lunes, 3 de enero de 2022

Epifanía del Señor - 6 de enero



6 de enero

LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

I clase, blanco

Gloria, Genuflexión en el Evangelio, Credo, prefacio y comunicantes propios.

 

Siguiendo el rastro luminoso de la estrella, magos de remotas naciones acuden hacía el Niño-Dios que se muestra al mundo: le rinden homenaje con el símbolo de sus regalos y entran con ello en la Iglesia, de la que es figura María.

El carácter y objeto de esta hermosísima festividad, se halla indicado en las palabras con las cuales la Santa Iglesia principia su oficio litúrgico: Cristo nos ha aparecido; venid, adorémosle. Por eso desde el Introito es proclamado con júbilo el advenimiento del gran Rey, del Señor dominador que tiene en su mano la potestad y el imperio de todo lo creado. Esta manifestación de Jesucristo a los pueblos de la gentilidad, la adoración que les rindieron los Magos, forma el objeto de cada una de las partes de la Misa. Si bien es verdad que la Iglesia nos recuerda y celebra hoy tres manifestaciones de Jesucristo: a los Magos, en las Bodas de Caná, y en el Jordán: con todo, la primera es a la que se refiere la liturgia de toda la santa Misa. Y así en la colecta rogamos al Señor nos conceda la gracia de contemplar en el cielo al mismo Jesucristo, a quien hemos conocido mediante la luz de la fe, prefigurada por la maravillosa estrella que condujo a los magos a Belén. Esta luz divina; la gloria del señor; el tributo de vasallaje que los pueblos habían de tributarle; todo esto nos predice el profeta Isaías en la Lección de la santa Misa.

El Evangelio, con una sencillez sublime y embelesadora, nos refiere el viaje de los Magos desde Oriente a Jerusalén en busca del Rey de los Judíos; cómo se declararon al mismo Herodes; la astucia de este rey malvado, su llegada a Belén; la adoración y los regalos que ofrecieron a Jesucristo, y, finalmente, el regreso a su patria. Los dones ofrecidos por los Magos se nos recuerdan de nuevo en el Ofertorio. Que estos dones prefiguraban a Jesucristo claramente lo indica la Secreta. Siendo la Epifanía una de las más solemnes festividades, no podía dejar de tener lo que es propio de ellas, es decir, Prefacio y Communicantes. Ambas piezas litúrgicas constituyen la más expresiva profesión de fe acerca del significado y realidad del gran misterio que celebramos. Gratitud por los bienes que conseguimos mediante la Epifanía, y fidelidad a los mismos, son las virtudes que nos predican la Comunión y Poscomunión.

 

INTROITO Introito.-  Malaquías 3, 1; 1 Crónicas 29.12. Salmo 71, 1.

Ecce advénit dominátor Dóminus: et regnum in manu ejus, et potéstas, et impérium. V/. Deus, judícium tuum Regi da: et justítiam tuam Fílio regis. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén

Ya viene el Señor, el Dominador, y en su mano están el reino, y la potestad, y el imperio. V/. ¡Oh Dios!, da al Rey tu juicio, y al Hijo del Rey tu justicia. V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

 

COLECTA

Deus, qui hodiérna die Unigénitum tuum géntibus stella duce revelásti: concéde propítious; ut, qui jam te ex fide cognóvimus, usque ad contemplándam spéciem tuæ celsitúdinis perducámur. Per eúmdem Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Oh Dios, que en este día revelaste tu Unigénito a los gentiles por medio de una estrella, concede propicio que los que ya te conocemos por la fe, seamos conducidos hasta contemplar tu hermosura y tu grandeza. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

EPÍSTOLA Isaías 60,1-6

El profeta se dirige a Jerusalén. La imagen está tomada del espectáculo que ofrece todas las mañanas la ciudad santa: iluminada por los resplandores del sol, parece convertida en un horno centelleante de luz. Jerusalén, figura de la Iglesia, será la «luz de las naciones»; de todas partes vendrán a ella los reyes y los pueblos, atraídos por los destellos de su gloria y trayendo las riquezas del mundo.

Léctio Isaíæ Prophétæ.

Surge, illumináre, Jerúsalem: quia venit lumen tuum, et glória Dómini super te orta est. Quia ecce tenébræ opérient terram, et calígo pópulos: super te autem oriétur Dóminius, et glória ejus in te vidébitur. Et ambulábunt gentes in lúmine tuo, et reges in splendóre ortus tui. Leva in circúitui óculos tuos, et vide: omnes isti congregáti sunt, venérunt tibi: fílii tui de longe vénient, et fíliæ tuæ de látere surgent. Tunc vidébis, et áfflues, mirábitur et dilatábitur cor tuum, quando convérsa fúerit ad te multitúdo maris, fortitúdo géntium venerit tibi. Inundátio camelórum opériet te, dromedárii Mádian et Epha: omnes de Saba vénient, aurum et thus deferéntes, et laudem Dómino annuntiántes.

Lección del Profeta Isaías

¡Levántate y resplandece, Jerusalén, porque llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor y su gloria se verá sobre ti. Caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos esos se han reunido, vienen hacia ti; llegan tus hijos desde lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás y estarás radiante; tu corazón se asombrará, se ensanchará, porque la opulencia del mar se vuelca sobre ti, y a ti llegan las riquezas de los pueblos. Te cubrirá una multitud de camellos, dromedarios de Madián y de Efá. Todos los de Saba llegan trayendo oro e incienso, y proclaman las alabanzas del Señor.

 

GRADUAL Isaías 60, 6.1

Omnes de Saba vénient, aurum et thus deferéntes, et laudem Dómino annuntiántes. V/. Surge, et illumináre, Jerúsalem: quia glória Dómini super te orta est.

De Sabá vendrán todos trayendo oro e incienso y cantando los loores del Señor. V/. ¡Levántate, Jerusalén, resplandece!, porque se levanta sobre ti la gloria del Señor.

 

ALELUYA Mateo 2,2

Allelúja, allelúja. V/. Vídimus stellam ejus in Oriénte, et vénimus cum munéribus adoráre Dóminium. Allelúja.

Aleluya, aleluya. V/. Vimos su estrella en el oriente, y venimos con presentes a adorar al Señor. Aleluya.

 

 

EVANGELIO Mateo 2, 1-12.

«Al que adoran los Magos infante en un pesebre, adorémosle nosotros omnipotente en los cielos; y si los reyes le presentan sus tesoros, saquemos nosotros de nuestros corazones ofrendas dignas de Dios.» (San León, en maitines.)

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthæum.

Cum natus esset Jesus in Béthlehem Juda in diébus Heródis regis, ecce Magi ab Oriénte venérunt Jerosólyman, dicéntes: «Ubi est qui natus est rex Judæórum? Vídmus enim stellam ejus in Oriénte, et vénimus adoráre eum.» Audiens autem Heródes rex, turbátus est, et omnis Jerosólyma cum illo. Et cóngregans omnes príncipes sacerdótum, et scribas pópuli, sciscitabátur ab eis, ubi Christus nascerétur. At illi dixerunt ei: «In Béthlehem Judæ: sic enim scriptum est per Prophétam: “Et tu Béthlehem terra Juda, nequáquam mínima es in princíbus Juda: ex te enim éxiet dux, qui regat pópulum meum Israël.”» Tunc Heródes, clam vocátis Magis, diligénter dídicit ab eis tempus stellæ, quæ appárauit eis: et mittens ilos in Béthlehem dixit: «Ite, et interrogáte dillgénter de puero et cum invenéritis, reuntiáte mihi, ut et ego véniens adórem eum.» Qui cum audíssent regem, abiérunt. Et ecce stella, quam víderant in Oriénte, antecedébat eos, usque dum véniens, staret supra, ubi erat puer. Vidéntes autem stellam, gavísi sunt gáudio magno valde. Et intrántes domum, invenérunt púerum cum María matre ejus, (hic genuflectitur) et procidéntes adoravérunt eum. Et apértis thesáuris suis, obtulérunt ei múnera, aurum, thus, et myrrham. Et responso accépto in somis, ne redírent ad Heródem, per áliam viam revérsi sunt in regiónem suam.

Continuación del Santo Evangelio según San Mateo

Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; 4convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel”». Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo». Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, (arrodillarse) y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino.

Se dice Credo

 

OFERTORIO Salmo 71, 10-11

Reges Tharsis et ínsulæ múnera ófferent: reges Arabum et Saba dona addúcent: et adorábunt eum omnes reges terræ; omnes gentes sérvient ei.

Los reyes de Tarsis y de las islas le pagarán el tributo; los reyes de Arabia y de Sabá le traerán presentes. Le adorarán todos los reyes de tierra, todos los pueblos servirán.

 

SECRETA

Ecclésiæ tuæ, quǽsumus, Dómine, dona propítious intuére: quibus non jam aurum, thus, et myrrha profértur; sed quod eisdem munéribus declarátur, immolátor, et súmitur, Jesus Christus Fílius tuus Dóminus noster. Qui tecum vivit et regnat in unitate Spritus Sancti Deus,

Te rogamos, Señor, mires propicio los dones de tu Iglesia, en los que ya no se ofrece oro, incienso, ni mirra, sino lo que con estos mismos dones se significa, se inmola y se recibe, Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro. El cual vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

 

PREFACIO DE EPIFANÍA

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Quia, cum Unigénitus tuus in substántia nostræ mortalitátis appáruit, nova nos immortalitátis suæ luce reparávit. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes:

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, pues tu unigénito Hijo, apareciendo en la condición de nuestra mortalidad, nos ha regenerado con la nueva luz de su inmortalidad; y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:

COMUNICANTES PROPIO (solo el día 6 de enero)

Communicántes, et diem sacratíssimum celebrántes, quo Unigénitus tuus in tua tecum glória coætérnus, in veritáte carnis nostræ visibíliter corporális appáruit: sed et memóriam venerántes, in primis ejúsdem gloriósæ semper Vírginis Maríæ, Genetrícis ejúsdem Dei et Dómini nostri Iesu Christi:..

Reunidos en comunión y celebrando el día sacratísimo, en el que tu Unigénito, coeterno contigo en tu gloria, se mostró visiblemente en la realidad de nuestro cuerpo de carne;  veneramos en primer lugar, la memoria de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios y Señor nuestro Jesucristo:…

 

 

COMUNIÓN Mateo 2, 2

Vídimus stellam ejus in Oriénte, et vénimus cum munéribus adoráre Dóminium.

Hemos visto su estrella en el Oriente, y venimos con presentes a adorar al Señor.

 

POSCOMUNIÓN

Præsta, quǽsumus, omnípotens Deus: ut quæ solémni celebrámus offício, purificátæ mentis intelligéntia consequámur. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Haz, te rogamos, ¡oh Dios omnipotente!, que, purificado nuestro espíritu, comprenda el misterio que celebramos con estos solemnes oficios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

6 de Enero. Epifanía del Señor. Leccionario 1962

6 de enero. Epifanía Del Señor. Guía de los fieles para la santa misa cantada. Kyrial Fons Bonitatis y Angelis

6 de Enero. Epifanía del Señor. Propio y Ordinario de la santa misa

 
 
GRABACIÓN DE LAS LECTURAS
  Epiphany of the Lord - Epistle
  Epiphany of the Lord - Gospel
 

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