lunes, 8 de julio de 2024

SAGRADA CORONA DE ESPINAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Misa votiva para algunos lugares.


 

SAGRADA CORONA DE ESPINAS

DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Misa votiva para algunos lugares.

(Antiguamente se celebraba el viernes después de ceniza)

La corona de espinas es una de las reliquias más preciadas de la catolicidad. Conservada desde tiempo de San Luis IX de Francia (siglo XIII) en la Sainte Chapelle en París y actualmente en su Catedral, existen testimonios  de su presencia en Jerusalén en el siglo V según las cartas de San Paulino de Nola.  En el siglo VII, fue trasladada a Constantinopla debido a las invasiones persas. En el siglo X, con motivo de una crisis económica en el imperio, pasó a manos de prestamistas venecianos, hasta que fue adquirida por la monarquía francesa hasta su destino final en la Santa Capilla. 

La santa espina de la corona del Salvador que se conserva en el monasterio vallisoletano del mismo nombre, fue regalo del rey de Francia, Luis VII el joven, a la infanta Doña Sancha de Raimúndez, que había donado a San Bernardo los terrenos para la edificación de un monasterio del Cister, según documento fechado el 20 de enero de 1147.

 

INTROITO Cantar de los Cantares 3, 11. Salmo 8, 6-7

Egredímini et vidéte, fíliæ Sion, regem Salomónem in diadémate, quo coronávit eam mater sua, parans crucem Salvatóri suo. V/. Glória et honóre coronásti eum, Dómine: et constituísti eum super ópera mánuum tuárum. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén

Hijas de Sión salid y contemplad al rey Salomón con la corona que le ciñó su madre, preparada la cruz al Salvador. V/.  Lo coronaste de gloria y honor, Señor; lo constituiste sobre las obras de tus manos.

V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

 

COLECTA

Præsta, quǽsumus, omnípotens Deus: ut, qui in memóriam passiónis Dómini nostri Jesu Christi Corónam ejus spíneam venerámur in terris, ab ipso glória et honóre coronári mereámur in cælis: Qui tecum vivit et regnat in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.

 

Escucha, te pedimos, Dios omnipotente, que a los que veneramos la memoria de la Corona de espinas de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo aquí en la tierra, por ello merezcamos ser coronados de gloria y honor en el cielo.  El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

EPÍSTOLA Cantar de los cantares 3, 7-11; 4, 1. 8

Léctio libri Sapientiæ.

En lectulum Salomónis sexagínta fortes ámbiunt ex fortíssimis Israël, omnes tenéntes gládios, et ad bella doctíssimi: uniuscujúsque ensis super femur suum propter timóres noctúrnos. Férculum fecit sibi rex Sálomon de lignis Líbani; colúmnas ejus fecit argénteas, reclinatórium aureum, ascénsum purpéreum; média caritéte constrávit, propter fílias Jerúsalem. Egredímini et vidéte, fíliæ Sion, regem Salomónem in diadémate quo coronávit illum mater sua in die desponsatiónis illius, et in die lætítiæ cordis ejus. «Quam pulchra es, amica mea! quam pulchra es! Oculi tui columbárum, absque eo quod intrínsecus latet. Veni de Líbano, sponsa mea: veni de Líbano, veni, coronáberis.»

Lección del libro de la Sabiduría.

Ved: la litera de Salomón; sesenta valientes le dan escolta de entre los héroes de Israel.' Todos esgrimen la espada, todos son diestros para el combate. Todos llevan la espada ceñida, para hacer frente a los temores nocturnos. Hízose el rey Salomón una cámara de maderas del Líbano. Hizo de plata sus columnas, de oro su baldaquino, su asiento de púrpura, recamado, obra dilecta de las hijas de Jerusalén. Salid, hijas de Sión, a ver al rey Salomón con la diadema de que le coronó su madre el día de sus desposorios, el día de la alegría de su corazón. ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Son palomas tus ojos a través de tu velo. Ven del Líbano, esposa; ven del Líbano, serás coronada.

 

GRADUAL Graduale Eclesiástico 45, 14. Salmo 20, 4

Coróna áurea super caput ejus: expréssa signo sanctitátis, glória honóris, et opus fortitúdinis. V/.  Quóniam prævenísti eum in benedictiónibus dulcédinis: posuísti in cápite ejus corónam de lapide pretióso.

Le colocó corona de oro, grabada con el sello de consagración, insignia de honor, obra magnífica. V/.  Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.

 

ALELUYA Isaías 28, 5

Allelúja, allelúja. V/.   Coróna tribulatiónis efflóruit in corónam glóriæ et sertum exsultatiónis. Allelúja.

Aleluya, aleluya. V/. La corona de la tribulación floreció en corona de gloria y en gran regocijo. Aleluya.

 

TRACTO. Isaías 61, 10. 28, 5. Sabiduría 5,17

En Septugésima, omitido el Aleluya, se dice:

Índuit eum Dóminus vestiméntis salútis, et induménto justítiæ, quasi sponsum decorátum coróna.

V/. Coróna tribulatiónis efflóruit in corónam glóriæ et sertum exsultatiónis.

V/. Accépit regnum decóris, diadéma speciéi.

El Señor  me ha puesto un traje de salvación, y me ha envuelto con un manto de justicia, como novio que se pone la corona.

V/. La corona de la tribulación floreció en corona de gloria y en gran regocijo.

V/. Recibió la corona real de la gloria y la diadema de la belleza.

 

ALELUYA PASCUAL. Eclesiástico 45, 14

En Pascua, omitido el gradual, se dice:

Allelúja, allelúja.

. Coróna áurea super caput ejus: expréssa signo sanctitátis, glória honóris et opus fortitúdinis. Allelúja.

. Tibi glória, hosánna: tibi triúmphus et victória: tibi summæ laudis et honóris coróna. Allelúja.

 

Aleluya, aleluya.

V/. Le colocó corona de oro, grabada con el sello de consagración, insignia de honor, obra magnífica.

V/. Hosanna, a ti la gloria, el triunfo y la Victoria, la corona de suma  alabanza y de honor.

 

EVANGELIO Juan 19, 1-5

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem.

In illo témpore: Apprehéndit Pilátus Jesum, et flagellávit. Et mílites plecténtes corónam de spinis, imposuérunt cápiti ejus: et veste purpúrea circumdedérunt eum. Et veniébant ad eum, et dicébant: «Ave, rex Judæórum»: et dabant ei álapas. Exívit ergo íterum Pilátus foras, et dicit eis: «Ecce addúco vobis eum foras, ut cognoscátis quia nullam invénio in eo causam.» Exívit ergo Jesus portans corónam spíneam, et purpúreum vestiméntum.

Continuación del Santo Evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían: «¡Salve, rey de los judíos!». Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo: «Mirad, os lo saco afuera para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa». Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura.

Se dice Credo

 

OFERTORIO

Tuam Corónam adorámus, Dómine: tuam gloriósam recólimus passiónem.

Tu Corona adoramos, Señor, y celebramos tu gloriosa pasión.

 

SECRETA

Tuórum mílitum, Rex omnípotens, virtútem róbora: ut, quos in hujus mortalitátis stádio unigéniti Fílii tui Coróna lætificat; consumáto cursu certáminis, immortalitátis bravíum apprehéndant. Per eúmdem Dóminum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,

Da a tus soldados, Rey todopoderoso, la fuerza de la gracia, para que los que se alegran en la Corona de tu Hijo Unigénito en esta etapa mortal, terminado el curso de esta carrera, reciban la fuerza de la inmortalidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

 

PREFACIO DE LA CRUZ

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui salútem humáni géneris in ligno Crucis constituísti: ut unde mors oriebátur, inde vita resúrgeret: in quo ligno vincébat, in ligno quoque vincerétur: per Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que pusiste la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que de donde salió la muerte, saliese la vida, y el que en un árbol venció, en un árbol fuese vencido por Cristo nuestro Señor; por quien alaban los Ángeles a tu majestad, la adoran las dominaciones, la temen las Potestades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Vírgenes de los cielos y los bienaventurados Serafines. Te rogamos, que, con sus voces admitas también las de los que decimos, con humilde confesión:

 

COMUNIÓN Proverbios 4, 9

Lætáre, mater nostra, quia dabit Dóminus cápiti tuo augménta gratiárum, et coróna inclyta próteget te.

Alégrate, madre nuestra, porque el Señor ha puesto en tu cabeza aumento de gracia, y te protege con espléndida corona.

 

POSCOMUNIÓN

Supplices te rogámus, omnípotens Deus: ut hæc sacraménta quæ súmpsimus, per sacrosánctæ Fílii tui Corónæ, cujus solémnia recensémus, virtútem, nobis profíciant ad medélam. Per eúmdem

Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Omnipotente Dios, te rogamos suplicantes, que estos sacramentos que hemos recibido, por la sacrosanta Corona de tu Hijo, cuya solemnidad celebramos, sean para nosotros remedio para la virtud. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

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