sacramento pascual por excelencia prometido a los bautizados. «Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; quien coma de este pan vivirá eternamente. El pan que yo he de dar para salvación del mundo es mi carne.»-
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem. In illo témpore: Abiit Jesus trans mare Galilææ, quod est Tiberíadis: et sequebátur eum multitúdo magna, quia vidébant signa, quæ faciébat super his, qui infirmabántur. Súbiit ergo in montem Jesus: et ibi sedébat cum discípulis suis. Erat autem próximum Pascha dies festus Judæórum. Cum sublevásset ergo óculos Jesus, et vidísset quia multitúdo máxima venit ad eum, dixit ad Philíppum: «Unde emémus panes, ut mandúcent hi?» Hoc autem dicébat tentans eum: ipse enim sciébat quid esset factúrus. Respóndit ei Philíppus: «Ducentórum denariórum panes non suffíciunt eis, ut unusquísque módicum quid accípiat.» Dicit ei unus ex discípulis ejus, Andréas frater Simónis Petri: «Est puer unus hic, qui habet quinque panes hordeáceos, et duos pisces: sed hæc quid sunt inter tantos?» Dixit ergo Jesus: «Fácite hómines discúmbere.» Erat autem fœnum multum in loco. Discubuérunt ergo viri, número quasi quinque míllia. Accépit ergo Jesus panes: et cum grátias egísset, distríbuit discumbéntibus: simíliter et ex píscibus quantum volébant. Ut autem impléti sunt, dixit discípulis suis: «Collígite quæ superavérunt fragménta, ne péreant.» Collegérunt ergo, et implevérunt duódecim cóphinos fragmentórum ex quinque pánibus hordeáceis, quæ superfuérunt his, qui manducáverant. Illi ergo hómines cum vidíssent quod Jesus fécerat signum, dicébant: «Quia hic est vere Prophéta, qui ventúrus est in mundum.» Jesus ergo cum cognovísset, quia ventúri essent ut ráperent eum, et fácerent eum regem, fugit íterum in montem ipse solus. |
Continuación del Santo Evangelio según San Juan En aquel tiempo: Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
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Se dice Credo
OFERTORIO Salmo 134, 3,6
Laudáte Dóminum, quia benígnus est: psállite nómini ejus, quóniam suávis est: ómnia quæcúmque vóluit, fecit in cælo et in terra. |
Alabad al Señor porque es benigno; cantad himnos a su nombre, porque es amable. Todo cuanto quiso ha hecho el Señor en el cielo y en la tierra. |
SECRETA
Sacrifíciis præséntibus, Dómine, quǽsumus, inténde placátus: ut et devotióni nostræ profíciant et salúti. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, |
Te pedimos, Señor, mires propicio el presente sacrificio, a fin de que aproveche a nuestra devoción y a nuestra salud. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios |
PREFACIO DE CUARESMA
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui corporáli jejúnio vítia cómprimis, mentem élevas, virtútem largíris, et præmia: per Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes: |
En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que, por el ayuno corporal, domas nuestras pasiones, elevas la mente, nos das la virtud y el premio, por Jesucristo nuestro Señor, por quien alaban los Ángeles a tu majestad, la adoran las Dominaciones, la temen las Potestades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Virtudes de los cielos y los bienaventurados Serafines. Te rogamos que con sus voces admitas también las de los que te decimos, con humilde confesión. |
COMUNIÓN Salmo 121, 3-4
Jerúsalem, quæ ædificátur ut cívitas, cujus participátio ejus in idípsum; illuc enim ascendérunt tribus, tribus Dómini, ad confiténdum nómini tuo, Dómine. |
Jerusalén está construida como una ciudad de partes bien trabadas. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, para alabar tu nombre, Señor, |
POSCOMUNIÓN
Da nobis, quæsumus, miséricors Deus: ut sancta tua, quibus incessánter explémur, sincéris tractémus obséquiis, et fidéli semper mente sumámus. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
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Concédenos, ¡oh Dios Misericordioso! , la gracia de tratar siempre con sinceros obsequios este sacramento que incesantemente nos sacia, y de recibirle con gran espíritu de fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
Dominica IV in Quadragesima. Ad I &II Vesperas
IV Domingo de Cuaresma. Guía de los fieles para la santa misa cantada. Kyrial XVII
IV Domingo de Cuaresma. Propio y Ordinario de la santa misa
COMENTARIOS DEL CARD. SCHUSTER
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Mi reino no es de este mundo. Homilía IV domingo de cuaresma
EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA Y LA SAGRADA COMUNIÓN. San Leopoldo Mandic de Castelnovo
PARTITURAS DE LAS ORACIONES Y LECCIONES
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Epístola
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Evangelio
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