lunes, 20 de diciembre de 2021

Vigilia de Navidad. 24 de diciembre

24 de diciembre

VIGILIA DE NAVIDAD

I clase, morado

Sin Gloria, prefacio de Adviento o en su defecto común.

Si este día cae en domingo, se omite el IV domingo de Adviento, y se celebra la misa de la Vigilia con Aleluya, Credo y Prefacio de Adviento o en su defecto de la Santísima Trinidad.

 

TIEMPO DE NAVIDAD

DEL 24 DE DICIEMBRE AL 13 DE ENERO

Durante todo el Adviento, la Iglesia, con sus anhelos ha llamado al Salvador. Hoy celebra su nacimiento con alegría sin par: El Verbo se ha hecho carne y ha habitado entre nosotros. El hijo de Dios se ha hecho hombre para hacernos partícipes de la vida divina, que es eternamente la suya, en el seno de la Trinidad. Hay un contraste muy grande entre el niño que nace en el establo de Belén y los títulos que se le dan: Admirable, Dios, príncipe de la paz, Padre del reino futuro, cuyo reino no tendrá fin. Todos los nombres divinos se le acomodan. Nace de una Virgen; pero al mismo tiempo que se canta su nacimiento humano, se nos dice que es el Verbo encarnado de la sustancia del Padre de antes de todos los siglos.  Esta envuelto en pañales y recostado en un pesebre; pero es el Rey de Israel, el Salvador del mundo; su trono es eterno y Dios pondrá a sus enemigos por estrado de sus pies. Al mismo tiempo que la humildad de su nacimiento, la Iglesia nos invita a proclamar la grandeza de su divinidad. Es también, por adelantado, el esplendor de la obra que viene a realizar. La alegría de la Navidad, es la de poseer al Salvador. Después de la alegría de la Pascua, en que canta la victoria de Cristo al terminar su carrera y salir del sepulcro, como primogénito de entre los muertos, para remontarse al cielo, la Iglesia no tiene otra más grande que la de celebrar todos los años el cumplimiento en Belén de Judá, de las promesas que anunciaron la venida del Emmanuel. Con la encarnación del Verbo comienza a realizarse la obra de la salvación de la humanidad. Todos los hombres están interesados en ella. La liturgia nos lo recuerda: después de la adoración de los pastores, la de los Magos venidos del Lejano Oriente anuncia la extensión de la redención hasta los confines de la tierra. La Epifanía prolonga la Navidad. Esta repercusión del misterio de la Encarnación en la vida de todos los hombres, es lo que celebra la Iglesia en las dos fiestas.

LA VIGILIA DE NAVIDAD. Está impregnada de una santa alegría. De no ser por los ornamentos morados, se creería comenzada ya la fiesta. El Hodie scietis, repetido con insistencia, expresa el júbilo de la Iglesia. El gran acontecimiento que se dispone a celebrar se sitúa en el pasado, pero la venida del Salvador se actualiza siempre por la redención que trae a los hombres de todos los tiempos.  -Hijo de David, Hijo de Dios …..establecido en su poder de Hijo de Dios por su resurrección de entre los muertos- con estas pocas palabras evoca san Pablo todo lo que es Cristo para nosotros. Su nacimiento en Belén le conducirá a su pasión, a su resurrección, a la comunicación a los hombres de su gracia y de su gloria. Su venida como redentor anuncia su vuelta como juez y como triunfador. Se hace hoy uno de nosotros para trasladarnos un día a su reino. Conviene ver la liturgia de Navidad con esta gran perspectiva. Tomada en conjunto, nos hace cantar la obra de la redención que lleva Cristo en su persona con su aparición en este mundo. Desde este punto de vista es realmente sorprendente la misa de la vigilia; en casi todos los textos se encuentra el mismo pensamiento. Nótese la colecta: del recibimiento que dispensamos a Cristo, que viene a rescatarnos, dependerá la acogida que el nos tribute cuando venga a juzgarnos.

INTROITO Exodo 16, 6-7. Salmo  23,1

HÓDIE SCIÉTIS, quia véniet Dóminus, et salvábit nos: et mane vidébitis glóriam ejus. V/. Dómini est terra, et plenitúdo ejus; orbis terrárum, et univérsi qui hábitant in eo. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén

HOY SABRÉIS que viene el Señor a salvarnos; mañana veréis su gloria. V/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena; el mundo y todos sus habitantes. V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

 

COLECTA

DEUS, qui nos redemptiónis nostræ ánnua exspectatióne lætíficas: præsta; ut Unigénitum tuum, quem Redemptórem læti suscípimus, veniéntem quoque Júdicem secúri videámus, Dóminum nostrum Jesum Christum Fílium tuum: - Qui tecum vivit et regnat in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.

OH DIOS que nos alegras con la expectación anual de nuestra redención; haz que así como recibimos gozosos a tu Unigénito como Redentor, así también lo veamos seguros venir como Juez a nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo: El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

EPÍSTOLA Romanos 1, 1-6 

LÉCTIO EPÍSTOLÆ BEÁTI PAULI APÓSTOLI AD ROMÁNOS

Paulus, servus Jesu Christi, vocátus Apóstolus, segregátus in Evangélium Dei, quod ante promíserat per Prophétas suos in Scriptúris sanctis de Fílio suo, qui factus est ei ex sémine David secúndum carnem, qui prædestinátus est Fílius Dei in virtúte secúndum spíritum sanctificatiónis ex resurrectióne mortuórum Jesu Christi Dómini nostri: per quem accépimus grátiam, et apostolátum ad obediéndum fídei in ómnibus géntibus pro nómine ejus, in quibus estis et vos vocáti Jesu Christi Dómini nostri.

Lección de la carta del Apóstol san Pablo a los Corintios.

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para el Evangelio de Dios, que fue prometido por sus profetas en las Escrituras Santas y se refiere a su Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne, constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santidad por la resurrección de entre los muertos: Jesucristo nuestro Señor. Por él hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre todos los gentiles, para gloria de su nombre. Entre ellos os encontráis también vosotros, llamados de Jesucristo.

 

GRADUAL Éxodo 16, 6-7. Salmo 79, 2-3.

HÓDIE SCIÉTIS, quia véniet Dóminus, et salvábit nos: et mane vidébitis glóriam ejus. V/. Qui regis Israël, inténde: qui dedúcis velut ovem Joseph: qui sedes super Chérubim, appáre coram Ephraim, Bénjamin et Manásse.

HOY SABRÉIS que viene el Señor a salvarnos; y mañana veréis su gloria. V/. Tú, que gobiernas a Israel, atiende; tú, que guías a José como a una ovejuela; tú que estás sentado sobre Querubines, manifestate a Efraím, Bejamín y Manasés. 

 

Se dice aleluya, si cae en domingo:

ALELUYA Esdras 4, 16. 53

ALLELÚJA. Allelúja. Crástina die delébitur iníquitas terræ: et regnábit super nos Salvátor mundi. Allelúja.

ALELUYA. Aleluya. Mañana será borrada la iniquidad de la tierra, y reinará sobre nosotros el Salvador del mundo. Aleluya.

 

EVANGELIO Mateo 1, 18-21

SEQUÉNTIA SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM MATTHǼUM.

Cum esset desponsáta mater Jesu María Joseph, ántequam convenírent, invénta est in útero habens de Spíritu Sancto. Joseph autem vir ejus, cum esset justus, et nollet eam tradúcere, vóluit occúlte dimíttere eam. Hæc autem eo cogitánte, ecce Angelus Dómini appáruit in somnis ei, dicens: «Joseph, fili David, noli timére accípere Maríam cónjugem tuam: quod enim in ea natum est, de Spíritu Sancto est. Páriet autem fílium: et vocábis nomen ejus Jesum: ipse enim salvum fáciet pópulum suum a peccátis eórum.

Continuación del Santo Evangelio según San Mateo

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».

 

Si cae en domingo, se dice Credo

 

OFERTORIO Salmo 23. 7

TÓLLITE portas, príncipes, vestras et elevámini portæ æternáles: et introíbit Rex glóriæ.

ALZAD, príncipes, vuestras puertas; levantaos, puertas antiguas,  que va a entrar el Rey de la gloria.

 

SECRETA

DA NOBIS quǽsumus omnípotens Deus: ut, sicut adoránda Fílii tui natalítia prævenímus; sic ejus múnera capiámus sempitérna gaudéntes. Qui tecum vivit et regnat in unitate Spritus Sancti Deus,

CONCÉDENOS, te rogamos, oh Dios Omnipotente, que así como anticipamos el adorable nacimiento de tu Hijo, así también gozosos recibamos sus eternos dones. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,

 

COMUNIÓN Isaías 40,5

REVELÁBITUR glória Dómini; et vidébit omnis caro salutáre Dei nostri.

SE REVELARÁ la gloria del Señor, y verá toda carne la salvación de nuestro Dios.

 

POSCOMUNIÓN

DA NOBIS quǽsumus, Dómine unigéniti Fílii tui recensíta nativitáte respiráre: cujus cœlésti mystério páscimur, et potámur. Per eúmdem Dóminum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

CONCÉDENOS, Señor, te rogamos, que nos reanimemos con el recuerdo de la natividad de tu unigénito hijo, cuyo misterio celestial es nuestro alimento y nuestra bebida. Por el mismo Señor  nuestro Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

24 de diciembre. Vigilia de Navidad. Leccionario 1962

Vigilia de Navidad. Propio y Ordinario de la santa misa