viernes, 25 de junio de 2021

V Domingo despues de Pentecostés / Dominica V Post Pentecosten

V DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
II clase, verde
Gloria, Credo y prefacio de la Santísima Trinidad.
 
 Dominica V Post Pentecosten
 
La epístola y el evangelio inculcan fuertemente el deber de la caridad fraterna. Seremos responsables ante Dios, no sólo de atentar contra la vida de nuestros hermanos, si lo hacemos, sino también de toda falta a su respecto. Debemos volver bien por mal y ser en todo tiempo obradores de paz. Hemos de sufrir, si es necesario, por la justicia y seguir sin perturbarnos la práctica del bien. Sin esto no hay acceso a Dios. Nuestras relaciones con Dios ordenan nuestra actitud para con nuestro prójimo. Nadie es tan bueno como Dios; nadie ama como Dios ama. Por nuestra parte, también debemos estar llenos de compasión, de amor fraterno y de misericordia. Procuremos, pues, la felicidad de los demás, ya que se nos ha llamado a poseer en herencia la felicidad de Dios.
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Es el Introito una ferviente oración que el rey David dirige el Señor para pedirle su auxilio y su fortaleza. Nosotros, como él, necesitamos también que esta ayuda del cielo para vencer a nuestros enemigos: el demonio, el mundo y la carne, los cuales hacen cuanto pueden para apartarnos del amor que le debemos a Dios. Este amor es el que pedimos en la Colecta de la Santa Misa. Amando a Dios en todas las cosas y sobre todo, conseguiremos las divinas promesas que exceden cuanto puede desear el corazón humano. Pero la prueba más sólida de nuestro amor a Dios debe consistir en la caridad para con nuestros próximos. A ella nos exhorta en la  Epístola el Príncipe de los Apóstoles. La unión y verdadera caridad fraterna, concordia y la paz, son virtudes del todo indispensables para conseguir la dicha posible en la presente vida y la felicidad eterna. En el Evangelio se nos manifiesta claramente la voluntad de Cristo respecto de nuestra conducta con nuestros próximos. Hemos de amarlos de corazón, hemos de tratarlos con caridad. Tanto desea Jesús que reine la paz entre los cristianos, que ni le son gratos los más excelentes dones si salen de un corazón enemistado con su prójimo. El Dios de la caridad nada quiere tanto como el  reinado del verdadero amor entre los hombres.

INTROITO Salmo 26, 7. 9. 1
Exáudi, Dómine, vocem meam, qua clamávi ad te: adjútor meus esto, ne derelínquas me, neque despícias me, Deus salutáris meus. V/. Dóminus illuminátio mea, et salus mea, quem timébo? Glória Patri. Exáudi, Dómine. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén
Escucha mi voz, que te llama, Señor; tú eres mi ayudador; no me abandones ni me desprecies, oh Dios de mi salvación. V/.  El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién habré de temer? V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

COLECTA
Ni puede ver el ojo, ni oír el oído, ni comprender el corazón del hombre lo que Dios tiene preparado para los que le aman”.  
Deus, qui diligéntibus te bona invisibília præparasti: infúnde córdibus nostris tui amóris afféctum; ut te in ómnibus et super ómnia diligéntes, promissiónes tuas, quæ omne desidérium súperant, consequámur. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
Oh Dios!, que tienes preparados bienes invisibles a los que te aman, infunde en nuestros corazones el afecto de tu amor; para que, amándote en todo y sobre todo, consigamos esas tus promesas, que exceden a todo deseo.  Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

EPÍSTOLA 1 Pedro 3, 8-15
Recompensa de la práctica del bien y de la caridad fraterna  es, ya aquí abajo, al sentirnos bajo la mirada de Dios, que nos sigue y nos ama.
Léctio Epístolæ beáti Petri Apóstoli.
Caríssimi: Omnes unánimes in oratióne estóte, compatiéntes fraternitátis amatóres, misericórdes, modésti, humiles: non reddéntes malum pro malo, nec maledíctum pro maledícto, sed e contrário benedicéntes: quia in hoc vocáti estis, ut benedictiónem hereditáte possideátis. Qui enim vult vitam dilígere et dies vidére bonos, coérceat linguam suam a malo, et lábia ejus ne loquántur dolum. Declínet a malo et fáciat bonum: inquírat pacem, et sequátur eam. Quia óculi Dómini super justos, et aures ejus in preces eórum: vultus autem Dómini super faciéntes mala. Et quis est qui vobis nóceat, si boni æmulatóres fuéritis?
Sed et si quid patímini propter justítiam, beati. Timórem autem eórum ne timuéritis: et non conturbémini. Dóminum autem Christum sanctificáte in córdibus vestris.

Lección de la carta del Apóstol San Pedro.

Carísimos: Tened todos el mismo sentir, sed solidarios en el sufrimiento, quereos como hermanos, tened un corazón compasivo y sed humildes. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto, sino al contrario, responded con una bendición, porque para esto habéis sido llamados, para heredar una bendición. Pues quien desee amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios de pronunciar falsedad; apártese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella, pues los ojos del Señor se fijan en los justos y sus oídos atienden a sus ruegos; pero el Señor hace frente a los que practican el mal. ¿Quién os va a tratar mal si vuestro empeño es el bien? Pero si, además, tuvierais que sufrir por causa de la justicia, bienaventurados vosotros. Ahora bien, no les tengáis miedo ni os amedrentéis. Más bien, glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones.


GRADUAL Salmo 83, 10. 9
Protéctor noster áspice, Deus, et réspice super servos tuos. V/. Dómine Deus virtútem, exaudi preces servórum tuorum.
Mira ¡oh Dios!, protector nuestro, a estos tus sier­vos. V/. Oh Señor de los ejércitos, escucha las ora­ciones de tus siervos .

ALELUYA Salmo 20, 2
Allelúja, allelúja. V/. Dómine, in virtúte tua lætábitur rex: et super salutáre tuum exsultábit veheménter. Allelúja.
Aleluya, aleluya. V/. ¡Oh Señor!, el rey se alegra de tu fuerza y tu ayuda le alegra grandemente. Aleluya.

EVANGELIO Mateo 5, 20-24
La exigencia de la caridad cristiana se extiende a las intenciones y disposiciones más secretas del corazón. Antes de acercarnos a Dios debemos reconciliarnos con nuestros hermanos.
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthǽum.
In illo témpore: Dixit Jesus discípulis suis: "Nisi abundáverit justítia vestra plus quam scribárum et pharisæórum, non intrábitis in regnum cælorum. Audístis, quia dictum est antíquis: non occídes: qui autem occíderit, reus erit judício. Ego autem dico vobis: quia omnis qui iráscitur fratri suo, reus erit judício. Qui autem díxerit fratri suo, «raca»: reus erit concílio. Qui autem díxerit «fátue»: reus erit gehénnæ ignis. Si ergo offers munus tuum ad altáre, et ibi recordátus fúeris, quia frater tuus habet áliquid advérsum te: relínque ibi munus tuum ante altáre, et vade prius reconciliáre fratri tuo: et tunc veniens offers munus tuum."

Continuación del Santo Evangelio según San Mateo

En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la gehenna del fuego. Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.

Se dice Credo

OFERTORIO Salmo 15, 7-8
Benedícam Dóminum, qui tríbuit mihi intelléctum: providébam Deum in conspéctu meo semper: quóniam a dextris est mihi, ne commóvear.
Alabaré al Señor, que se ha hecho mi consejero. Yo tengo al Señor constan­temente ante mis ojos; él está a mi diestra y yo no he de vacilar.

SECRETA
Propitiáre, Dómine, supplicatiónibus nostris: et has oblatiónes famulórum famularúmque tuárum benígnus assúme; ut, quod sínguli obtulérunt ad honórem nóminis tui, cunctis profíciat ad salútem. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,

Atiende propicio, Señor, a nuestros ruegos y recibe benigno estas ofrendas de tus siervos y siervas; para que lo que cada cual ha ofrecido en honor de tu nom­bre, les aproveche para su salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios


PREFACIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes:
EN verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y  lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que con tu unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no en la individualidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto nos has revelado de tu gloria, lo creemos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distin­ción. De suerte, que confe­sando una verdadera y eterna Divinidad, adoramos la propiedad en las personas, la unidad en la esencia, y la igualdad en la majestad, la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar a diario,  diciendo a una voz.

COMUNIÓN Salmo 26, 4
Unam péti a Dómino, hanc requíram: ut inhábitem in domo Dómini ómnibus diébus vitæ meæ.
Una sola cosa pido al Señor, y la deseo ardientemente: Habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.

POSCOMUNIÓN
Quos cælésti, Dómine, dono satiásti: præsta, quǽsumus, ut a nostris mundémur occúltis, et ab hóstiam liberémur insídiis. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

CONCEDE, Señor, a los que has alimentado con el don celestial vernos limpios de nuestras culpas ocultas, y libres de los lazos del enemigo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
PARTITURAS Y GRABACIONES DE LOS PROPIOS EN MP3
SUGERENCIAS PARA LA HOMILÍA      -    SERMÓN DE SAN ANTONIO DE PADUA    COMENTARIO LITÚRGICO CARD. SCHUSTER
 
 
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Homilía de maitines  LA JUSTICIA DE LOS QUE DEBEN ENTRAR EN EL REINO DE LOS CIELOS. San Agustín
IMITAD LA PACIENCIA DE DIOS. San Cipriano
CUANDO EL ESPÍRITU ESTÁ O NO ESTÁ EN NOSOTROS. San Jerónimo
A LOS RELIGIOSOS SE LE EXIGE MÁS. San Juan Bautista de la Salle
SI QUEREMOS PRESENTARNOS ANTE DIOS; TAMBIEN DEBEMOS PONERNOS EN CAMINO HACIA EL PRÓJIMO. Benedicto XVI


PARTITURAS DE LAS ORACIONES Y LECTURAS
GRABACIONES DE LAS LECTURAS
  5th Sunday after Pentecost - Epistle
  5th Sunday after Pentecost - Gospel

AD I VESPERAS DOMINICAE. Vísperas del Sábado.  (sin lo propio)
Vísperas del Domingo (sin lo propio)