lunes, 1 de febrero de 2021

2 de febrero. Fiesta de la Purificación de la Virgen

2 de febrero

LA PURIFICACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

II clase, blanco

Esta fiesta, con la cual se termina el tiempo de Epifanía, se nos presenta como el puente entre el misterio de Navidad y el de Pascua: María tiene todavía al Niño en sus brazos, pero lo lleva al templo para ofrecerlo. A los cuarenta días del Nacimiento de Jesús, María se dirigió a Jerusalén para ofrecer el sacrificio prescrito por la ley mosaica. Es una fiesta del Señor y, a la vez, una fiesta de María, la fiesta mariana más antigua de toda la liturgia, y la que completa el contenido simbólico de este tiempo de Navidad. Con alegrías de Nochebuena, “la luz brilló en la tinieblas”; con el esplendor de  Epifanía, “la luz envolvió a Jerusalén”, es decir, a la Iglesia; con la liturgia de hoy, en esa procesión, que recuerda el viaje de María a Jerusalén, la luz arde ya en nuestras manos y, como cantamos en el Introito, “hemos tomado en nuestras brazos la misericordia de Dios” –hecha carne-, pues el cirio que recibimos de la manos del sacerdote es un símbolo de Cristo, “luz para iluminar a las gentes”, como decimos en la liturgia de este día recogiendo las palabras del viejo Simeón. “La cera –enseña San Anselmo-, significa la carne virginal del divino Infante; el pabilo, su alma; la llama, su divinidad.” Por eso los orientales llaman a esta fiesta el Encuentro (Hypapante). Es el encuentro de la Iglesia, de cada una de nuestras almas, con Cristo, el Esposo, que ha bajado a nuestra tierra para buscarnos. Escuchemos, pues, ansiosos la voz de la liturgia, que nos dice: “He aquí que viene a su santo templo el Dominador y el Señor; Sión, sal al encuentro de tu Dios, llena de alegría y de amor.” Vayamos a recibir la candela simbólica y guardémosla devotamente en nuestras casas, para que sea nuestra defensa en las tentaciones y en las tormentas interiores y exteriores, y, como hacían nuestros antiguos, tomémosla en nuestras manos como una confesión de la Divinidad de Cristo y de nuestro amor hacia Él, cuando llegue la hora de nuestro encuentro definitivo.

 

1.   BENDICIÓN DE LAS CANDELAS

El sacerdote, revestido de alba, estola y capa de color blanco, sube al altar y comienza la bendición de las candelas que están en el lado de la epístola, dice en tono ferial con las manos juntas:

V/. Dóminus vobíscum.

R/. Et cum spíritu tuo.

V/. El Señor esté con vosotros.

R/. Y con tu espíritu.

Primera oración

ORÉMUS. Domine sancte, Pater omnípotens, ætérne Deus, qui ómnia ex níhilo creásti, et jussu tuo per ópera apum hunc liquorem ad perfectionem cérei veníre fecísti: et qui hodiérna die petitiónem justi Simeónis implésti: te humíliter deprecámur; ut has candélas ad usus hóminum et sanitátem córporum et animárum, sive in terra sive in aquis, per invocatiónem tui sanctíssimi nóminis et per intercessiónem beátæ Maríæ semper Vírginis, cujus hódie festa devóte celebrántur, et per preces ómnium Sanctórum tuórum, bene+dícere et sancti+ficáre dignéris: et hujus plebis tuæ, quæ illas honorífice in mánibus desíderat portare teque cantando laudare, exáudias voces de coelo sancto tuo et de sede majestátis tuæ: et propítius sis ómnibus clamántibus ad te, quos redemísti pretióso Sánguine Fílii tui: Qui tecum vivit et regnat in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.

 

OREMOS. Señor santo, Padre todopoderoso, Dios eterno, que de la nada creaste todas las cosas y ordenaste que la cera elaborada por las abejas sirviese para formar estos cirios; y en el presente día cumpliste los deseos del justo Simeón, te pedimos humildemente, por la invocación de tu nombre y por la poderosa intercesión de la Santísima Virgen María, cuya fiesta hoy devotamente celebramos y también por las preces de todos los santos, te dignes ben+decir y santi+ficar estas candelas; para uso de los hombres, para salud de los cuerpos y de las almas, por mar y tierra: escucha desde el santuario del cielo y desde el trono de tu majestad la voz de este pueblo, que desea llevarlas reverentemente en sus manos y con sus cánticos alabarte; muéstrate propicio a cuantos a ti claman, puesto que con la sangre preciosa de tu Hijo Unigénito los redimiste, él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Segunda oración

ORÉMUS. Omnípotens sempitérne Deus, qui hodiérna die Unigénitum tuum ulnis sancti Simeónis in templo sancto tuo suscipiéndum præsentásti: tuam súpplices deprecámur cleméntiam; ut has candélas, quas nos fámuli tui, in tui nóminis magnificéntiam suscipiéntes, gestáre cúpimus luce accénsas, bene+dícere et sancti+ficáre atque lúmine supérnæ benedictiónis accéndere dignéris: quaténus eas tibi Dómino, Deo nostro, offeréndo digni, et sancto igne dulcíssimæ caritátis tuæ succénsi, in templo sancto glóriæ tuæ repræsentári mereámur. Per eúndem Dóminum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

OREMOS. Omnipotente y sempiterno Dios, que en el día de hoy presentaste a tu Hijo unigénito en el templo para que fuese recibido en los brazos de Simeón: imploramos humildemente tu clemencia para que te dignes ben+decir  y santi+ficar y encender con la luz celeste de tu bendición estas candelas, que nosotros, tus siervos, intentamos recibir y llevar encendidas a gloria de tu nombre; para que siendo dignos de ofrecértelas, Señor Dios nuestro, e inflamados de tu dulcísima caridad, merezcamos ser presentados en el santo templo de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Tercera oración

ORÉMUS. Dómine Jesu Christe, lux vera, quæ illúminas omnem hóminem veniéntem in hunc mundum: effúnde bene+dictiónem tuam super hos céreos, et sancti+fica eos lúmine grátiæ tuæ, et concéde propítius; ut, sicut hæc luminária igne visíbili accénsa noctúrnas depéllunt ténebras; ita corda nostra invisíbili igne, id est, Sancti Spíritus splendóre illustráta, ómnium vitiórum cæcitáte cáreant: ut, purgáto mentis óculo, ea cérnere póssimus, quæ tibi sunt plácita et nostræ salúti utília; quaténus post hujus sǽculi caliginósa discrímina ad lucem indeficiéntem perveníre mereámur. Per te, Christe Jesu, Salvátor mundi, qui in Trinitáte perfécta vivis et regnas Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.

Amen.

OREMOS. Señor Jesucristo, luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo: derrama tu ben+dición sobre estos cirios, y santi+fícalos con la luz de tu gracia; y así como estas antorchas encendidas con fuego visible ahuyentan las tinieblas de la noche, así nuestros corazones alumbrados con luz invisible, esto es, con la claridad del Espíritu Santo, se libren de la ceguedad de todos los vicios, para que, purificada la vista del alma, podamos ver lo que te es grato y útil a nuestra salvación, y así merezcamos llegar, después de las peligrosas tinieblas de este mundo, a la luz indeficiente. Por ti, Jesucristo, Salvador del mundo, que en Trinidad perfecta vives y reinas y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarta oración

ORÉMUS. Omnípotens sempitérne Deus, qui per Móysen fámulum tuum puríssimum ólei liquórem ad luminária ante conspéctum tuum júgiter concinnánda præparári jussísti: bene+dictiónis tuæ grátiam super hos céreos benígnus infúnde; quaténus sic adminístrent lumen extérius, ut, te donánte, lumen Spíritus tui nostris non desit méntibus intérius.  Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate ejúsdem Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

OREMOS. Dios todopoderoso y eterno, que has ordenado por medio de Moisés, tu siervo, preparar aceite purísimo para mantener encendidas continuamente las lámparas en tu presencia; derrama propicio la gracia de tu bendi+ción sobre estas velas, para que alumbrándonos en el exterior, por tu gracia no falte a nuestras almas la luz interior de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Quinta oración

ORÉMUS. Dómine Jesu Christe, qui hodiérna die, in nostræ carnis substántia inter hómines appárens, a paréntibus in templo es præsentátus: quem Símeon venerábilis senex, lúmine Spíritus tui irradiátus, agnóvit, suscépit et benedíxit: præsta propítius; ut, ejúsdem Spíritus Sancti grátia illumináti atque edócti, te veráciter agnoscámus et fidéliter diligámus: Qui cum Deo Patre in unitáte ejúsdem Spíritus Sancti vivis et regnas Deus, per ómnia sǽtula sæculórum. Amen.

OREMOS. Señor Jesucristo, que apareciste entre los hombres en la sustancia de nuestra carne, y quisiste ser presentado por tus padres en el templo y a quien el anciano Simeón, iluminado por la luz de tu Espíritu, conoció, recibió y bendijo: dígnate en tu misericordia, que iluminados y adoctrinados por la gracia del mismo Espíritu Santo, te conozcamos verdaderamente y te amemos fielmente. Que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del mismo Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Al llegar aquí, el sacerdote pone incienso en el incensario, asperga después las candelas con agua bendita, diciendo la Antífona Asperges me sin salmo y luego las inciensa con tres golpes de incensario. Mientras tanto, los fieles se acercan al altar para recibir de rodillas la candela de manos del sacerdote. Al recibir la candela, se besa primero ésta y después la mano del sacerdote. Mientras se distribuyen las candelas, se canta:

 

CÁNTICO Lucas 2, 29-31

V/. Lumen ad revelatiónem géntium et glóriam plebis tuæ Israël. R/. Lumen ad revelatiónem géntium et glóriam plebis tuæ Israël.

V/. Nunc dimíttis servum tuum, Dómine, secúndum verbum tuum in pace. R/. Lumen ad revelatiónem géntium et glóriam plebis tuæ Israël.

V/. Quia vidérunt culi mei salutáre tuum. R/. Lumen ad revelatiónem géntium et glóriam plebis tuæ Israël.

V/. Quod parásti ante fáciem ómnium populorum. R/. Lumen ad revelatiónem géntium et glóriam plebis tuæ Israël.

V/. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. R/. Lumen ad revelatiónem géntium et glóriam plebis tuæ Israël.

V/. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen. R/. Lumen ad revelatiónem géntium et glóriam plebis tuæ Israël.

V/. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. R/. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

V/. Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, según tu promesa. R/. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

V/. Porque mi ojos han visto a tu salvación. R/. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

V/. A quien has presentado ante todos los pueblos. R/. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

V/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. R/. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Terminada la distribución de las candelas, el celebrante en al altar añade.

V/. Dóminus vobíscum.

R/. Et cum spíritu tuo.

V/. El Señor esté con vosotros.

R/. Y con tu espíritu.

Y dice la siguiente oración:

ORÉMUS. Exáudi, quǽsumus, Dómine, plebem tuam: et, quæ extrinsécus ánnua tríbuis devotióne venerári, intérius asséqui grátiæ tuæ luce concéde. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.

OREMOS. Escucha, Señor, a tu pueblo y concédenos que los misterios que cada año nos permites celebrar exteriormente, los interioricemos con la luz de tu gracia. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

 

2.   PROCESIÓN

Terminado el canto de la oración anterior, el sacerdote pone incienso en el incensario y  el mismo o el diácono de cara al pueblo dice o canta:

V/. Procedamus in pace.

R/. In nómine Christi. Amen.

V/. Salgamos en paz.

R/.  En nombre de Cristo. Amén.

La procesión se pone en marcha: primero el turiferario, el subdiácono revestido con la cruz en medio de dos acólitos con candelabros, el resto del clero asistente, el celebrante con el diácono a su izquierda, y detrás de él,  los fieles llevando las candelas encendidas. Durante la procesión se cantan las siguientes antífonas.

ANTIFONA PRIMERA

Adórna thálamum tuum, Sion, et súscipe Regem Christum: ampléctere Maríam, quæ est coeléstis porta: ipsa enim portat Regem glóriæ novi lúminis: subsístit Virgo, addúcens mánibus Fílium ante lucíferum génitum: quem accípiens Símeon in ulnas suas, prædicávit pópulis, Dóminum eum esse vitæ et mortis et Salvatórem mundi.

Oh Sion, adorna tu lecho nupcial, y recibe a Cristo, tu Rey: sal al encuentro de María, porque ella, que es la puerta del cielo,  trae a ti al glorioso Rey de la nueva luz; se detiene la Virgen llevando en sus manos al Hijo engendrado antes que la aurora; le recibe Simeón en sus manos, y predica a los pueblos que Él es el Señor de la vida y de la muerte y el Salvador del mundo.

ANTÍFONA SEGUNDA Lucas 2, 26, 27 et 28- 29.

Respónsum accépit Símeon a Spíritu Sancto, non visúrum se mortem, nisi vidéret Christum Dómini: et cum indúcerent Púerum in templum, accépit eum in ulnas suas, et benedíxit Deum, et dixit: Nunc dimíttis servum tuum, Dómine, in pace. V/. Cum indúcerent púerum Jesum parentes ejus, ut fácerent secúndum consuetúdinem legis pro eo, ipse accépit eum in ulnas suas.

Simeón recibió una respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor, y cuando llevaron al Niño al templo, él lo tomó en brazos y bendijo a Dios, y dijo: "Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz. V/. Cuando sus padres introdujeron al niño Jesús, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos.

ANTÍFONA TERCERA

Al entrar de nuevo en la Iglesia se canta:

V/. Obtulérunt pro eo Dómino par túrturum, aut duos pullos columbárum: R/.Sicut scriptum est in lege Dómini.

V/.  Postquam impléti sunt dies purgatiónis Maríæ, secúndum legem Moysi, tulérunt Jesum in Jerúsalem, ut sísterent eum Dómino. R/. Sicut scriptum est in lege Dómini.

V/.  Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. R/. Sicut scriptum est in lege Dómini.

V/. Ofrecieron por él al Señor un par de tórtolas o dos pichones, R/.Como está escrito en la ley del Señor.

V/. Después de los días de la purificación de María, de acuerdo a la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor. R/.Como está escrito en la ley del Señor.

V/. Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. R/.Como está escrito en la ley del Señor.

 

3.   SANTA MISA

Terminada la procesión, los ministros toman los ornamentos para la Santa Misa, En la misa que sigue a la bendición se omite el salmo Iudica me, así como la Confesión y las oraciones Aufer a nobis y Oramus te. El sacerdote sube al altar, lo besa. En la misa cantada sigue con la incensación, en la misa rezada recita el introito. Los fieles deben tener encendidas las velas durante el Evangelio y el Canon. 

 

INTROITO Sal 47, 10-11. 2

Suscépimus, Deus, misericórdiam tuam in medio templi tui: secúndum nomen tuum, Deus, ita et laus tua in fines terræ, justitia plena est déxtera tua. V/. Magnus Dóminus, et laudábilis nimis: in civitáte Dei nostri; in monte sancto ejus. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén

Hemos recibido tu misericordia, oh Dios, en medio de tu templo; como tu nombre, oh Dios, así ha llegado tu alabanza hasta los confines de la tierra: tu diestra está llena de justicia. V/. Grande es el Señor, y muy de ser alabado en la ciudad de Dios, en su monte santo. V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

 

COLECTA

Omnípotens sempitérne Deus, majestátem, tuam súpplices exorámus: ut, sicut unigéntius Fílius tuus hodiérna die cum nostræ carnis substántia in templo est præsentatus; ita nos fácias purificátis tibi méntibus præsentári. Per eundem Dóminum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Dios omnipotente y eterno, humildemente pedimos a tu majestad, para que hagas que así como tu Hijo unigénito fue presentado este día en el templo revestido con la sustancia de nuestra carne, así también nosotros nos presentemos a ti con el alma purificada. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

EPÍSTOLA Malaquías 3, 1-4

Lectio Malachiæ Prophetæ.

Hæc dicit Dóminus Deus: «Ecce ego mitto Angelum meum, et præparábit viam ante fáciem meam. Et statim véniet ad templum suum Dominátor, quem vos quǽritis, et Angelus testaménti, quem vos vultis. Ecce venit, dicit Dóminus exercítuum: et quis póterit cogitáre diem advéntus ejus, et quis stabit ad vidéndum eum? Ipse enim quasi ignis conflans, et quasi herba fullónum: et sedébit conflans, et emúndans argéntum, et purgábit fílios Levi et colábit eos quasi aurum et quasi argéntum: et erunt Dómino offeréntes sacrifícia in justítia. Et placébit Dómino sacrifícium Juda, et Jerúsalem, sicut dies sǽculi, et sicut anni antíqui: dicit Dóminus omnípotens.»

Lectura del profeta Malaquías.

Esto dice el Señor Dios: «He aquí, que yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí. Y entonces vendrá el Dominador a su templo, a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis. He aquí que viene –dice el Señor de los ejércitos-. Y, ¿quién será capaz de pensar en el día de su venida?, y ¿quién podrá estar para verlo? Porque él será como un fuego purificador, y como la hierba de batanero; se sentará para refinar y purificar la plata, y él purificará a los hijos de Leví, y los refinará como el oro y la plata; ofrecerán sacrificios al Señor con justicia. Y el sacrificio de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los días de antaño y como en los años antiguos –lo dice el Señor Todopoderoso.

 

GRADUAL Salmo 47, 10-11.9

Suscépimus, Deus, misericórdiam tuam in medio templi tui: secúndum nomen tuum, Deus, ita et laus tua in fines terræ. V/.  Sicut audívimus ita et vídimus, in civitáte Dei nostri, in monte sancto ejus.

Hemos recibido tu misericordia, oh Dios, en medio de tu templo; como tu nombre, oh Dios, así ha llegado tu alabanza hasta los confines de la tierra. V/. Como escuchamos así lo hemos visto en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.

 

ALELUYA

Allelúia, alleluia.- V/. Senex púerum portábat: puer autem senem regébat. Allelúia.

Aleluya. Aleluya. V/. El anciano llevaba al niño, pero el Niño guiaba al anciano. Aleluya.

 

TRACTO Lucas 2, 29-32

En Septugésima, omitido el Aleluya, se dice:

Nunc dimíttis servum tuum, Dómine, secúndum verbum tuum in pace. V/. Quia vidérunt óculi mei salutáre tuam.  V/. Quod parásti ante fáciem ómnium populórum. V/.  Lumen ad revelatiónem géntium, et glóriam plebis tuæ Israël.

Ahora, Señor, según tu palabra puedes dejar a tu siervo irse en paz. V/. Porque mis ojos han visto tu salvación. V/.  Al que has puesto delante de todos los pueblos. V/. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

 

 

EVANGELIO Lucas 2, 22-32

Sequentia sancti Evangelii secundum Lucam.

In illo témpore: Postquam impléti sunt dies purgatiónis Maríæ, secúndum legem Móysi, tulérunt Jesum in Jerúsalem, ut sísterent eum Dómino, sicut scriptum est in lege Dómini: «Quia omne masculínum adapériens vulvam sanctum Dómino vocábitur. Et ut darent hóstiam secúndum quod dictum est in lege Dómini, «par túrturum aut duos pullos columbárum.» Et ecce homo erat in Jerúsalem, cui nomen Símeon, et homo iste justus et timorátus, exspéctans consolatiónem Israël, et Spíritus Sanctus erat in eo. Et respónsum accéperat a Spíritu Sancto, non visúrum se mortem, nisi prius vidéret Christum Dómini. Et venit in spíritu in templum. Et cum indúcerent púerum Jesum paréntes ejus, ut fácerent secúndum consuetúdinem legis pro eo: et ipse accépit eum in ulnas suas, et benedíxit Deum, et dixit: «Nunc dimíttis servum tuum, Dómine, secúndum verbum tuum in pace: quia vidérunt óculi mei salutáre tuum, quod parásti ante fáciem ómnium propulórum: Lumen ad revelatiónem géntium, et glóriam plebis tuæ Israël.»

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas.

En aquel tiempo, cuando se cumplieron los días de la purificación de María de acuerdo a la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor». Y para ofrecer la ofrenda conforme a lo que se dice en la Ley del Señor,  “un par de tórtolas o dos pichones:” Y he aquí, que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba en él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Cristo del Señor. Y vino por inspiración del Espíritu al templo. Y cuando sus padres introdujeron al niño Jesús, para hacer por él conforme al rito de la ley, lo recibió en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu palabra puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto tu salvación. Al que has puesto delante de todos los pueblos: Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.”

Se dice Credo

 

OFERTORIO Salmo 44, 3

Diffúsa est grátia in lábiis tuis: proptérea benedíxit te Deus in ætérnum, et in sǽculum sæculi.

La gracia se derrama en tus labios: por eso Dios te ha bendecido para siempre, y por los siglos de los siglos.

 

SECRETA

Exaudi, Dómine, preces nostras : et, ut digna sint múnera, quæ óculis tuæ majetátis offérimus, subsídium nobis tuæ pietátis impénde. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,

Escucha, Señor, nuestras oraciones, y para que los dones que ofrecemos ante tu Majestad sean dignos, danos el auxilio de tu piedad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

 

PREFACIO DE NAVIDAD

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Quia per incarnáti Verbi mystérium, nova mentis nostræ óculis lux tuæ claritátis infúlsit: ut dum visibíliter Deum cognóscimus, per hunc in invisibílium amórem rapiámur. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes:

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, Padre santo, Dios omnipotente y eterno, pues por el misterio del Verbo ha brillado a los ojos de nuestra alma un nuevo resplandor de tu gloria, para que, conociendo a Dios bajo una forma visible, seamos atraídos  por él al amor de las cosas invisibles. Y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial cantamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar

 

COMUNIÓN Lucas 2, 26

Respónsum accépit Símeon a Spíritu Sancto, non visúrum se mortem, nisi vidéret Christum Dómini.

Recibió una respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.

 

POSCOMUNIÓN

Quǽsumus, Dómine Deus noster: ut sacrosáncta mystéria, quæ pro reparatiónis nostræ munímine contulísti, intercedénte beáta María semper Vírgine, et præsens nobis remédium esse fácias, et futúrum. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Te pedimos, Señor Dios nuestro, que por la intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, hagas que los misterios sagrados misterios que nos has dado para la preservación de nuestra vida espiritual, nos sirvan de remedio   presente y futura. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

2 de Febrero. La Purificación de la Santísima Virgen María. Guía de los fieles para la misa cantada. Kyrial Cum Iubilo. En apéndice: De Angelis

2 de Febrero. Fiesta de la Purificación de la Virgen. Propio y Ordinario de la santa misa

 Textos en latín

COMENTARIO CARD. SCHUSTER
 
 

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